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Una partidita para la causa

En los años 80 y parte de los 90 existían unos lugares que se llamaban salones recreativos. Había uno cada tres manzanas y estaban llenos de máquinas arcade (esto es un máquina arcade), futbolines, algún billar americano y un par de mesas de pimpón. Estaban llenos de adolescentes fumando, de macarras que te robaban monedas y de heavys pacíficos que bebían litronas en la puerta desde su apertura, a eso de las 10 de la mañana.
Eran ecosistemas perfectos, equilibrados y autogestionados. Se toleraba la pequeña delincuencia hasta un límite aceptable, se miraba hacia otro lado con el trapicheo de drogas y uno se olvidaba rápido de la hostia que le habían calzado para quitarle dos monedas de cinco duros. Todo eso ocurría porque tenía que ocurrir al amparo de un responsable del negocio al que llamábamos ‘maestro’ y que tenía un número ilimitado de monedas de 25 pesetas para proveernos de cambio.
En ese escenario, nuestros padres catalogaban como vicio lo que hacíamos allí. Nos sentíamos culpables, claro. Hasta que una nueva moneda en nuestro bolsillo segaba de raíz la aorta de los escrúpulos que sentíamos y nos empujaba una vez más al abismo.

Pues papá, chúpate esa. El vicio es ahora una manera de colaborar con una buena causa gracias a una iniciativa de Swedavia Swedish Airports, la entidad que agrupa a los aeropuertos suecos, y la Cruz Roja de Suecia.
El proyecto se denomina Charity Arcade y sustituye las grandes huchas de metacrilato destinadas a recaudar monedas por maquinitas de marcianos que ofrecen al viajero una partida a cambio de su moneda.
Las tres máquinas contienen tres grandes clásicos de ayer, hoy y siempre como el Ms. Pacman, el Space Invaders y Galaga y funcionan con monedas de cualquier país.

Visto en Reddit.

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