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Una vida interesante

Todos sentimos que la crisis económica, de una manera u otra, ha achatado nuestras vidas. En el país en el que crecimos y vivimos había más o menos tantas oportunidades como taxis a la hora de comer o trenes de metro el domingo en el que llegaste tarde a tu primera cita. Ahora hay aún menos metros y parece que las oportunidades se convirtieron en taxis, las calabazas modernas. ¿Oportunidades para qué? Para una vida interesante, claro. Pero ¿qué es una vida interesante?
Uno esperaría que cada cual tuviera una definición propia, distinta. Durante los últimos meses nos dedicamos a preguntar a personas en la vanguardia social y profesional qué es para ellos una vida interesante y cuál es su receta para construirla. Nuestra sorpresa: las cosas no cambiaron mucho desde los griegos: el mundo sigue dividido entre platónicos, epicúreos y estoicos.
Para los platónicos, el ideal de una vida interesante requiere cambiar el mundo primero. Por ejemplo, para Michel Bauwens, director de la P2P Foundation

el sentido de nuestras vidas lo encontraremos a través de nuestras contribuciones a proyectos basados en el procomún y no en el lugar que la máquina productiva capitalista nos dé en cada momento

Así que el cambio estructural que estamos viviendo con toda la nueva cultura del compartir y las comunidades virtuales podría ser la base para nuevas vidas mucho más interesantes y diversas. Bauwens vislumbra de hecho la consolidación de un nuevo sistema social P2P que «nos permita ver dónde se nos necesita, con qué habilidades». Su amigo y colega Kevin Carson apunta en la misma línea que vivir en plenitud significaría hacer posible

un estilo de vida en el que todo esfuerzo es hecho por el placer del trabajo creativo en sí mismo, y por el gozo de contribuir a la felicidad y bienestar de nuestros compañeros

Y Brian van Slyke, el creador del Coopoly, una alternativa cooperativa al Monopoly de nuestra infancia, reivindica los juegos como una forma de llevar a cada vez más personas a

cultivar un mundo nuevo creando maneras poderosas y únicas de involucrar, emocionar, y entusiasmar a la gente

Pero ¿de verdad hace falta vivir o al menos luchar por un cambio social para llegar a tener una vida interesante? El bueno de Epicuro, el creador del concepto de «la búsqueda de la felicidad», no estaría de acuerdo. Hoy, en su línea, el poeta Daniel Bellón nos recuerda que

casi todo lo que sucede a nuestro alrededor es extraordinario, no requiere un gran esfuerzo descubrirlo, tal vez, solo, una manera diferente de mirar

Por eso una vida interesante sería «una vida llena de regalos y aportes inesperados», que nos hicieran replantear y sacar chispas a cada momento. Mar Abad, cofundadora de esta revista, actualiza la pasión epicúrea por la vida al lenguaje de hoy:

El humano, al final de sus días, es un puñado de datos. Ese es su legado y su juicio final. Lo que haya aprendido será lo que lleve consigo siempre, y lo que haya aportado es lo que dejará para los demás. Esa es la verdadera gloria y la inmortalidad incuestionable. El testigo de haber vivido intensamente y haber aprovechado sus sentidos, sus emociones y sus pensamientos hasta la última migaja.

Una visión del tiempo que precisamente por ser finito, por agotarse, reclama vivir de manera creadora, intensa. El escritor Mariano Gistaín:

Una vida interesante es la que es capaz de inventar el minuto siguiente. La que genera ilusión. La que te permite levantarte con una ilusión. Inventar ese minuto (este) es la condición para la vida. El minuto es interesante si tú quieres. Tienes todo el poder. El universo espera este minuto. Ha de ser libre. Cualquiera ha de poderlo utilizar, cambiarlo, moldearlo, volverlo a publicar. Volverlo a vivir. Con un minuto usado se puede hacer un minuto nuevo. Cada minuto contiene la eternidad. No necesita más minutos detrás. No hay una fila, no hay nada.

Pero ¿la felicidad, la intensidad, lo vital es todo? ¿Una vida interesante es un contínuo de momentos iluminadores y agradables, de situaciones intensas, de sentimientos hermosos? Los viejos estoicos, de Zenon a Seneca, Epitecto o Marco Aurelio, pensaban más bien que si la felicidad llegaba, sería como resultado de una vida serena, en la que el verdadero motor para disfrutar de la existencia no habría sido otro que el aprendizaje continuo de la Naturaleza de las cosas. Steve Herrick, uno de los pioneros del nuevo cooperativismo americano, nos recuerda a estos viejos maestros:

La vida no es interesante a pesar de nuestros problemas. La vida es interesante a causa de nuestros problemas. Cada problema que surge es una oportunidad, no para aguantar y arrastrarnos hasta el fin del día, sino para hallar una respuesta más elegante que la vez pasada, y tomar notas mentales sobre cómo hacerlo aún mejor la próxima vez.

Lo que es claro es que para todos ellos eres lo que aprendes y aprendes con otros, por eso Neal Gorenflo, el creador de la revista Shareable, nos aporta algo que ya nos apunta un cierto consenso:

A través de conversaciones podemos de hecho crearnos unos a otros. A través de conversaciones que importan, fui capaz de explorar de manera mucho más profunda quién era yo y por qué estoy aquí, mientras ayudaba a otros a hacer lo mismo.

Porque puede que seas un platónico cuya vida se haga interesante en la perspectiva de cambiar el mundo, o un epicúreo capaz de encontrar la hermosura misma de lo que te rodea e impregnarte de ella cada día, o tal vez un estoíco que se conforma con aprender y ganar serenidad a base de conocer más y mejor. Pero lo que es cierto es que hasta ahora nadie nos ha definido una vida interesante como una vida en soledad.
En la Europa en crisis que nos ha tocado vivir pasan más taxis que oportunidades para prosperar, pero no tenemos que ir muy lejos para encontrarnos con la gente que queremos y admiramos: si no son parte ya de nuestro día a día, basta abrir el ordenador y buscarles. Nuestra verdadera oportunidad para una vida interesante se esconde entre ellos.

Por David de Ugarte

David de Ugarte es socio de las Indias, ensayista, blogger, tecnólogo, cocinero aficionado y un pésimo, pero apasionado, jugador de Go.

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