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‘Unorthodox’: la historia de cómo librarte de una vida que no deseas

Unorthodox te abre las puertas a un lugar donde no entrarás jamás. En las páginas de este libro te sientas a comer a la mesa de una familia judía jasídica, presencias el dilema de las pelucas, ves cómo las niñas viven tan fuera de su cuerpo que ni siquiera se miran al espejo cuando se duchan. 

Deborah Feldman lo narra, en detalle, en este libro porque ella lo vivió. Vivió en la secta satmar, una comunidad de judíos ultraortodoxos de Williamsburg (Brooklyn, Nueva York) emperrada en vengarse de Hitler, en la venganza definitiva, pariendo siete, ocho, diez hijos para reemplazar a todos los judíos exterminados. Ese propósito convirtió a la religión en la vara disciplinaria de sus vidas: dogmas, represión, anulación de la individualidad y, en especial, la de las mujeres.

Deborah Feldman con una compañera en el campamento de verano satmar en las montañas de Catskill.

Unorthodox (Lumen) es la historia de una escapada. De la huida cuando no te dejan ser quien eres y del encuentro con quien deseas ser. Es tan poderoso el mensaje, tanto revuelve por dentro, que el relato, cuando apareció en Netflix, conmovió a medio mundo. Esa miniserie está inspirada en la vida de Deborah Feldman pero es el libro el que cuenta su historia real: las primeras dudas, la frustración, la valentía, la decisión de romper con todo por su libertad y la de su hijo. «¿Cómo voy a condenar a mi hijo a una vida llena de limitaciones y carente de aspiraciones?», escribe Feldman en el libro.

El calvario empezó de niña. Su madre había abandonado la comunidad y eso la dejaba a ella con un estigma. Vivió con sus abuelos hasta que le buscaron un marido. En ese momento vio una esperanza: ¿llegaría entonces, por fin, la libertad? ¿Podría leer los libros laicos que veía a escondidas? Pero el matrimonio no mejoró las cosas. Al contrario: la enfrentó a los demonios del deber de procrear y la sumisión. No solo al marido, también a su suegra y su cuñada.

Boda de Deborah y Eli.

Feldman se las arregló para ir preparando la huida y dejar a su marido. Empezó a escribir lo que sentía en un blog llamado Feminista jasidí. Entonces no podía firmarlo: ¡qué escándalo si su familia hubiera sabido que era ella! Pero le sirvió para ir ordenando sus pensamientos e ir soltándose para contar después su verdadera historia.  

Abandonar su comunidad jasídica fue un suplicio. Publicar el libro, un infierno. «Los judíos ultraortodoxos reaccionaron con furia. En tablones de anuncios y páginas web creadas para desacreditarme y atacarme, los jasidíes publicaron diatribas en las que me acusaban de mentir», cuenta en el epílogo. «Los religiosos proclamaron que había abochornado a la comunidad judía de todo el mundo al airear nuestros trapos sucios. Un editorial jasídico me comparó con Joseph Goebbels y advirtió de que mi libro podía ser el catalizador del siguiente Holocaustro. Me llamaron la nueva gran antisemita y me sugirieron incontables veces que saliera con Mel Gibson». 

Lo peor fue la reacción de su familia. La amenazaron, la condenaron. Le enviaron una carta en la que decían que habían preparado su tumba y estaban impacientes por bailar sobre ella. Incluso le aconsejaron que se suicidara.

Boda de Deborah y Eli.

EL LIBRO

Deborah Feldman empezó a escribir Unorthodox una noche, sentada en el sofá, mientras veía a su hijo dormir en el apartamento minúsculo donde vivían. Aquel escrito era su único alivio. Acababa de dejar a su marido, a su familia, aquella vida represora que tanto odiaba. «Recuerdo que el futuro me parecía extrañamente comprimido, como un acordeón cuando ha expulsado todo el aire. (…) Estaba sola y asustada».

Temía empezar una vida sin más apoyos que ella misma y temía pensar en el libro que comenzaba a escribir. ¿Sería capaz de hacerlo? No la movía solo el afán literario. Su abogada le había dicho que tenía que hacerlo si quería ser libre de verdad. «Sería una forma de presionar a esas personas que siempre me habían arrebatado la voz y, con ella, la fuerza. Se trataba de convencerlas de que me dejaran marchar, de que no merecía la pena luchar por mí».

Deborah Feldman con su marido y su hijo Yitzy.

Tenía solo 23 años y le asaltaban las dudas. Pensaba que aquello no era escritura de escritor. «Escribir de verdad no era algo que se hacía para asegurarse la propia supervivencia».

En febrero de 2012 publicó el libro en inglés y se armó el revuelo. En marzo de este año Netflix lanzó la miniserie basada en el libro y ahora llega la edición del libro en español editado por Penguin Random House. «La gente quiere saber si he encontrado la felicidad, pero lo que he encontrado es mejor aún: la autenticidad. Por fin soy libre para ser yo misma, y eso sienta muy bien. Si alguna vez alguien intenta decirte que seas algo que no eres, espero que también tú encuentres el valor para levantar la voz y protestar».

Deborah Feldman, tras abandonar su vida jasídica.

Y AL FINAL… UN MINIDICCIONARIO DE YIDDISH

En la narración de Unorthodox, la autora incluye muchas palabras del lenguaje que hablan en su secta jasídica, el yidis. Es una forma de meter al lector en aquel ambiente porque las palabras expresan mucho de una cultura. El yidis es una mezcla de idiomas de los países en los que han vivido los judíos a lo largo de la historia: alemán, hebreo, ruso, polaco, y hoy apenas lo habla medio millón de personas.

Al final del libro aparece un glosario de palabras en yidis con su significado. Aquí tienes algunas:

Dérej éretz: conducta apropiada según los preceptos del Talmud.

Eiruv: los bordes que definen la «morada», donde puedes cargar cosas. Según la ley talmúdica, no se pueden cargar cosas fuera de la morada; por tanto, la idea del eiruv permite hacerlo dentro de los confines del espacio donde habitas. En Nueva York el eiruv es un alambre transparente que mide 30 kilómetros.

Ervá: cualquier parte del cuerpo femenino que deba cubrirse, empezando por la clavícula y terminando por las muñecas y las rodillas.

Etrog: postre tradicional judío elaborado con huevo.

Kalá maidel: persona que forma a las mujeres que se van a casar sobre temas relativos a la reproducción y a los hábitos matrimoniales.

Kítel: prenda de algodón o lino blanca llevada por los hombres durante las fiestas judías.

Kólel: institución educativa en la que los hombres casados acuden a estudiar los textos sagrados judíos.

Mikvá: piscina pequeña en la que las mujeres judías realizan un ritual de limpieza tras la menstruación.

Kósher: alimentos que cumplen los preceptos de la ley judía.

Rosh Hashaná / Yom Kipur / Shavuós / Purim / Tu B’Shvat / Sucot / Pésaj: fiestas religiosas judías.

Shabos o sábat: día sagrado de la semana. Se observa desde el atardecer del viernes hasta la aparición de tres estrellas la noche del sábado. Según la Torá, se celebra, en primer lugar, mediante la abstención de cualquier clase de trabajo. Es un momento de celebración, espiritualidad y de reafirmación de la identidad judía.

Shiduj: proceso de búsqueda de pareja para un matrimonio concertado.

Shomer (pl. shomrim): encargados de la seguridad de la comunidad.

Yeshivá: escuela en la que se estudian los textos sagrados como la Torá, el Talmud y la Halajá. Es importante porque define a una comunidad: no es solo la escuela, sino la vida alrededor de ella.

Puedes leer un fragmento del libro aquí.

 

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