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Up&Coming Gallery y el miedo a perderse el arte

Si a uno se le acabaran los días mañana mismo, seguramente lamentaría más las cosas que le quedaron por hacer que las que hizo. «Prefiero pedir perdón que permiso», dicen algunos. «Tengo miedo a perderme cosas», dicen los que acuñaron el término FOMO, «Fear of Missing Out».

Esa filosofía ha sido el punto de partida de Up&Coming Gallery para crear el término FOMA: Fear of Missing Art o, lo que es lo mismo, el miedo a perderse el arte.

¿Y qué podría hacer que uno se perdiera la obra de un artista emergente? En primer lugar, las limitaciones geográficas. Por eso Alejandra Kreisler y Angie Socías eliminaron las barreras para que los artistas pudieran llegar a su galería desde cualquier lugar del mundo. «Nuestras puertas están abiertas a todos las personas que quieran mostrarnos su arte», asegura Kreisler. «Nuestros Up&Coming artists han sido seleccionados cuidadosamente, uno a uno, por nosotras. Y también nos tomamos nuestro tiempo. No sólo venderán sus obras en nuestra web, si no que también les acompañaremos durante su carrera».

Obra de Beatriz Dubois

También se eliminan las barreras entre los clientes y la galería, por lo que su público es muy internacional. Up&Coming existe en todas partes porque no tiene un espacio físico fijo. De hecho, Angie Socías vive en Los Ángeles. Up&Coming podría definirse como una galería nómada que pasará por ferias y exposiciones de distintos países.

Un gran problema para los artistas emergentes es la dificultad para detectar las oportunidades cuando no se conocen los procesos y las personas adecuadas. «Hay una gran cantidad de jóvenes talentos que nunca pueden llegar al gran público quizás por falta de información o dificultad para acceder a ayudas gubernamentales, ferias o promoción cultural», observa Kreisler. Por eso ellas intentan «acercarles a los circuitos del arte que no son tan accesibles para todo el mundo: galerías internacionales, ferias, eventos clandestinos y llegar a coleccionistas que necesitan algo nuevo en su vida». Aunque también añade una nota de optimismo: «Hemos observado que cada vez más artistas y galerías jóvenes están empezando a unirse y a trabajar en proyectos muy interesantes. La unión hace la fuerza».

Otra barrera, la del precio, la solventan poniendo a disposición del público la posibilidad de comprar obras desde 300€, para aquellos que valoran el arte y la decoración, no tienen un gran presupuesto para invertir en su colección pero no se quieren conformar con comprar un cuadro anónimo en una tienda. «Hay galerías en las que puedes encontrar obra gráfica de jóvenes artistas al mismo precio que un poster de un gran almacén», señala Kreisler. Con Up&Coming Gallery pueden entablar una conversación con el artista y poner nombres y apellidos a su colección.

El banquete, de Víctor Soler

Además, la galería ofrece la posibilidad de hacer encargos personalizados a algunos de los artistas, de manera que cualquier persona podrá tener una pintura adaptada a sus gustos y necesidades como si fuera un noble de una corte parisina. Alejandra Kreisler no cree que los encargos supongan un límite a la creatividad del artista: «Nuestros artistas tienes un estilo muy definido y concreto por lo que aunque puedan realizar encargos personalizados nunca perderán su esencia. No nos parece que se devalué la obra para nada, al contrario, me parece un privilegio que puedas acceder a una obra única y realizada exclusivamente para ti. Y eso incluso tiene más valor».

En su catálogo inicial, la galería ha firmado con ocho artistas: los fotógrafos Kino Acosta, Álvaro Torres y Beatriz Dubois; los pintores Begoña Fernández-Castaño y Nicolás Villamizar; el ilustrador Víctor Soler, la escultora Blanca Azcárraga y el grafitero Manu Cruz. Todos ellos tienen algo en común: «que son jóvenes, con ganas de comerse el mundo, con una calidad extraordinaria y un estilo y lenguaje propio que se ve muy reflejado en su obra… hemos empezado con los mejores de su generación. Te puede gustar más o menos el estilo de nuestros artistas pero sus trabajos están muy bien realizados. ».

Alejandra Kreisler pertenece a la tercera generación de la familia Kreisler, propietaria de la primera galería que se fundó en Madrid en 1965. El mejor consejo que le han dado es que compre obras que le hagan feliz. «Mi padre siempre nos ha dicho que la profesión de galerista es una de las más bonitas que hay, porque el comprador y el vendedor, comparten la pasión por el mismo objeto.Y nosotras sentimos esa pasión por cada una de las obras de nuestros artistas. El mundo los tiene que conocer». Su socia, Angie Socías, estudió Arquitectura de Interiores y es cofundadora del estudio Dorin & Coppel. Juntas están convencidas de poder acercar el concepto de coleccionismo a todos los públicos gracias a través de tres premisas: dar a conocer a los artistas en los nuevos canales, fomentar una nueva relación del artista con el comprador y ofrecer precios coherentes. «Nuestra primera recomendación al coleccionista es que compre lo que le haga feliz. Las obras de arte conviven con nosotros y nos tienen que «caer bien». En mi casa muchas veces hasta sonrío a los cuadros que tengo de mi colección. Lo que queremos  cambiar es esa percepción que tiene mucha gente en la que ven el mundo del arte y al artista como algo muy lejano, nosotras queremos acercarlos».

Obra de Begoña Fernández-Castaño

Obra de Nicolás Villamizar

Obra de Kino Acosta

Obra de Manu Cruz

Obra de Blanca Azcárraga

Si eres un Up&Coming artist y te gustaría que dieran a conocer tu obra, escribe a hello@upandcoming.gallery.

Por Isabel Garzo

Isabel Garzo es periodista, escritora y asesora de comunicación. Es autora de las novelas, 'La habitación de Dafne' (Demipage, 2022), 'Los seres infrecuentes' (Editorial Pie de Página, 2016) y 'Las reglas del olvido' (Editorial LoQueNoExiste, 2013) y del libro de relatos 'Cuenta hasta diez' (Incógnita Editores, 2010).
@IsabelGarzo

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