Más de 10 años llevan los vecinos y vecinas de Valverde de La Vera, en Cáceres, tejiendo los parasoles que darán sombra a sus calles en verano. Lo suyo es ya una tradición veraniega tan imperdible como los espetos, el tinto de verano y las chicharras.
El proyecto, que lleva el nombre de Tejiendo la Calle y está dirigido por Marina Fernández Ramos, tiene como meta mejorar el espacio público con la colaboración de los habitantes de este pueblo cacereño, declarado como uno de los más bonitos de España. Mujeres de mayor edad, en su mayoría, aunque también colaboran hombres, se encargan cada año de tejer estos parasoles de materiales reciclados.
«En cada edición probamos nuevas técnicas textiles y materiales diversos, manteniendo el sistema original de piezas elaboradas a ganchillo reutilizando plásticos —explica Fernández Ramos—. Así tratamos de animar la participación de más personas (si no te entusiasma el ganchillo, quizá sí el patchwork, o el bordado, o la pintura sobre tela…)».
El año pasado utilizaron una enorme lona de PVC publicitaria con la que crearon enormes patchworks con las siluetas de flores de especies protegidas, muy importantes para la biodiversidad. Este año, la imagen elegida ha sido la de los vencejos, aves que también están protegidas y que están desapareciendo de los pueblos. Para hacerlos, recortan su silueta y los montan sobre cañas de bambú, como se hacían las cometas antiguas, tal y como explica la directora de Tejiendo la Calle.
«Todas las piezas de la calle principal de acceso a la plaza son de nueva elaboración, y están confeccionadas con un nuevo material sostenible que hemos adquirido gracias a una subvención: cordones fabricados por Don Cordón, cordonera de Alicante que suscribe los Objetivos de Desarrollo Sostenible auspiciados por la ONU».
Esta empresa, explica Fernández Ramos, hace cordones específicos para este proyecto hilados con algodón reciclado e hilos ecológicos con una huella climática prácticamente nula. «Esperamos que estas piezas sean más perdurables en el tiempo, pues el algodón tiene mayor resistencia al impacto solar que el plástico».
Las piezas habituales de ganchillo tejidas con plásticos reutilizados conviven con las nuevas. «En la plaza se pueden ver piezas tejidas sobre redes de pesca. José Luis, exmarinero y redero de Pasajes, en San Sebastián, nos envía redes en desuso que intervenimos. También están en la plaza muchos de los pañuelos tipo mantón, con pinturas sobre tela fabricada a base del reciclado de botellas PET», declara Marina Fernández Ramos.
«Tratamos de mantener activa la práctica artesana. Al mismo tiempo, la realización de piezas diferentes genera motivación, y también pone en acción la creatividad. Como trabajamos mediante prueba y error, la idea es continuar mejorando en el tiempo, e ir explorando más modos de hacer».
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