Categorías
Branded content

7 palabras que debes conocer si vas a hacer el Camino de Santiago

Hacía días que Pelayo veía el mismo extraño fenómeno en el cielo durante la noche, desde la cueva donde se refugiaba junto con su rebaño. Parecía como si las estrellas brillaran con más intensidad sobre un determinado lugar, señalando con luces un punto concreto. El pastor Pelayo intuyó que el cielo le estaba enviando un mensaje y decidió informar del extraño fenómeno al obispo Teodomiro, de la diócesis de Iria Flavia, que decidió acudir al lugar con una delegación para ver qué estaba pasando. Así fue como descubrieron el sarcófago del apóstol Santiago.

El obispo acudió entonces a Oviedo, la sede de la corte del rey Alfonso II el Casto, para darle la noticia del descubrimiento. Y el rey, que vio en aquel milagro la solución a muchos de sus problemas políticos (que hubiera aparecido allí el cuerpo del apóstol ayudaría a aplacar las rebeliones internas y a reforzar la guerra contra los musulmanes), quiso visitar el lugar con sus propios ojos.

Así que organizó a todo su séquito y se encaminó hacia aquel remoto lugar, sobre el que ordenó levantar un templo funerario en aquel Campus Stellae (de ahí el nombre de Compostela), que sería el origen de la catedral de Santiago. Así pues, fue Alfonso II el Casto el primer peregrino de lo que se conocería como Camino de Santiago.

Al monarca le organizaron la ruta para hacérsela más cómoda y llevadera, que las reales posaderas no estaban diseñadas para sufrir penalidades, ni para adivinar por dónde seguir. Si te gusta viajar como a Alfonso II el Casto, con todo organizadito donde tú solo tengas que preocuparte de caminar y disfrutar del viaje, tienes diversas agencias que se encargarán de todo por ti, como Viajes Camino de Santiago.

Vocabulario del peregrino

A Compostela se puede llegar por varias vías. A ese primer recorrido que hizo el rey se le conoce como Camino Primitivo, pero existen otros como el Francés, que es el más conocido y parte de Roncesvalles, el del Norte, el Lebaniego, la Vía de la Plata, el Portugués… Y en todos ellos, obvio, hay peregrinos venidos desde cualquier lugar del mundo. Así que no está de más, además de saber idiomas, conocer algunos términos específicos del Camino para poder entenderse. Aquí van unos cuantos:

¡Ultreia!

Vale, es cierto, no vas a escuchar muy a menudo este saludo, a no ser que te cruces con el peregrino cultureta y amante del latín. Ultreia vendría a significar «vamos adelante o más allá», y se usaba a modo de saludo para animar al contrario a seguir caminando. A ultreia se respondía con «et suseia», que significa «y más arriba, más alto», haciendo referencia al lugar donde se encuentra Santiago de Compostela. Hoy lo normal es saludar con un «¡Buen camino!» y listo.

Bicigrino

Los peregrinos han llegado tradicionalmente a Santiago a pie. Pero hoy es frecuente ver a muchos haciendo el Camino en bicicleta. A estos últimos se les conoce como bicigrinos. Una manera muy chula de combinar devoción, turismo, naturaleza y deporte.

Bordón

Así se llama al bastón de madera con el que suelen caminar los peregrinos. De esta manera, se ayudaban para sortear los terrenos irregulares del Camino y no dejarse los tobillos en el intento. Hoy los bastones son mucho más ergonómicos, pero también tienen menos encanto, eso sí.

Conchas y calabazas

Pocas cosas más asociadas al peregrino clásico de antaño que esas enormes conchas de vieiras que colgaban de su bordón o lucían bordados en sus ropas y sombreros, y una calabaza colgada a la cintura. Las conchas servían como vasos para beber de los ríos y fuentes y como cuchara o plato a la hora de comer. La calabaza era la cantimplora más natural que podía haber. La concha servía también para que los peregrinos se identificaran entre sí, distinguiéndose del resto de caminantes. Incluso servían como certificado de haber hecho el Camino.

Humilladeros

Son pequeños montículos de piedras que pueden encontrarse a lo largo del Camino, normalmente en la entrada de los pueblos por los que atraviesa. Tenían doble función: por un lado, indicaban por dónde había que seguir caminando. Y por otro, servían como lugares de devoción, ya que sobre ellos solía colocarse una cruz o la imagen de un santo.

Credencial

Es el documento oficial en el que se recogen los sellos de los diferentes alojamientos, iglesias, oficinas de turismo, etc., por los que pasa el peregrino durante el Camino. Deben estar ordenados cronológica y geográficamente para que sean válidos y poder obtener la compostela. Si se viaja acompañado de su perro, el peludo también tendrá su propio documento, la credencial canina, que expide la APACA (Asociación Protectora de Animales del Camino)

Compostela

El premio por haber completado el Camino es la compostela, un documento que certifica que la persona que lo recibe ha completado el trayecto. Antiguamente, el Camino se hacía a modo de penitencia, bien por haber cometido algún delito, bien por haber pecado de alguna manera, y peregrinar a Santiago era el modo de buscar la redención. Pero, claro, había que demostrarse, a la vuelta, que se había hecho el Camino y que la pena estaba cumplida.

Al principio, se usaron esas conchas de vieira de las que hemos hablado más arriba como certificado, pero cuando los más avispados descubrieron que se podía hacer negocio vendiéndolas como prueba falsa, la Iglesia decidió imponer la compostela. El documento se recoge en la Oficina del Peregrino de Santiago, y para que lo expidan es necesario mostrar la credencial con todos los sellos. Un error muy común es confundir compostela con *compostelana, que es, en realidad, la mujer nacida en Santiago de Compostela.

Sea cual sea la motivación que te lleve a hacer el Camino, será una de las experiencias de tu vida. Prepara la mochila y empieza a andar. Santiago te espera como recompensa.

Salir de la versión móvil