No hace falta haber viajado a la Gran Manzana para reconocer Nueva York en esta portada creada por Willow. La misma iconografía que ha recreado para el cartel de ScrapWorld, con lo que la referencia entre el evento y la publicación se construye sola.
Willow lleva siguiendo la trayectoria de este evento desde que era un showroom celebrado en un hotel con apenas 500 visitantes hasta ahora, ubicado en el Pabellón 12 de IFEMA, donde consigue atraer a miles de personas, por eso le hizo una gran ilusión recibir el encargo de diseñar su cartel para la edición de 2025. En ella, el ScrapWorld se construye bajo la idea de la ciudad, que es el escenario donde todo se muestra. Una ciudad que «es la verdadera pasarela y, al mismo tiempo, lo cotidiano que nos inspira para vestirnos y expresarnos», en palabras del ilustrador. «Una vez definido el concepto, plasmarlo en el papel fue un proceso natural».
«La portada es como si se tratara de una réplica, algo que suele suceder en la moda, donde los diseñadores toman imágenes o identidades cotidianas y las llevan a la alta costura —explica Willow—. Un ejemplo de esto es Balenciaga con su Bolso Chips, que imita la famosa marca de aperitivos que todos hemos visto alguna vez. Quería generar esa sensación de esto ya lo había visto en algún lado antes».
La ciudad que el ilustrador simboliza en las letras de Yorokobu y de ScrapWorld es una urbe nocturna, aunque no fue esta la primera versión. «A veces, las decisiones se van tomando sobre la marcha. Recuerdo haber enviado un primer borrador a la gente de ScrapWorld en el que la ilustración era en dúo-tono y no tenía fondo.
De hecho, el primer tratamiento parecía más un grabado de billete de dólar que lo que terminó siendo». Pero pesó más en su decisión el deseo de resaltar ese carácter nostálgico de las ilustraciones con atmósferas luminosas, y la nocturnidad le facilitó destacar aún más los edificios que había diseñado. «Me alegra que surjan este tipo de cambios en el proceso creativo, porque a veces un no a una idea inicial te lleva a desarrollar algo mucho más interesante».
Willow describe el proceso de creación del cartel de ScrapWorld como algo muy cómodo gracias a la buena sintonía y entendimiento con Mike (Miguel Antón). «Mike y yo tuvimos varias conversaciones en las que nos entendimos muy bien. Compartimos muchas referencias visuales, lo que facilitó el trabajo. Con solo enseñarnos dos o tres imágenes que inspiraban el proyecto, entendimos el código visual y, a partir de ahí, me puse a plasmarlo». Pero al ser una ilustración detallada, explica, en ocasiones se quedó atascado en los acabados y los pequeños detalles. Sin embargo, asegura, la idea y la forma final fluyeron con bastante naturalidad.
Parte de la obra de Willow muestra un estilo setentero y ochentero muy divertido. Se declara una persona curiosa que puede pasarse horas viendo libros, películas, portadas de discos y cualquier archivo del que pueda extraer referencias para sus creaciones. De hecho, afirma, esa es la parte que más disfruta de su proceso de diseño.
«Mi estilo se basa mucho en la investigación y en la búsqueda de inspiración, porque es mi zona de confort. Pasé mucho tiempo analizando cómo se hacían las cosas que siempre me han gustado y llegué a la conclusión de que la mayoría de las piezas que me atraen son diseños impresos y físicos, muchas veces hechos a mano con técnicas artesanales que requieren herramientas y, en algunos casos, un maestro».
Sin embargo, prefiere no dejarse llevar por la nostalgia de otros tiempos pasados. «La nostalgia está bien, pero puede ser peligrosa. No me considero un purista y tengo claro que la tecnología está aquí para ayudarnos. Por eso, busqué la manera de recrear lo físico en lo digital. Descubrí cómo imitar técnicas de airbrushing utilizadas desde los años 50 y que marcaron piezas icónicas de los 70, 80 y 90. Muchas de ellas forman parte de nuestro imaginario colectivo, aunque provengan de otros países como Estados Unidos o Japón».