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¿Ya eres incontratable? Ventajas de serlo a partir de los 50

Ser incontratable no es una condena; es tu nueva superpotencia. No es malo, no puedes oponerte, no puedes evitarlo, el tiempo no se detiene y eso no va a cambiar.

Si estás cerca de los 50 o ya los has superado, sabes que tu vida está a punto de cambiar. Y lo sabes porque tu inocencia se ha ido perdiendo a medida que soplaste velas y cumpliste años. ¿Consciente? Muy consciente. Vamos a hablar sin tapujos. Sí, te has convertido en incontratable. Y esto es genial.

Hay dos tipos de incontratables:

  • A los que no quieren contratar.
  • Los que no quieren ser contratados.

Ambos casos pueden ser buenos para ti.

El primer tipo puede ser traumático inicialmente, pero algunas personas necesitan ese empujón para avanzar hacia la libertad. Estos incontratables se dan cuenta de su situación generalmente porque han sido despedidos o están a punto de serlo. El segundo tipo es en el que me he convertido yo. Y no, no es fácil. Llegar aquí implica:

  • Esfuerzo: He trabajado duro, viajado demasiado por trabajo, soportado gente insoportable, renunciado a comodidades y vivido momentos de riesgo e incertidumbre. ¿Es obligatorio tanto esfuerzo? No siempre, pero tampoco esperes ganar la lotería, casarte excepcionalmente bien o ser descubierto por un cazatalentos mientras tomas el sol. Eso le pasa a pocos, muy pocos.
  • Dinero: No hablo solo de tener dinero, sino de saber invertirlo. Cuidar tus ahorros, entender qué es realmente el dinero y cómo gestionarlo. Puedes hacerlo tú o dejarte asesorar por gente adecuada, que nunca son los que están en la oficina de tu banco, créeme.
  • Fracasos: Aquí es donde realmente aprendes. Tus proyectos fallidos, decisiones sin fundamento, son los mejores maestros. Ahí es cuando buscas expertos, contactas en frío, reconoces tus limitaciones. Creces mucho en esos momentos, aunque duelan.

 

 

Historias de reinvención

Lograr esta independencia exige atrevimiento. Martine Rothblatt, fundadora y directora ejecutiva de United Therapeutics, decidió crear una empresa que hiciera de la donación de órganos algo rápido, masivo, simple y asequible. La clave: eliminar la figura del donante. ¿Cooooooómoooo?

Déjame que te lo cuente. Creó su empresa de biotecnología en la que juegan con el ADN de órganos porcinos e imprimen órganos con el ADN del receptor. Sí, como una impresora 3D, pero de piel, células y órganos. ¿Lo necesitaba? Pues no. Rothbatt era una eminencia en la industria espacial, experta en satélites. En una entrevista, Peter Diamandis le preguntó: «Pero, si no tenías formación en biología ni en biotecnología, ¿cómo te lanzaste a esto?». Ella se quedó unos segundos en silencio y respondió: «Ya, pero sé leer».

 

En mi libro INCONTRATABLES. Todo empieza a los 50 recojo varias historias de personas y amigos que han decidido reinventarse, han empezado de nuevo y ahora vuelan solos. ¿Después de los 50? Sí, después.

Ser incontratable no es malo. No somos un nicho, somos un movimiento. Somos la generación del baby boom y estamos listos para seguir disfrutando de la vida. ¿Te unes?

 

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