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El Yorokobu de noviembre: píllalo, payo

La evidencia de la separación entre personas se hace mucho más palpable si eres un astronauta. Si uno piensa que, como decía Airbag, «hay tanto espacio entre los dos», es la literalidad de la expresión lo que hace que la situación sea dramática. Nuestro consejo de este mes es que si sufres de mal de amores, no te hagas astronauta. Eso no mejora en cada las cosas. ¿Qué tiene que ver esto con el tema que nos ocupa? Nada, pero estas cosas o se dicen cuando vienen o se quedan sin debatir.

Terminada nuestra reflexión de todo a cien de hoy, os contamos los contenidos contenidos en el Yorokobu de papel del mes de noviembre. Sólo Dios puede juzgarnos, pero creemos que no viene mal la cosa. Dios, no te pases.


Buy Yorokobu #78 - Noviembre 2016

Comenzamos con la mar. El océano maneja sus propios códigos y es capaz de mirarte y susurrarte. Los efectos son los que cada uno quiera que sean, pero lo complicado es permanecer indiferente ante su influjo. Pablo Azkue usa su cámara para capturar las palabras del mar. Hay gente que no necesita más en la vida.

Pintar sólo carreteras es una forma como otra cualquiera de pasar la vida.

En el siglo XIX, alguien podía desaparecer del flujo temporal hasta el punto de no saber en qué día vivía. Es más, podía ocurrir que un marinero situado en pleno Pacífico estuviese a la vez en el 31 de diciembre de 1899 y el 1 de enero de 1900. ¿Cómo era posible?

Como explica Cecilia Díaz Méndez, socióloga de la alimentación en la Universidad de Oviedo, «el vegetarianismo es viejo y es ideológico, pero algunas manifestaciones actuales tienen rasgos que trascienden la historia de estas prácticas alimentarias». No es que ya no haya vegetarianos como los de antes, es que la práctica está mutando en tendencia y junto a los vegetarianos ideológicos, los de toda la vida, se está captando nuevos públicos. Estamos asistiendo al rebranding del vegetarianismo en pos del mainstream.

Todo sale de algún sitio. El universo se creó a partir del Big Bang, el rock brotó de la confluencia del blues y el country y el fútbol nace cada vez que Leo Messi se calza las botas. La magia, que no tiene nada de esotérico, también emana de lugares que no siempre son conocidos. Sin embargo, están delante de nuestros ojos esperando a ser descubiertos. Magia Estudio es la tienda de magia más antigua de la ciudad de Madrid y, más que un comercio, es un punto de concentración del conocimiento acerca de todo lo que rodea a este ancestral espectáculo.

El diseño arquitectónico de los parlamentos influye en la política. La estructura de las cámaras de legisladores de los ciudadanos responde a algo más que a patrones estéticos. Por un lado, la forma de la sala guarda relación con el sistema político del país, los regímenes autoritarios y los democráticos poseen diseños diferentes; y por otro, la forma de discutir, incluso la carga temperamental que eriza los debates, cambia en función de cómo se hayan dibujado las bancadas.

Mats Alvesson y André Spicer, dos académicos internacionales especializados en gestión y organización de personal, han llegado con su reciente libro, The Stupidity Paradox, a la conclusión de que las corporaciones funcionan todos los días gracias a la estupidez funcional de quienes las sostienen y sus seguidores.

Amanece, que ya es bastante. A Joan Quirós le pilla despierto. Incluso los domingos. Este calígrafo se pone en pie quince minutos antes de que las campanas anuncien las cinco de la mañana. El tiempo, en el barrio valenciano de Campanar, clama cada hora. Las horas en punto no perdonan ni el sueño. La portada de este mes es una portada de madrugón y tentetieso.

 

Por David García

David García es periodista y dedica su tiempo a escribir cosas, contar cosas y pensar en cosas para todos los proyectos de Brands and Roses (empresa de contenidos que edita Yorokobu y mil proyectos más).

Es redactor jefe en la revista de interiorismo C-Top que Brands and Roses hace para Cosentino, escribe en Yorokobu, Ling, trabajó en un videoclub en los 90, que es una cosa que curte mucho, y suele echar de menos el mar en las tardes de invierno.

También contó cosas en Antes de que Sea Tarde (Cadena SER); enseñó a las familias la única fe verdadera que existe (la del rock) en su cosa llamada Top of the Class y otro tipo de cosas que, podríamos decir, le convierten en cosista.

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