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4 segundos que se convierten en 4 minutos

El tiempos es una magnitud exacta. Un segundo dura siempre un segundo a menos que uno se meta en una nave interestelar y se le lance a una velocidad mayor que la de la luz.

Lo que es variable es la cantidad de vida que cabe en cada uno de esos segundos. Un segundo abarca hechos, sentimientos, ideas y vacío; cuatro segundos contienen un vídeo entero, con sus cuatro minutos, y una canción de OK Go.

La banda de Chicago ha vuelto a reventar el molómetro visual con el videoclip de The One Moment, el single extraído de Hungry Ghosts, su nuevo disco.

La película en cuestión dura casi cuatro minutos repletos de versos, explosiones multicolores, travellings y pintura desparramada. El tiempo que transcurrió del «¡acción!» al «¡corten!» fue, sin embargo, mucho más reducido: exactamente 4,2 segundos.

No es la primera vez que la banda estadounidense monta un pitote creativo de este calibre. Lo hemos contado más de dos veces en Yorokobu, por si te apetece repasar otros de sus trabajos.

Por David García

David García es periodista y dedica su tiempo a escribir cosas, contar cosas y pensar en cosas para todos los proyectos de Brands and Roses (empresa de contenidos que edita Yorokobu y mil proyectos más).

Es redactor jefe en la revista de interiorismo C-Top que Brands and Roses hace para Cosentino, escribe en Yorokobu, Ling, trabajó en un videoclub en los 90, que es una cosa que curte mucho, y suele echar de menos el mar en las tardes de invierno.

También contó cosas en Antes de que Sea Tarde (Cadena SER); enseñó a las familias la única fe verdadera que existe (la del rock) en su cosa llamada Top of the Class y otro tipo de cosas que, podríamos decir, le convierten en cosista.

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