Twitter puede convertirse en una fuente de inspiración para escribir artículos. Para ello dejamos de ser ‘receptores’ y nos convertirnos en ‘buscadores’, y provocamos reacciones en los seguidores para recoger los frutos.
¿Cuántos tuits escribimos a lo largo del día? Tuits tontos, sin pies ni cabeza, más o menos inteligentes… Cuando uno de ellos es retuiteado por más seguidores que tus dos amigos, piensa: «Aquí hay un post«.
De esta manera, una frase dicha por decir como «¿Podría Don Draper salvar la marca España?» se convierte en un artículo para Yorokobu con el mismo nombre.
No es el primer artículo que escribo partiendo de un tuit propio. Otras veces, uno tiene una idea sobre un tema, pero no sabe cómo meterle mano y lanza tuits como globos sonda, y espera las reacciones…
La mayoría de mis artículos tienen que ver con las series de televisión. Hay muchos blogs y portales dedicados a las series, pero prefiero como fuente de información las cuentas de Twitter de los fanáticos (con todo cariño, ya sabéis). Personas que, más que espectadores entusiastas que abren su blog, son estudiosos y profesionales en la materia que tratan.
Mis fanáticos preferidos son la guionista y profesora de guión Lidia Fraga, una autoridad en las series británicas y europeas. Y el profesor Manuel Castilla, con vastos conocimientos de literatura y series de fantasía, ciencia ficción, capa y espada. Gracias a Lidia Fraga y Manuel Castilla estoy al corriente sobre las últimas series y tendencias en la ficción, series que después he comentado en Yorokobu o en mi blog.
En todas las áreas de conocimiento, profesiones y aficiones hay fanáticos. Si mañana tuviera que escribir sobre informática o sobre la pesca del salmón, por decir algo, seguiría cuentas de fanáticos de estos temas.
Parece que sacar artículos de los trending topics es un recurso evidente. De hecho, la mayoría de los periódicos y revistas online tienen noticias como «el vídeo de (…) calienta Twitter» o «las redes sociales se ceban con (…)»
Los blogueros y articulistas no debemos repetir la anécdota que da lugar al trending topic. Así no conseguiremos textos originales. Los trending topics deben servirnos a los blogueros y articulistas para reflexionar, son excusas para escribir. Un ejemplo, la «decapitación» del cantante Dani Martín en el programa El hormiguero.
Aquella anécdota fue TT y llevó a los medios a contar qué pasó en el programa y la reacción en las redes sociales. Esto es lo fácil. Lo interesante es partir de ahí…
Aquella anécdota la relacioné con el relato de El caballo de Balzac, de Gert Hofmann. En este cuento, Balzac quiere saber por qué sus obras de teatro no tienen éxito y por qué un autor rival llena la sala hasta la bandera. Balzac descubre que la razón no está en el texto ni en los actores; el secreto del rival es simple y cruel: en cada representación se corta la cabeza a un caballo.
Me pareció acertado escribir un post comparando la decapitación real de un caballo con la decapitación simulada de un cantante. El objetivo es el mismo en ambos casos: conseguir más espectadores. Por otro lado, me sirvió como excusa para hablar de la ‘televisión social’. Así escribí «Televisión, Twitter y el caballo de Balzac«.
No es la primera vez que un TT es la base para un artículo. Lo importante es que la anécdota sea el punto de partida, no el centro de interés.
Si uno quiere escribir sobre un tema, es buena idea buscar qué piensan los tuiteros sobre ese tema. Por ejemplo, quería saber cómo ven los tuiteros a las PERSONAS CREATIVAS. El resultado:
Son muchos los tuiteros que escriben frases similares. Aquí aparece una pequeña parte con los nombres ocultos para proteger a los inocentes. Vemos que los usuarios repiten mitos. Cuando mucha gente piensa de manera idéntica es bueno preguntarse: «¿Realmente?»
Así surge ¿Qué clase de persona creativa eres?, que expone los mitos sobre la creatividad, las ‘investigaciones’, y recuerda que hay creadores que escapan a esos mitos.
Podemos leer las lamentaciones ajenas y avivarlas: «¡Sí, tenéis razón por esto, por esto y por esto». Es un recurso fácil. Muchos lectores buscan textos que corroboren sus ‘dramas’ personales o sus quejas con el mundo. O podemos ofrecer un punto de vista positivo, que me parece mucho mejor.
Por ejemplo, coincidió en el tiempo que algunos guionistas expresaron en Twitter sentirse jóvenes o viejos para su trabajo. «Me siento fracasada», dijo una guionista de menos de veintipocos años.
Cuando las personas se lamentan por algo pienso si hay ‘un antídoto’. Eso me llevó a bucear para buscar creadores jóvenes y ‘viejos’. Quería demostrar que la creatividad no es cuestión de edad. Así escribí: Todavía puedes hacer la gran obra de tu vida.
Y, por supuesto, Twitter da para hablar de Twitter.