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La provocación se esconde tras las hojas de una revista

El mundo de la edición está de enhorabuena. Después de meses de operar en las sombras, hace unos días dio la cara Agente provocador y por fin supimos que se trata de una revista en papel en la que la magia, la política, las bandas juveniles y la música son, entre otras muchas disciplinas, sus protagonistas. Para algunos fue, seguro, toda una provocación.

«Depende de lo que se entienda por «provocación»…», atajan sus responsables. «Agente provocador, y los Agentes provocadores que lo forman, como su nombre indica, actúan encubiertamente para provocar al otro y que algo suceda. El hecho de publicar una revista en papel lo vemos como algo muy natural, como una necesidad, algo que nos apetecía desde hace tiempo y que conecta con todo lo que hacemos y publicamos en La Felguera».

Todo agente provocador precisa de una estructura a la que sirve y que a cambio que le proporciona cobertura. En este caso es La Felguera, sociedad secreta disfrazada de editorial que, desde hace años, viene surtiendo de materiales disolventes a los lectores inquietos.

«Agente provocador nace de La Felguera pero tiene su propia identidad y razón de ser. Continúa revelando «secretos», gente contando historias, revelando misterios, conectando. Por todo esto también es una sociedad secreta, pero es otra manera de tratar ciertos temas. De una forma más concreta, pequeñas piezas, nada que ver con un libro, y que surgen de todo ese interés por los márgenes, la contracultura, la música, lo asombroso, lo insólito…».

Pete «Black Thunder», Lady X, Spider y Eureka, encabezados por el Dr. Peligro son los agentes provocadores responsables de los contenidos de esta revista de periodicidad trimestral. Un Gabinete negro que en ocasiones actúa a cara descubierta, en ocasiones se oculta en las sombras; a veces frecuenta los salones, a veces habita en el subsuelo y que en ocasiones opera en papel y, en otras, la web.

«Son medios diferentes pero complementarios. Comparten las mismas pasiones, temática y agentes provocadores. Sin embargo no comparten contenidos: la revista tiene los suyos propios, al igual que sucede con la web. En la versión online se pueden encontrar pequeñas piezas diarias que tratan hechos relacionados con el arte, el punk, lo asombroso, la política, etc. Son pequeñas notas que te hacen buscar más sobre el tema. Eso es lo que pretenden los agentes provocadores. Esa es la «provocación» de la que antes hablábamos».

Si bien Agente provocador permite introducir artículos más largos, la web permite incluir clips de vídeo, músicas e incluso testimonios hablados o discursos como el de Juan García Oliver. Cada página se abre con uno de estos registros sonoros, seleccionados «al gusto. No tiene más misterio. Algo te gusta, cuadra, y lo eliges para una sección concreta». Una actitud que enlaza con otra de las afinidades de Agente provocador: el punk en sus diferentes manifestaciones.

«La música no es la única dimensión del punk. El punk como movimiento surgió en un determinado momento, podemos ver su evolución e influencias desde entonces y nos ha tocado de muchas maneras. El hacerlo tú misma, tú mismo, como te apetece, a tu manera, esa es la historia. Eso es lo que hacemos con Agente provocador y con La Felguera».

Otra de las interesantes propuestas de Agente provocador es su reivindicación del esoterismo ibérico, de lo raro del país, de lo extraño, con ‘ñ’. Una realidad con entidad suficiente que nada tiene que envidiar a los fenómenos y mitos anglosajones, pero a la que pocos medios prestan atención.

«En cierto modo, era nuestra asignatura pendiente. Pertenecemos a una generación tremendamente influenciada por, sobre todo, la cultura anglosajona, y eso es estupendo. Pero hay vida más allá… ¡Ja, ja, ja! Y es necesario hablar de lo que pasa y ha pasado aquí. Redescubrir y disfrutar con tantas historias y personajes fascinantes de nuestro territorio. Eso es lo que pretende la sección Spain riots».

Apenas un par de semanas después de su lanzamiento, Agente provocador ha sido devorada por su público, que ya ha consumido la totalidad de su primera edición y espera ansioso su segundo número, del que sus responsables no aportan ninguna pista: «Agente provocador deja claras sus intenciones. Pero acaba de empezar a actuar. Así que no se sabe lo que puede suceder… Lo que sí podemos decir es que nos sentimos afortunados sabiendo que está siendo devorado y, esperamos, que con la misma pasión y disfrute con la que nosotros lo hemos hecho».

Lo que sí parece estar claro es que Agente provocador acabará con la mala prensa de otros agentes, como el agente naranja, el agente del orden, el agente secreto o los agentes provocadores de Fouché.

«No es lo mismo un agente de la autoridad o el agente naranja que un agente secreto o provocador. Aunque, claro, todo depende de en qué lado estén ellos o ellas y de qué lado estés tú. En todo caso, siempre es más divertido ser un agente secreto o provocador».

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