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No al maltrato al político

La época convulsa que vivimos no hace distingos con nadie. Sufren los ciudadanos, sufren los empresarios, los niños, los servicios públicos y claro, sufren también los más débiles: los políticos. Alberto González Vazquez, más conocido como Querido Antonio, ha puesto imágenes al nuevo single de Amaral, que denuncia tan lamentable situación.

Amaral -quién me iba a decir a mi que iba a terminar escribiendo de Amaral en Yorokobu– no es nueva en dotar de cierta dimensión social a las letras que adhiere a sus melodías. Ya era sabido que son unos peligrosos bolcheviques antisistema. Toda sinrazón tiene, por fortuna, un final.
El dúo zaragozano ha decidido situarse al lado correcto de la línea que separa al bien de los peligrosos filoetarras que tratan de conseguir mejoras sociales y otras pamplinas que atentan directamente contra la libertad del individuo. Por fin se han metido en la piel de los que peor lo pasan tomando medidas que les duelen a todos, «pero-a-ellos-más-que-a-ti».
El tema que cuenta la historia se llama Ratonera, «una canción nueva que hemos grabado recientemente. Es el adelanto del nuevo disco que estamos componiendo y que esperamos tener listo en septiembre», dicen en su página web.
Ratonera muestra toda una serie de males que acucian a los dirigentes y de los que los ciudadanos, inmersos en nuestra burbuja de cristal adornada de Eurocopas y gintonics premium, no somos conscientes. ¿Sabía usté que un 58% de los políticos no pueden abandonar el hogar paterno por carecer de los recursos necesarios para la emancipación? ¿Sabía usté que la maldita heroína, el puto caballo, ha diezmado las filas parlamentarias de decenas de países decentes?
Reflexione. Si esto ocurre en el planeta es que algo estamos haciendo mal.




Gracias a Rafa Gil, siempre al tanto de lo que se cuece en el mundo del underground.

Por David García

David García es periodista y dedica su tiempo a escribir cosas, contar cosas y pensar en cosas para todos los proyectos de Brands and Roses (empresa de contenidos que edita Yorokobu y mil proyectos más).

Es redactor jefe en la revista de interiorismo C-Top que Brands and Roses hace para Cosentino, escribe en Yorokobu, Ling, trabajó en un videoclub en los 90, que es una cosa que curte mucho, y suele echar de menos el mar en las tardes de invierno.

También contó cosas en Antes de que Sea Tarde (Cadena SER); enseñó a las familias la única fe verdadera que existe (la del rock) en su cosa llamada Top of the Class y otro tipo de cosas que, podríamos decir, le convierten en cosista.

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