Madrid, un día cualquiera. Un nutrido y elegante grupo de damas y caballeros hace su entrada en uno de los suntuosos palacios de la capital del reino invitados por su propietario, un destacado miembro de la nobleza.
La escena no tendría nada de particular si no fuera porque ese grupo va ataviado a la moda de 1830 en pleno siglo XXI. Y a juzgar por su manera de hablar, los ademanes y la vestimenta, bien podría jurarse que existen los viajes en el tiempo y ellos acaban de llegar de esa época como si nada. Todos forman parte de Anacrónicos Recreación Histórica, «un grupo abierto, colaborativo, libre y altruista de personas de todas las edades y procedencias que se organiza para crear eventos de recreación en diversos lugares de España, y próximamente puede que fuera de España, aquí en Suiza».
Quien habla es la señora Odette von der Fiederkleid, frau Odette para sus compañeros de recreación, que es el alter ego de una caracterizadora española que ha trabajado en el Teatro Real de Madrid y que ahora vive en el país helvético, donde ha retomado sus estudios de Historia del Arte. Aquí los nombres reales se ocultan, cada miembro crea su propio personaje en base a sus propios conocimientos y gustos personales, y prefiere ser conocido por su nombre ficticio que por el verdadero para que la inmersión y la recreación sean más auténticas.
Anacrónicos es más fácil de describir por lo que no es (no es una asociación, no son actores, no es un juego de rol ni tampoco un grupo apasionado del cosplay) que por lo que es. Su propósito, cuenta frau Odette, es difundir la historia social del siglo XIX, alcanzando también el primer cuarto del siglo XX, hasta 1925 y el Art déco. Nació en 2009 y está dirigido por lady Ayden Norwich, que se encarga de coordinar los eventos y actividades que programan, las personas que participarán en cada recreación y mover lo que hacen en Instagram.
Sus recreaciones no reproducen un determinado capítulo de la historia, sino escenas cotidianas que podrían darse entre la sociedad noble y burguesa decimonónica y de principios del siglo XX: un pícnic, un baile, una tertulia, un circo freak… «Recreamos el deporte, el luto, la presentación en sociedad, los duelos de caballeros… Hay muchísimos temas», aclara frau Odette.
Asistir a una de ellas es como asomarse a escondidas a una ventana y espiar lo que ocurre allí, pero 200 años atrás. La fidelidad con la que reproducen no solo el vestuario, los peinados y el maquillaje, sino también la manera de hablar, de moverse y la actitud es tal que parece que estuviéramos dentro de uno de esos cuadros del periodo romántico o de la Belle époque.
Tampoco es casual que los personajes que recrean en Anacrónicos pertenezcan a las clases altas. La razón es sencilla: «eran los vehículos de cultura. El vehículo de transmisión está en esas clases altas porque son las que tienen palacios, las que hacen labor de mecenazgo», explica frau Odette.
De ahí también que un buen número de los nombres de quienes integran Anacrónicos sean ingleses, porque Inglaterra era el modelo al que se mira en esa época y el lugar donde se iniciaron buena parte de los muchos cambios y revoluciones que transformaron el mundo y la sociedad. «Tenían la hegemonía de todo: de la revolución industrial, de la revolución de los transportes, de la cantidad de información que se trasmite…», detalla frau Odette.
Ella entró al grupo en el grupo en mayo de 2023, pero, explica, ya los conocía de unos años antes. Un día les contactó para ofrecerse a hacerles el peinado de jirafa en una de sus recreaciones, algo que le serviría a ella misma para practicar un curso de peluquería histórica que estaba haciendo. Por entonces, aún trabajaba en el Teatro Real. Después le invitaron a una recreación, le prestaron y vestido y acabó con el gusanillo metido en el cuerpo. Tanto es así, que ha conseguido involucrar a su hijo adolescente.
Para formar parte de Anacrónicos no hace falta cumplir ningún requisito especial ni se paga ninguno cuota. Tampoco hay límite de edad, todos son bienvenidos: niños, adolescentes, adultos, personas mayores… Básicamente, hay que saber y entender bien qué es la recreación y asumir que allí se va a difundir cultura, no a una fiesta de disfraces. Aunque se da por hecho que quien se interesa por la recreación histórica es una persona, a priori, interesada por la historia, con curiosidad para seguir documentándose y conociendo. Solo así se podrá construir un personaje con personalidad propia y que se adecúe fielmente a cómo se movía y actuaba en la época que se represente.
En cualquier caso, el grupo ayuda a los recién llegados compartiendo sus conocimientos, su documentación, ofreciendo bibliografía y corrigiendo errores a la hora de vestirse. Porque la precisión debe ser lo más rigurosa posible. Por eso, antes de llevarse a cabo cualquier actividad, los miembros del grupo que vayan a participar —no todos acuden a todas, cada uno elige a cuál asistir en función de sus gustos, sus conocimientos y su indumentaria— deben compartir qué se van a poner y cómo irán vestidos. Es la única manera de evitar cualquier anacronismo en la indumentaria, los complementos, el maquillaje o los peinados.
«No hay que estudiar, pero sí que es importante ser una persona de cultura, o querer serlo —confirma frau Odette—. No somos elitistas, pero entendemos que si te gusta la indumentaria histórica y por eso te interesa que nosotros la llevemos puesta, es que realmente has leído un poco de qué época es, quién la llevaba, dónde, por qué… Y ahí empieza todo, así que hay que ser curioso de la historia, lo primero. No hace falta ni ser estudiante ni historiador, pero sí estar informado o querer informarse o documentarse».
Pero advierte: «El grupo no le va a negar el acceso a nadie, pero si alguien quiere estar y llega con la idea de disfrazarse de algo parecido a como nos vestimos nosotros, esto no es recreación. Y eso sí, no puede venir alguien con un disfraz a recrear».
Por ello están preparando unas normas básicas para todo aquel que quiera iniciarse en esto. Cuestiones «de puro sentido común y educación», como define frau Odette, que, además de lo dicho sobre el realismo y la fidelidad de la indumentaria y compartir la documentación y el conocimiento que se tenga con los demás miembros del grupo, incluyen el deber de replicar la actitud del personaje del siglo XIX en función de su género y extracción social; ser conscientes del lugar y espacio en el que se va a recrear, respetando las condiciones que se les han puesto para poder llevarla a cabo, y el compromiso con el grupo para asistir a sus recreaciones cuando se confirma la asistencia, así como la más escrupulosa puntualidad.
En la mayoría de los casos, Anacrónicos elige el lugar donde se llevará a cabo una recreación y solicitará los permisos pertinentes para hacerlo, pero no son pocas las ocasiones en las que un museo o cualquier otro organismo les pide su presencia para conmemorar un aniversario o animar una exposición. Incluso han asistido a algunos rodajes de cine, pero siempre respetando la fidelidad de lo que se les pide representar.
En cierta ocasión, cuenta frau Odette, una productora les pidió hacer de figuración en una escena donde se estaba llevando a cabo una excavación arqueológica, y tuvieron que decir que no porque la mayor parte de los integrantes de Anacrónicos son mujeres, y en esa época a ellas les estaba vedado ese tipo de actividades científicas.
¿Cómo saber qué prenda se usaba en 1830 y cuál no? ¿Cómo se debía ir peinada a un baile de salón en 1890? ¿Cuál era el tratamiento para hablar con cada personaje? Todas estas cuestiones necesitan de una documentación exhaustiva y precisa por parte de todos los miembros.
Aquellos que son historiadores, por ejemplo, ofrecen bibliografía a sus compañeros a partir de la cual poder extraer información con la que conformar sus personajes. Pero el principal consejo que los veteranos dan a los neófitos es que se empapen del XIX visitando el Museo Romántico, el Museo de Lázaro Galdiano, el Museo Cerralbo y el Museo del Traje de Madrid. Y como ellos se dedican a recrear el comportamiento social de esa etapa de la historia, las hemerotecas y las bibliotecas son también una estupenda fuente de documentación.
«Vemos figurines históricos que están en bibliotecas; hay bibliografía específica sobre vestuario y joyas, hay creadores de réplicas, a los que se puede hacer encargos; o, por ejemplo, en el caso de joyas y complementos, incluso en los museos españoles hay reproducciones a la venta en sus tiendas». También el arte y la literatura ofrecen abundante documentación sobre los usos, costumbres e indumentaria de esa época.
Todo este conocimiento y su puesta en práctica es importante porque es «parte de una estrategia de marca personal, de branding —aclara frau Odette—. Por ejemplo, los retratos de la corte o los retratos que emula la burguesía. Y como son las obras que han llegado hasta nosotros, el estudio de la historia social completa, o pretende completar, la información que no es tan evidente de lo que ocurría. Y aquí tenemos los periódicos, las estampas, la publicidad, la literatura, la artesanía, las costumbres sociales de las personas del XIX, de todas las extracciones sociales, las primeras fotos, y, por supuesto, la indumentaria y el peinado y los objetos que llevaban; los complementos, que cuentan mucho, muchísimo, sobre quiénes eran, qué actividades hacían y por qué. Por eso, todo este aprendizaje y este estudio son colectivos. Aunque parte de una individualidad y se comparte, hay que difundirlo. Nosotros no somos profesores, pero hay vocación y tratamos de difundir lo que aprendemos, en redes, en entrevistas como esta y en la propia recreación».
No resulta barato, por tanto, iniciarse en la recreación histórica. Para cumplir con tanto detallismo, lo normal es hacerse uno o varios trajes por encargo y a medida. «Recrear no es barato, es una afición que tiene un coste elevado —confirma frau Odette. Intentamos ser lo más rigurosos posible a la hora de vestirnos y esarigurosidad va de la mano del presupuesto que cada uno tiene. Por eso nos buscamos la manera de ser lo más fieles posibles, pero cada uno según sus posibilidades». Por eso, muchos de los integrantes optan por confeccionárselos ellos mismos gracias a los patrones que se comparten en los grupos de WhatsApp. Incluso varios miembros son modistas profesionales y se ofrecen a coser los trajes para otros componentes, e incluso se prestan los vestidos entre sí.
España, y en especial Madrid, es el escenario de las recreaciones de Anacrónicos, aunque en algunas ocasiones se han llevado a cabo fuera de la capital. «Ahora, por ejemplo, estamos planeando una recreación histórica en Almería, en un Far West, hacia 1880, aproximadamente», anuncia frau Odette, pero recalca: «Esta es más difícil porque todo se ciñe a un fin de semana y la gente que viene del norte lo tiene más complicado».
Eso no impide, sin embargo, que estén planeando salir de España para su próxima recreación. El destino: Suiza, y para ello, frau Odette ya está trabajando y buscando contactos y permisos que les permitan llevarla a cabo.
«En el año 2026 se cumple el bicentenario del nacimiento de María Eugenia de Montijo, española, emperatriz de los franceses, que puso a España en el top de la moda internacional durante todo el II Imperio. Ella compró el Schloss Arenenberg y se lo regaló a Napoleon III, con lo que hay en Suiza una presencia española muy influyente». Por eso le haría especial ilusión que se pudiera llevar a cabo allí una recreación de todo aquello.
«Hemos hablado ya de esta posibilidad con el Museo Nacional del Romanticismo y estoy preparando la documentación para poder recrear una jornada social de aristócratas que recreen las costumbres, temas de interés, indumentaria de la corte española aquí, en el cantón de Thurgau, cerca de la frontera alemana. Evidentemente, necesitaremos un poco de apoyo institucional para abordar esa producción. Así que toda difusión al respecto nos viene de maravilla», sugiere. ¿Alguna petición más?, le animamos antes de despedirnos. «Sí. Tenemos muy pocos hombres», afirma sonriendo. ¿Algún señor se anima?
Imagen de portada: Museo del Ferrocarril de la estación de Delicias en Madrid. Época 1860, durante el 40 aniversario de su fundación. Fotografía de Moisés S.P.
Si eres un imperio, la única verdad de la que puedes estar seguro es que…
Les gustaba leer, pero nunca encontraban tiempo. También les gustaba quedar y divertirse juntos, pero…
La tecnología (pero no cualquiera, esa que se nos muestra en las pelis de ciencia…
La ciudad nos habla. Lo hace a través de las paredes, los cuadros eléctricos ubicados…
Cultivar aguacates en zonas secas es forzar la naturaleza: alto impacto ambiental y un futuro…
¿Qué tienen los chismes, los cotilleos, que nos gustan tanto? Para el ser humano, son…