Es un estereotipo muy manido. Las mujeres son normalmente las que fingen un dolor de cabeza nocturno para evitar echar un polvo con su pareja. Pero ¿y si la cosa estuviera más repartida de lo que se piensa? La investigación Maintaining Sexual Desire in Long-Term Relationships: A Systematic Review and Conceptual Model, publicada por The Journal of Sex Research, sugiere que, muchas veces, son los hombres los responsables de la falta de sexo en un matrimonio porque se sienten presionados a actuar o por otras curiosas razones.
«Ha existido la creencia cultural basada en mitos de que el hombre siempre está dispuesto para el sexo, con lo que no cabría la posibilidad de que este evite o rechace las relaciones sexuales por esa supuesta predisposición sexual constante», explica a nuestra revista la psicóloga y sexóloga Sonia García Barbera. «De esta creencia viene la presión que socialmente se ha ejercido sobre el hombre de que “tiene que cumplir” o “dar la talla”».
Y esta parece ser, precisamente, una de las principales razones por las que un hombre podría evitar mantener relaciones sexuales con su pareja. «Si el rendimiento sexual es fuente de angustia, evitar el sexo reducirá a corto plazo el malestar», añade.
Pero ese rancio estereotipo sobre la mujer tiene otra cara que le ha permitido perpetuarse en el tiempo. Se trata de la creencia de que, al contrario que el hombre, la mujer no tiene ganas de follar y que, ante los acercamientos sexuales de su maromo, tenderá a poner excusas como el típico «me duele la cabeza» o «esta noche estoy muy cansada».
«Por esto, se tiende a pensar que son las mujeres las que ponen excusas porque les gusta menos el sexo o tienen menos ganas. Pero, por supuesto, esto no es así. Tanto mujeres como hombres ponen excusas para no tener sexo con la pareja por diferentes motivos. Lo importante será que puedan hablar de ello y ponerle solución para no prolongar más el malestar ni el sufrimiento», apunta la psicóloga.
Asimismo, la sexóloga Itziar Gómez asegura que no podemos olvidar nuestra tradición judeocristiana para entender que el deseo sexual se ha considerado como algo pecaminoso, especialmente si era la mujer quien lo experimentaba. «La culpa ha sido un mecanismo muy efectivo para restringir el acceso de las mujeres a su propio deseo y, por supuesto, a su expresión. En este sentido, la evitación del sexo ha sido un comportamiento esperado e incluso reforzado socialmente», nos recuerda.
Sin embargo, parece que pasa justo lo contrario en el caso de los hombres, en los que el deseo sexual se ha entendido como signo de virilidad o potencia. «Por ello, es poco probable que un hombre exponga en un entorno social que no tiene ganas de mantener relaciones sexuales o que el sexo no ocupa un lugar prioritario en su vida», añade.
Aunque aquí no hay matemáticas ni ciencia exacta, Gómez ha encontrado un buen número de hombres en terapia que evitan tener sexo con su pareja. Su experiencia corrobora la tesis anterior.
«En muchos casos, se debe a una concepción del sexo que tiene más que ver con “hacerlo bien” que con dejarse llevar y disfrutar. En el momento en el que los encuentros íntimos están sujetos a una aparente evaluación o se siente que hay que dar la talla, el deseo sexual desaparece y comienza la evitación», explica a Yorokobu.
La competitividad y el intentar ser mejor que el de al lado, en general en todo, también tienen mucho que ver en todo esto. «Estamos inmersos en un modelo profesional y social basado en la exigencia, la búsqueda del éxito y la consecución de logros y, por desgracia, el sexo se está viviendo dentro de ese mismo modelo», reflexiona.
Pero hay más. La conocida sexóloga Lorena Berdún recuerda a nuestra revista que hay muchas otras razones por las que un hombre podría dejar de querer acostarse con su pareja.
«Muchos de mis pacientes varones no tienen ganas de hacer el amor. ¿Las razones? Depende absolutamente de cada persona y sus circunstancias. Estrés, vida acelerada, no tomar tiempo para uno mismo, problemas concretos de pareja que llevan al no entendimiento en la cama (por tanto, se suprimen las relaciones sexuales), etc. A veces, el miedo a abordar algún problema sexual concreto lleva al hombre a procastinar y dejar “para otro momento” su posible “fracaso”», defiende.
Una revisión de 64 estudios sobre la vida amorosa de las parejas ha descubierto recientemente que muchos hombres sienten rechazo por el sexo por la expectativa de que serán ellos quienes darán el primer paso. Y que, al igual que las mujeres, la falta de conexión emocional o el temor de que su pareja las encuentre poco atractivas también puede hacer que renuncien a una noche de pasión.
Los autores de la investigación, dirigidos por la experta en educación sexual Kristen Mark, afirman también que, en nuestra cultura, hay suposiciones de que las mujeres tienen menor deseo sexual que los hombres, y que es anormal que las mujeres tengan un deseo sexual alto o que los hombres tengan bajo deseo sexual. «Sin embargo, la investigación en los últimos años ha demostrado claramente que estas suposiciones basadas en el género sobre el deseo sexual no están respaldadas por datos».
Según contaron estos expertos de la Universidad de Kentucky a la revista académica The Journal of sex research, se espera que las mujeres dejen de tener relaciones sexuales si no se sienten emocionalmente cercanas a su marido.
«Pero los hombres que tienen más intimidad emocional con su pareja también son más propensos a querer acostarse con ellas. Y los hombres que sintieron una falta de conexión emocional con sus parejas también experimentaron menor deseo sexual», apostillan.
El consejo para ambos sexos, concluyen los autores, es aceptar que el deseo disminuye y dejarse llevar en una relación. Eso, o resignarte a expresarle el pésame a tus genitales.
5 respuestas a «El ‘esta noche no follamos, cariño’ que no era patrimonio de las mujeres»
En mi caso el problena no es el deseo, sino quién lleva la iniciativa. Y estoy harto de tener que ser yo siempre, que parezco ya un mendigo sexual
Vaya, y yo que pensaba que era el único.
Que poco se valora la ternura , el abrazo las caricias perse y demas ,
ante la tipica copula como principio y fin de las relaciones eroticas .
Los tiempos cambian, antes la concepción era al revés.
O al menos eso pensé siempre viendo la serie de casado y con hijos.
Diselo, igual le han educado en las monjas.
Se ve que Tu no tienes problemas al respecto de empezar.
Pero no está de mas valorar mas la ternura y las caricias abrazos estar asi sin mas en vez de usar la copula perse como rpincipio y fin d elas relaciones eroticas