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Fotonovela sin dramas sobre una superheroína de barrio

Que la vida es un combate diario es uno de los tópicos más empleados cuando nos toca definir nuestra existencia. Pero, curiosamente, no por mucho repetirlo pierde su sentido y su intensidad.
A esa vida diaria se enfrentan cada día personajes como Aurori, cuya lucha ha sido contada en imágenes por la fotógrafa y especialista en animación («stop motion, sobre todo») Isabel de la Torre.
Para conocer los orígenes de esta historia hay que remontarse a 2011 y las movilizaciones sociales que surgieron en España. De la Torre vivía entonces en Singapur. «Lo viví de lejos, pero me pareció fascinante que la gente saliese a la calle, que tuviesen iniciativa e hiciese algo», recuerda. «Pensé que tenía que contar algo sobre eso. Por otro lado, casualmente, vi unas imágenes en las que salía una abuelita disfrazada de superhéroe, tipo Capitán América, y relacioné la sociedad española con eso; superhéroes que pasan desapercibidos, que luchan día a día».

El personaje al que se refiere fue creado por el ilustrador Raúl Barbolla, más conocido como LeRaúl, a quien conoció a través de un amigo común. «El personaje surge como una viñeta más dentro mi blog Ysinosquitanlobailao?» -explica LeRaúl, y acabó siendo la cabecera del mismo. «Es una mujer mayor, de barrio y de una clase media…de esas que van con las bolsas y se paran a hablar con otras mujeres iguales y se responden ante la pregunta «¿qué tal?… Pues aquí, tirandillo». Acostumbrada día a día a superar precisamente eso, el día….a luchar. Es una luchadora, de ahí su máscara de luchadora mexicana».
«Tenía en la cabeza esta idea del superhéroe, pero trasladándolo  a la sociedad española», sigue contando Isabel de la Torre. «Quería hacer algo social y realista, pero sin caer en el drama. Por eso pensé en Raúl, ya que él dota de humor e ironía a sus personajes. Le pedí consejo y que me ayudase a crear un personaje y él me propuso su luchadora. Me pareció perfecto».

La idea quedó aparcada durante un tiempo y cuando regresó a España, retomó aquel proyecto. Y aquí es donde entra en juego Tamara Verdugo, técnica de iluminación, aficionada a la fotografía y con experiencia en la producción de espectáculos, quien además de la «materia prima» -Aurori es su propia madre-, ha realizado todo el trabajo de producción: «desde conseguir la Iluminación, hasta convencer a los personajes que salen en las fotos, pasando por todos los detalles de atrezzo que necesitábamos para poder recrear las fotografías tal y como las habíamos pensado».

Convencer a Aurori costó al principio. «Le planteo el proyecto a mi madre diciéndola que nos gustaría brindar un homenaje a todas esas personas que luchan como ella para llegar a fin de mes y hacerlo con humor y sin dramas. Y que para ello iba a necesitar sus datos en cuanto a gastos e ingresos y que toda esa información sería pública», nos cuenta Verdugo. «Ella, en un pricipio, se rió y me dijo «estáis locas»». Pero finalmente accedió y se prestó divertida a colaborar con las dos jóvenes. «Ahora se ríe muchísimo con el resultado», comenta Tamara. «Es muy valiente la Aurori».
La historia, que tiene un evidente trasfondo social  -«aunque siga una línea estética y tenga un concepto detrás», tal y como aclara Isabel de la Torre-, fue colgada en Medium, cuyo formato «me parece simple y directo», continúa diciendo. «Me resulta interesante un medio que está pensado para escribir textos, cosa que yo no tengo; pero en cambio sí hay una historia».

La idea original no se limitaba solo a las redes sociales, sino también querían «publicar carteles en la calle y usar otros medios físicos para que llegue también a otro tipo de público, a otra gente», aclara Isabel. Esto será próximamente, cuando acabe otros proyectos en los que está trabajando actualmente, como una serie en stop motion para televisión llamada Claykids.


(Podéis ver el reportaje de Medium aquí)  

Por Mariángeles García

Mariángeles García se licenció en Filología Hispánica hace una pila de años, pero jamás osaría llamarse filóloga. Ahora se dedica a escribir cosillas en Yorokobu, Ling y otros proyectos de Yorokobu Plus porque, como el sueldo no le da para un lifting, la única manera de rejuvenecer es sentir curiosidad por el mundo que nos rodea. Por supuesto, tampoco se atreve a llamarse periodista.

Y no se le está dando muy mal porque en 2018 obtuvo el Premio Nacional de Periodismo Miguel Delibes, otorgado por la Asociación de Prensa de Valladolid, por su serie Relatos ortográficos, que se publica mensualmente en la edición impresa y online de Yorokobu.

A sus dos criaturas con piernas, se ha unido otra con forma de libro: Relatos ortográficos. Cómo echarle cuento a la norma lingüística, publicada por Pie de Página y que ha presentado en Los muchos libros (Cadena Ser) y Un idioma sin fronteras (RNE), entre otras muchas emisoras locales y diarios, para orgullo de su mamá.

Además de los Relatos, es autora de Conversaciones ortográficas, Y tú más, El origen de los dichos y Palabras con mucho cuento, todas ellas series publicadas en la edición online de Yorokobu. Su última turra en esta santa casa es Traductor simultáneo, un diccionario de palabros y expresiones de la generación Z para boomers como ella.

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