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Autorretretes, una de smartphones y aseos

Que lo público y lo privado existe no es algo que tenga mucho sentido discutir. Lo bueno es dilucidar dónde acaba lo uno, dónde empieza lo otro y, sobre todo, lo divertido que es saltar la línea que separa a ambos conceptos. Caín Santamaría lleva años investigando el concepto a través de su proyecto Autorretretes, un compendio fotográfico de personas que se muestran en uno de los lugares privados por excelencia: el baño.

La ubicuidad del móvil-cámara produce imágenes tomadas en los sitios más insospechados.
El ser humano es vanidoso y le gusta verse en los espejos, pero no puede evitar ser lo que és: un animal que caga y mea.
Caín Santamaría

Para Santamaría, la esencia del proyecto radica precisamente en la conjunción del juego conceptual y la convivencia de los espacios íntimos y públicos. Todo comenzó en 2005. No existía Tuenti, paraíso del autorretrato joven frente al espejo hoy en día, pero sí Fotolog. «Comencé a darle vueltas a experimentar con la idea de coleccionar fotos en baños, pero vi que la idea se podía confundir con las autofotos chonis. Por ello, decidí que tenía que tener unas normas«, cuenta el autor del proyecto. «Un Autorretrete es un acto fotográfico íntimo realizado en un espacio de acceso público que tiene difusión por internet».

Santamaría conserva aún los autorretretes de aquella época. Sin embargo, llegaron los smartphones, la geolocalización y el uso masivo de las redes sociales. Eso facilitó mucho el trabajo de Santamaría y el esfuerzo dedicado a mantener el proyecto actualizado. » Los nuevos Autorretretistas son diferentes a los que colaboraron en la primera época por email. Son personas con mucha vida en las redes sociales a los que les gusta el lado lúdico de hacer Autorretretes. De momento, con los Autorretretes –que a estas alturas andarán por los 500 o 600– no hay una idea clara. Como serie los veo como un álbum de viajes “alternativo” o incluso pueden llegar a ser una guía de bares que no te hablan del bar. También son un documento del implacable transcurso del tiempo sobre mi aspecto físico».

A pesar de que el autorretrete es un recurso de expresión muy popular entre adolescentes 2.0, los usuarios que participan en la experiencia «tienen muy claro que no están haciendo una foto Tuenti y se sienten perfectamente diferenciados de ese submundo adolescente-inconsciente. Me sorprende muchas veces la facilidad con la que han asumido el concepto», cuenta este licenciado en Bellas Artes. Para él, las imágenes que forman parte de la iniciativa son fotos en lugares públicos. En los hogares, «el baño de nuestra casa es el único espacio realmente íntimo y solitario. Si nos hacemos una autofoto en él con nuestros albornoces, nuestra bañera sin limpiar o los azulejos 70s que tiene el baño, estamos perdiendo mucha más intimidad que en un Autorretrete», señala.

El nombre de la experiencia procede de un disco de Mamá Ladilla. «Un día de 2008, tras verlos en concierto en el Gruta 77, me acerqué a los camerinos, les expliqué el proyecto y me dieron su bendición para comprar el dominio. Cuando creé la cuenta @autorretretes en Twitter, uno de los primeros en usar el hashtag #autorretrete fue @juanabarca_ML, cantante y líder de la mencionada banda», dice.

Santamaría se enfrenta ahora al reto de dar un paso más. Autorretretes pretende concentrar toda la actividad en Autorretretes.com además utilizar una app para facilitar la publicación de las fotos. El artista observa que a mucha gente le cuestra escribir el hashtag (#autorretretes) de manera correcta. Con la aplicación móvil pretende que tanto el envío de fotos como su catalogación se hagan de manera correcta y ordenada. Además, pretende reforzar la idea de comunidad que se vive a través de esta experiencia. «Todas las redes sociales en las que los Autorretretes tienen presencia están ayudando a crear una comunidad de personas que se plantean estos autorretratos como un juego o un coqueteo con el arte. En una segunda fase, intentaremos centrarnos en consolidar la comunidad de Autorretreteadores dándole un carácter más social a la aplicación para poner en valor a las personas que aportan Autorretretes», explica.

Por el momento, la iniciativa tiene más de artístico y personal que de negocio. Dotar a Autoirretretes de una dimensión económica es algo que Santamaría se está planteando. «Veo varias tendencias en el modelo de negocio: la gamificación, los checkins en establecimientos y por supuesto en la plataforma publicitaria que puede ser el portal una vez haya una comunidad sólida y activa en el mundo Autorretrete. Por lo menos, el objetivo a medio plazo es que sea autosuficiente económicamente», señala.

Por David García

David García es periodista y dedica su tiempo a escribir cosas, contar cosas y pensar en cosas para todos los proyectos de Brands and Roses (empresa de contenidos que edita Yorokobu y mil proyectos más).

Es redactor jefe en la revista de interiorismo C-Top que Brands and Roses hace para Cosentino, escribe en Yorokobu, Ling, trabajó en un videoclub en los 90, que es una cosa que curte mucho, y suele echar de menos el mar en las tardes de invierno.

También contó cosas en Antes de que Sea Tarde (Cadena SER); enseñó a las familias la única fe verdadera que existe (la del rock) en su cosa llamada Top of the Class y otro tipo de cosas que, podríamos decir, le convierten en cosista.

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