Gente por todas partes y expositores, muchos expositores. Unas 170.000 personas han vistado (o intentado visitar) los más de 3.600 expositores que inundaban durante cuatro días el Centro de Convenciones de Las Vegas. Todo por culpa del Consumer Electronics Show (CES), el primer gran evento del año en el mundillo tecnológico.
Startups y grandes compañías tecnológicas acuden a la ciudad del juego a señalar el camino hacia el futuro. Coches autónomos o wearables de todo tipo, que medirán todos y cada uno de los parámetros de nuestra vida desde nuestra muñeca, se han dado cita en el primer escaparate tecnológico de 2015.
Pocos ámbitos de la vida escapan ya a una convención como el CES. Cada vez más objetos cotidianos son inteligentes, y hay avances tecnológicos hasta para los medios de transporte más habituales: Toyota presenta su apuesta por el hidrógeno como combustible para los coches de pasado mañana, los cascos para ciclistas se reinventan para emitir una señal que advierta a los coches de su presencia y hasta los pedales se convierten en alta tecnología para localizar tu bicicleta cuando te la roban.
Muchas de las innovaciones presentadas en el CES han logrado hacerse un hueco en los medios de comunicación de medio planeta. Sin embargo, de todo lo que sucedió durante aquellos días en Las Vegas, alguna que otra cosa escapó al alcance del ojo mediático.
Para empezar y que cada uno se ubique, nada mejor que una visita turística. No ya a Las Vegas, donde las excursiones empiezan y acaban entre máquinas tragaperras, mesas de blackjack y espectáculos de agua y luces en fuentes gigantes; no, lo mejor es hacer una visita turística por el propio CES. Por suerte, existe Shelly Palmer, el hombre cuyo imperio turístico geek ha organizado tours para unas 5.300 personas por los pasillos de la feria a lo largo de esta edición.
¿Un entrañable personaje más de la ciudad del juego con algo de éxito o un empresario que sabe oler el dinero a lo lejos? A 1.000 dólares por cada visita guiada de hora y media, y a 350 dólares las audioguías, no hay que hacer cuentas: Palmer (a la derecha en la foto anterior) es un auténtico tiburón.
Selfies de todos los colores
Una vez descubierto el negocio de las visitas guiadas por el CES, llega el momento selfie. Es entonces cuando el ser humano pierde totalmente el sentido del ridículo, saca un palo y se hace una foto con su móvil. Parece imposible, pero todo puede empeorar si, por ejemplo, te suena el teléfono con el dichoso palo puesto.
El backstage del CES también permite descubrir que hasta los coches se hacen selfies. Con palo incluido, claro. Muy a lo bestia, eso sí, pero esto es un autorretrato en toda regla.
La cuestión es qué fue antes: el genial invento de la grúa para que el coche tome imágenes de sí mismo o el estúpido artilugio del palo para los móviles. Mientras el visitante del CES 2015 filosofa sobre el origen del universo selfie, puede ir comiendo algo. Toca engrasar el aparato digestivo con lo mejor de lo peor.
Con esto entre las manos, puede resultar útil llevar uno de esos cinturones que se ha presentado en Las Vegas durante estos días: un ceñidor inteligente que se afloja cuando estás poniéndote las botas y se aprieta él solito si es necesario. Si el reloj inteligente que monitoriza la salud de su propietario viera lo que se come en los pasillos del CES, lo más probable es que pidiera la jubilación antes de ser presentado.
¿Y por la noche?
El CES 2015 ha dormido, pero poco. Eso sí, sus asistentes lo han hecho menos aún. En una ciudad como Las Vegas, el mundo de la noche también saca partido de una convención multitudinaria. Que se lo pregunten si no a Jeremy Lemur, portavoz de El Rancho de Sheri, el burdel legal más cercano a la ciudad del pecado. Asegura que sus ingresos «se incrementan un 70% en comparación con una semana normal por los clientes que vienen a la ciudad para la convención CES».
Si el asistente prefería aprovechar la noche en un garito al uso, no tenía que buscar mucho. No porque en Las Vegas abunden lugares donde festejar el final del día, que también, sino porque era imposible publicar foto alguna con el hashtag #CES2015 en Instagram sin descubrir un garito. Nada más darle a enviar, los encargados de llevar las redes sociales de los locales nocturnos de Las Vegas aparecían en forma de comentario ofreciendo sus nocturnos, alcohólicos y musicales servicios. Marketing agresivo 2.0:
Cuidado con las noches, eso sí. A la mañana siguiente había que volver a tocar el futuro en el Centro de Convenciones de Las Vegas, y para eso era imprescindible madrugar: coger un taxi supuso durante esos cuatro días un suplicio, con colas a las puertas de los hoteles.
¿Y Uber? ¿Dónde está Uber cuando se le necesita? Desde luego, no en Las Vegas. Los miles de geeks reunidos en la ciudad del pecado no pudieron disfrutar de la aplicación porque el servicio está prohibido desde el pasado mes de noviembre en el estado de Nevada. Así que solo quedaba una opción: hacer cola para conseguir un taxi y, de paso, firmar una petición para que Uber vuelva a las andadas por aquellos lares.
Otra de las pocas cosas que ha escapado del ojo mediático durante esta edición del CES es la escasa presencia de mujeres en las presentaciones de cacharritos y otras hierbas. El futuro de la tecnología sigue estando en manos de los hombres, pero claro, esto no es nuevo, así que tampoco había mucho que contar…
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Las imágenes utilizadas para este artículo son propiedad de Josephdepalma , Shelly Palmer y Sheri’s Ranch
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