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Bikestation: Estaciones de servicio para el ciclismo urbano


Andréa White-Kjoss, presidenta de Bikestation, lo tiene claro. Existen tres razones principales por la que las personas que quieren utilizar la bici como principal medio de transporte se resisten a hacerlo. Una es la falta de carriles bici e infraestructuras seguras separadas de los coches. Otra es el miedo a que te roben tu vehículo. La última tiene que ver con lo incómodo que resulta llegar sudado al trabajo o una reunión. Ella dice contar con la solución a «dos de estas barreras y la mitad de la otra».

¿Cómo lo consigue?
Bikestation, una compañía con sede en Long Beach California, proyecta y gestiona estaciones de servicio para ciclistas equipados con aparcamientos cerrados, duchas, taquillas y acceso a herramientas para el mantenimiento de bicicletas. No están solos. En España una empresa llamada Biceberg gestiona varios modulos automáticos para guardar bicis en Zaragoza, Huesca y Vitoria. También existen centros similares en Australia y Holanda, pero la mayoría (exceptuando Australia) ofrecen servicios limitados al almacenaje de las bicicletas.
Misión cumplida entonces: las bicis se guardan en un lugar protegido. Si estás sudado, tienes acceso a duchas y puedes contar con una infraestructura sólida, normalmente situada en las inmediaciones de una estación de tren (lo de si hay buenos carriles bici ya no depende de ellos).
«Ayudan a personas que ya utilizan este medio de transporte pero son absolutamente determinantes para animar a aquellos que no lo hacen todavía a coger la bici. En las encuestas que hemos realizado en nuestros centros, encontramos que antes de tener acceso a una estación de servicio, más del 50% de los miembros solo cogían el coche para moverse por la ciudad», explica White-Kjoss.
Actualmente, Bikestation lleva un total de 7 estaciones de servicio en EEEU repartidos por Claremont, Covina, Long Beach, Palo Alto, Santa Bárbara (California), Hillsboro (Oregón) y Washington DC. Acceder a ellas requiere hacerse socio. «Te cuesta 1 dólar al día, 12 dólares al mes o 100 dólares al año», una cuota que da acceso a las instalaciones las 24 horas del día.

Según White-Kjoss, la joya de la corona de la compañía es el centro que tienen en la capital estadounidense. Esta instalación, situada en una calla aledaña a Union Station (la estación más importante de la ciudad), tiene capacidad para 150 bicicletas, posee una tienda en su interior y taquillas envueltas por una estructura de cristal futurista. «Representa muy bien la visión que tenemos para las estaciones de bici. Ahora mismo los ciclistas somos ciudadanos de segunda pero si quieres llevarlo adelante tienes que elevar su estatus. Por eso nos esforzamos mucho en trabajar con buenos arquitectos para crear edificios innovadoras y llamativos que atraigan a la gente», explica.

Sevicio público vs. Sector privado
Hasta el momento, la falta de medidas para favorecer a las bicis a nivel nacional ha llevado a Bikestation a concentrar sus esfuerzos en la política local para aprobar proyectos. Todas las estaciones de servicio creadas hasta el momento son financiadas por las autoridades municipales de cada lugar donde se proyectan, pero White-Kjoss insiste en que el futuro no solo pasa por el sector público.
«El modelo tendrá que cambiar antes o después porque los gobiernos tienen presupuestos muy limitados. El sector privado tendrá mucho que ver con la expansión de estos centros. Ya hay algunas multinacionales que tienen instalaciones en sus oficinas para ciclistas. Ahora mismo estamos participando en un proyecto en Vancouver donde, por ley, se ha obligado a un promotor inmobiliario a construir un centro para bicicletas dentro de un complejo nuevo de edificios. Todo el mundo gana. La ciudad gana estas instalaciones y el promotor gana créditos para hacer más plazas de aparcamiento».
En mundo ideal…
En el futuro, Bikestation prevé ciudades repletas de estaciones para bicicletas de distintos tamaños en función de la densidad de cada zona. «Queremos que esté tan extendido como los aparcamientos para coches. Es la única manera de que realmente triunfe. La gente siempre busca la opción más conveniente y práctica. Pero no lo vemos como algo en contraposición al coche. La idea es que todo el transporte esté integrado. Que integre opciones de movilidad como compartir bicis y coches, y formas de pago conectados a la nube donde con un dispositivo puedes hacer todas las transacciones necesarias para moverte por la ciudad. Eso sería lo ideal».
Sin embargo, White-Kjoss es consciente del reto que tiene enfrente. EEUU sigue enamorado del coche y las ciudades están hechas principalmente para acomodar a este medio de transporte. «Empezamos a ver cambios. Mira aquí en Long Beach, por ejemplo. Ha hecho más por el ciclismo en 3 ó 4 años que en toda su historia. El número de ciclistas se ha duplicado de un año a otro. La gente está esperando una invitación, por eso tenemos que darle incentivos para hacerlo».
Bikestation, como muchas otras empresas que buscan fomentar el ciclismo en las ciudades, considera que cuanto más hagan para eliminar las barreras a la adopción, más posibilidades tienen de triunfar. Es una estrategia que no tiene ningún misterio y que recuerda al conocido dicho inglés: «If you build it, they will come» (si lo construyes, ellos vendrán).




Render de módulos más pequeños:






Por Marcus Hurst

Marcus Hurst es Cofundador de Yorokobu y Redactor Jefe de Ling Magazine. Puedes seguirle en @marcushurst

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