Icono del sitio Yorokobu

‘No seas pájaro de paragüero’ y otras ‘blabladurías’ que nos convierten en herejes lingüísticos

El grupo de WhatsApp de los hermanos Abadía (Javier, Jorge, Rafa, Gonzalo y Alfonso) no daba abasto. Apenas había sitio para memes y confidencias fraternales. Estaba a rebosar de blabladurías.

Los Abadía se habían pasado cinco años recopilando expresiones como «elevaduras eléctrico», «Eso, por debajo de mi cadáver» o «Ese tiene orejas de soplido». Las escuchaban en casa, en la calle, en comercios o en el trabajo y tras hacerlo, las escribían para compartirlas con el resto de los hermanos y no olvidarlas.

Cuando el compendio de frases-lapsus (o «herejías lingüísticas», como las denomina el padre de los autores, Leopoldo Abadía) llegó a las 500, pensaron que había que hacer algo con aquel material. Un libro recopilatorio se perfilaba como lo más apropiado. «Le propusimos el proyecto a la editorial Espasa y le encantó». Como título escogieron una de sus blabladurías preferidas: No seas pájaro de paragüero.

La idea de que fuera un libro ilustrado vino después. «Nos permitía hacer camisetas o tazas y difundir así el blabladurismo». El concepto blabladuría nació casi a la par que el libro. «Surgió como una frase más, pero vimos claro que era el nombre que buscábamos». Gonzalo, el penúltimo de los hermanos (por edad), ha sido el encargado de las ilustraciones.

blabladuriaborrascas

blabladuriapato

blabladruiapan

En los años que han pasado recolectando blabladurías, dicen haberlas escuchado de boca de todo tipo de gente: «A todo el mundo le puede surgir una blabladuría cuando menos se lo espera. Dicha por uno mismo u oída en algún momento del día: la secretaria de un cliente, el médico que te va a operar, el panadero…».

Que todos seamos potenciales generadores de blabladurías tiene su explicación: «Ocurre cuando queremos parecer cultos y a la vez populares diciendo frases hechas, pero tenemos un cacao mental importante».

blabladurialeche

blabladuriacirco

Aseguran que la regla de oro que ha regido el proyecto se ha mantenido de principio a fin: «No inventarnos ninguna, sino cazarlas al vuelo».

Cada uno de los cinco hermanos reconoce tener su blabadurías preferidas, «aunque hay algunas como “Este tío ni siente ni lo parece” o “Se fue con una mano en cada maleta y otra detrás” que nos parecen magistrales».

Salir de la versión móvil