Los modelos de Bob Mizer no enseñaban mucho más que cualquier otro culturista de por aquel entonces. Era 1945 y la práctica de tomar fotos a estos deportistas se llevaba realizando desde el siglo anterior (en España, el mismísimo Santiago Ramón y Cajal se dejaba inmortalizar presumiendo de músculos conseguidos tras muchas horas de trabajo en el gimnasio, ya a finales del XIX). Pero las imágenes de Mizer insinuaban mucho más que cualquier otra de su género.
En Estados Unidos, la ley marcaba claramente los límites en cuanto a vestuario se refiere. Los desnudos integrales estaban prohibidos, pero a aquellos musculosos hombres no les hacía falta mostrarse de esa guisa. Aun con algo de ropa conseguían esa sutil provocación que hacía que esas fotos fueran diferentes al resto. Bob Mizer sabía del tirón que tenían, especialmente entre el público gay.
A finales de aquel 1945, el fotógrafo fundaba Athletic Model Guild, compañía que comenzó a comercializar las fotografías de modelos masculinos. Pese a que fueron muchos los que se dedicaron a esta práctica antes que Mizer, fue en aquel momento cuando la mayoría de los especialistas datan el nacimiento de «la fotografía del cuerpo».
A lo largo de su carrera, Mizer fotografió a más de 10.000 modelos. En total, realizó más de dos millones de fotografías y 3.000 cortos en casi cinco décadas. Un material que consiguió generar en la mojigata sociedad norteamericana, aunque no sin pagar por ello. En 1954 fue acusado de distribuir material obsceno a través del servicio postal de Estados Unidos. Un pequeño taparrabos era lo único que llevaban los hombres de las fotos decomisadas por las autoridades (aunque aquello no fue nada comparado con la pena de nueve meses en un campo de trabajo a la que fue condenado tras ser acusado —«erróneamente», según afirman en su fundación— por mantener sexo con un menor).
Pero con Mizer no había ‘reinserción’ posible. El fotógrafo no sólo siguió fotografiando cuerpos masculinos semidesnudos, sino que en 1951 lanzó la que se considera como la primera revista gay en Estados Unidos: Physique Pictorial. Sus páginas se rellenarían con las imágenes de los culturistas más famosos del momento, entre ellos Arnold Schwarzenegger o Joe Dallesandro (inspiración de Warhol).
A sus primeras fotos en la playa les siguieron las que realizaba en el estudio que montó en el pequeño hotel que regentaba su madre en Los Ángeles tras el fallecimiento de esta, ocurrido en 1964. Estatuas y columnas romanas, así como patos, gansos o árboles de Navidad formaban parte del atrezo. Incluso a veces asomaba la cristalería de su progenitora. Su muerte supuso una nueva etapa en la carrera de su hijo. A partir de entonces, los modelos de Mizer comienzan a mostrarse ya completamente desnudos.
Era 1957 cuando Mizer recabó sus fotos para crear con ellas un catálogo titulado 1000 Model Directory. Todos los modelos que había fotografiado hasta la fecha aparecían en ellas. Once años más tarde, se publicaba una segunda edición con los modelos retratados en ese segundo periodo. Dos joyas de la fotografía en las que Taschen volvió a fijarse (la editorial conocía bien el trabajo de Mizer tras reeditar Physique Pictorial en 1997). En esta ocasión su idea, según cuentan en nota de prensa, era poner solución «a la frustración» que puede generar no poder disfrutar de las imágenes a un tamaño mayor.
La editorial recoge las fotografías más populares de Mizer en tres volúmenes que llevan el título original de los catálogos del fotógrafo, y los completa con un facsímil del de 1975.
Antes de 1000 Model Directory, Taschen lanzó Bob’s World: The Life and Boys of AMG’s Bob Mizer en 2009, donde recogía 250 imágenes que repasan la carrera del fotógrafo, así como un DVD con algunas de las películas del que para algunos fue el Hugh Hefner de la industria editorial gay.