Un bot analiza cuántas mujeres columnistas hay en la prensa

Los desarrolladores Andrés Snitcofsky y Juan E. D. han creado el primer bot para detectar columnistas mujeres en la prensa argentina. A través de la cuenta de Twitter @columnistOS es posible comprobar con periodicidad diaria qué porcentaje de mujeres han podido publicar sus opiniones en la prensa del país austral.

«La idea es proporcionar datos fácticos y objetivos sobre la composición de los medios. De esta forma, aportamos algo positivo a la discusión de si debemos o no hacer algo para promover la diversidad en los medios y en tantos otros ámbitos en los que los varones son mayoría», explica Andrés Snitcofsky, uno de los desarrolladores de @columnistOS.

Según cuenta Snitcofsky, el proyecto surgió después de que comenzase a colaborar con el medio online Economiafeminita. Allí comprobó que había una importante demanda por parte de los lectores de que los columnistas de los medios no fueran siempre varones. Además, pretendían que las mujeres que escribían esas secciones no abordasen siempre las áreas temáticas que el machismo supone son «de mujeres» y visibilizar a esas profesionales cuyos trabajos, en muchas ocasiones, no llegan nunca a la home del medio en el que trabajan.

Para ello eligieron como campo de operaciones Twitter, una red social que «si bien no representa necesariamente lo que se discute en sociedad, está muy conectada con el periodismo y los medios. Por tanto, tener una cuenta «objetiva» que aporte datos nos parece un buen paso en la lucha contra la posverdad y las discusiones no basadas en argumentos», sostiene Snitcofsky.

Hace unos meses, en España ardieron las redes cuando se hizo público el cartel de los participantes en el II Congreso Capital del Columnismo. Todos los participantes anunciados eran hombres. Ante el escándalo y las críticas, el organizador del evento, Jorge Francés, afirmó que era una lista provisional y que la definitiva incluiría mujeres columnistas.

Efectivamente: el saldo final fue de 25 hombres y cinco mujeres. Una situación que no se diferenciaba excesivamente de la de la primera edición del congreso celebrada en 2014, en la que participaron dos mujeres y 14 hombres. En todo caso, Francés se defendió afirmando que él no era machista y exigió «25.000 disculpas» a los que le habían calificado como tal.

En Argentina, la situación no se diferencia demasiado a la de España. Allí, al igual que se justificaba el organizador del Congreso Capital del Columnismo, «no son machistas», pero lo cierto es que la presencia de las mujeres en el columnismo es considerablemente menor que la de los hombres.

«En Argentina es usual que columnistas y periodistas escriban y aparezcan en periódicos, revistas, televisión o radio indistintamente. Por esto mismo, la poca diversidad en los medios los atraviesa a todos por igual. Pero no solo en el caso del género. También afecta a otras minorías no representadas», comenta Snitcofsky.

Por el momento, el bot @columnistOS solo revisa las páginas web de los cuatro diarios mas importantes de argentina: Clarin, La Nacion, Pagina12 y Perfil, aunque sus creadores esperan ampliar en breve esa búsqueda a otras cabeceras.

«Nos limitamos a revisar solo las notas que figuren en la sección que cada medio sostiene como «principal», para medir con la misma vara a todos los medios por igual. Una vez que el scrapper detecta las notas, hace una lista de los autores. Esa lista de autores es chequeada con una base de datos para intuir el sexo según el nombre».

En aquellas ocasiones en que esa clasificación automática no funciona, se atribuye manualmente un sexo al nombre de ese periodista. «Sabemos que esto es aproximado y maniqueo, y que no respeta la identidad de género, que es plural y no necesariamente correspondiente con el nombre de la persona, pero es lo que, al menos por ahora, nos es posible realizar».

@ColumnistOS comenzó a funcionar el viernes 15 de diciembre y, en menos de una semana, sus autores ya han recibido peticiones de Mexico, Venezuela, Guatemala, El Salvador y Ecuador para aplicarlo en esos países.

«No creíamos que iba a tener tanta repercusión en tan poco tiempo. Esto demuestra que es una problemática que atraviesa, al menos, a toda nuestra región. Por eso, una vez que lo tengamos funcionando y revisemos que todo va bien, liberaremos el código para que pueda ser replicado. A partir de entonces veremos si en algún momento, efectivamente, genera algún cambio en algún medio», concluye Snitcofsky.