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Los carteles de las elecciones europeas

Salí del súper con mi viejo coche y vi a lo lejos la gigantesca figura de un hombre azul. ¿La vuelta del Dr. Manhattan de Watchmen? Cuando llegué a la rotonda vi que el gigante era un barbudo. ¿Cómo pude confundirme? El personaje de Alan Moore tiene mejores hechuras y es posible que más huevos —gracias al control sobre la materia— que el gigante barbudo.

Unos metros más tarde vi que era una idealización del candidato del PP al Parlamento Europeo. Me pregunté cuál fue la inspiración del diseñador. ¿La noche anterior vio Los Pitufos y Los cazafantasmas, y mezcló los conceptos en un sueño? Me recordó a un Papá Pitufo agigantado, igual que el muñeco de malvavisco que asoló Nueva York. El lema que acompaña al gigante, también resultaba inquietante:
«Lo que está en juego es el futuro PUNTO».
El gigantesco PUNTO cerrando el lema me inquieta. Uno supone que un punto en un correo electrónico zanja futuras comunicaciones. Por ejemplo:
Saludos PUNTO
Un cordial saludo PUNTO
Sin embargo, si uno quiere que la comunicación fluya acaba con alguna de estas fórmulas:
Saludos COMA
Saludos ESPACIO EN BLANCO
¿Qué podría significar el PUNTO en un cartel gigantesco? ¿Qué podría hacernos este gigante azul si truncamos sus aspiraciones? ¿Lanzarnos rayos atómicos? No, esto sería propio del Dr. Manhattan. El Papá Pitufo gigante podría engullirnos como pipas.

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Ya en casa encendí la tele para ver Gran Torino. Pensé que tipos como Kowalski son los que necesitamos. Hace lo que promete.
En un intermedio, un anuncio de Izquierda Plural: sale gente que dice que la gente es importante y acaba con un rotundo:
«El poder de la gente»

Entiendo que la campaña pretende captar la atención de «la gente corriente», el españolito de a pie, el currito de toda la vida, pero pienso que Izquierda Plural ha contratado al enemigo.
 Cuando pensamos en «gente» pensamos en negativo. «Gente» suele estar incluida en frases cotidianas como: «la gente está mal de la cabeza»,« la gente es mala», «la gente no sabe lo que quiere…»
Google me da la razón. Escribo «la gente es» y Google sugiere: loca, mala, asquerosa… Vivimos unos tiempos en los que incluso el estribillo de aquella cancioncilla de Enrique y Ana adquiere tintes dramáticos:
«Viva la gente, la hay donde quiera que vas».
Sin embargo, imaginamos las vacaciones como las sugieren los anuncios: uno y la playa… Como mucho hay niños jugando a la pelota muy a lo lejos, tanto que no llegan sus gritos; tanto como para que se los lleve una ola.

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Ayer mismo, paseando hasta el cajero me topo con la imagen de una señora con un pañuelo alrededor del cuello. Es la candidata del PSOE a las elecciones.
La imagen se me antoja de merienda de pasteles con las amigas. El pañuelo es lo primero que pilló. Una imagina a esta mujer diciendo: «Hazme una foto que la subo al Facebook para que vean mis hermanas que me divierto». Por supuesto, la amiga sabe cómo enfocar y usar los filtros de Instagram.
«TÚ mueves europa», dice esta mujer.
Remarcando el TÚ, como toda mamá, para hacerte sentir culpable. Las mamás no son infalibles, están sujetas a error, pero el primer pensamiento siempre es la culpa cuando ellas comienzan una frase por el TÚ. Y el pañuelo, lo primero que pilló porque es así de natural, una ganga.

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A la tarde siguiente, paseando por el barrio encuentro carteles nuevos en escaparates de locales por alquilar o traspasar. Junto a anuncios de compra-venta de instrumentos musicales y liberación de móviles hay un joven sonriente con barba y camisa púrpura que capta mi atención.
«Por fin, la Primavera».
Me gusta el color de camisa, pero no encuentro el precio. En su lugar pone:
«Vota Primavera Europea».
Tampoco es un grupo de música en un talent show.
Vota a Saray, SE LLAMA COPLA
… Está unos metros más adelantes. Entre ambos carteles la diferencia principal está en el color. Los familiares de Saray hicieron los carteles con la impresora familiar alimentada por el último cartucho de tinta negra.

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El cartel de UPyD que alguien ha compartido en su muro se me antoja la promoción de un remedo de serie norteamericana. El elenco de un The Good Wife o Boston Legal low cost. Las sonrisas forman parte del guion. Conjuntar tantas sonrisas y que todas parezcan naturales es complicado. En esta producción, imagino que el hombre de la pajarita tiene conocimientos de entomología y sabe chino mandarín.
El lema que acompaña al cartel remarca el carácter de protagonistas de serie de televisión gracias a las tipografías y colores:
«La unión hace la fuerza».

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Me topo en Twitter con el anuncio de otro aspirante al Parlamento Europeo. Un jubilado que parece un hombre serio, aunque sonríe, que tiene a la altura de la cabeza el lema:
«La solución es cambiar»
Abajo, junto a un reloj:
«VOX».
La imagen y el lema se presta a confusión para una persona ajena las elecciones europeas. ¿Cambiar qué? ¿De marca de detergente? ¿De pan de molde? ¿De crema fijadora para la dentadura postiza? ¿Es un mal anuncio de un reloj mal enfocado? En cualquier caso, una sonrisa tan inquietante como los jubilados que llevan tarta de manzana a Mia Farrow en La semilla del diablo.

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Lo que me pregunto es si otras personas reparan en estos carteles o los mira con la misma indiferencia que a los anuncios de conciertos de grupos desconocidos en polígonos industriales.

Por Javier Meléndez Martín

Soy guionista desde 1998. He trabajado en producciones de ficción y programas para Canal Sur, ETB y TV3.

Co-escribí el largometraje para televisión Violetas (Violetes), una película para Televisió de Catalunya, Canal Sur Televisión y Canal 9. (2009).Violetas consiguió dos premios y dos menciones.

Imparto talleres de guion desde 2010.  Ahora, en Portal del escritor.

Puedes leer mi blog La solución elegante (recomendado por la Universidad Carlos III de Madrid para estudiantes de guion).

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