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Las mujeres de la Biblia no eran ni tan santas ni tan vírgenes, según Chester Brown

chester brown

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A lo largo de los siglos los textos bíblicos han sufrido múltiples variaciones. Desde errores en la traducción del arameo al griego y posteriormente al latín, hasta censuras conscientes y premeditadas para, por ejemplo, dulcificar las actitudes de algunos de sus personajes femeninos.

En su novela gráfica María lloró sobre los pies de Jesús, el ilustrador Chester Brown hace una relectura de la Biblia y aporta una nueva visión sobre la forma de vida de esas mujeres. Además de afirmar que muchas de ellas fueron prostitutas, sostiene que el cristianismo original no estigmatizaba esta profesión.

Chester Brown forma, junto a Seth y Joe Matt, una particular Trinidad de dibujantes de cómics. Los tres viven en Canadá, comparten vivencias y, posteriormente, las utilizan como material para sus libros.

Seth es un amante de la estética y la cultura de los años 30 y 40, Matt es un tacaño aficionado al porno y Chester Brown, un putero confeso, faceta que ha narrado en Pagando por ello, una exitosa novela gráfica en la que aborda el tema con total normalidad.

«Hay gente que piensa que porque soy famoso y conocido tengo mucho dinero», contaba ayer Chester Brown en un encuentro organizado por Gerardo Vilches, la editorial La Cúpula y la librería Generación X de Madrid. «No es así. No tengo mucho dinero, aunque sí el suficiente como para pagar por sexo de vez en cuando».

Chester Brown se considera liberal, lo que en ocasiones lo decanta hacia las posiciones de derechas de la política norteamericana, «porque no quiero injerencias del gobierno y quiero menos impuestos», pero por otra parte «estoy a favor de la despenalización de las drogas y de la no criminalización de la prostitución».

Para Brown, la prostitución, lejos de ser una explotación, es una forma de compartir afectos mucho más libre que la que supone el amor romántico, que acostumbra a exigir exclusividad en el amado, lo que no deja de ser un modo de esclavitud. De ahí su defensa de la prostitución, una actividad que, en su opinión, es otra vía a través de la cual las mujeres (o los hombres) que quieran ejercerla pueden desarrollar su libertad personal.

Chester Brown frecuenta desde hace años a una única prostituta. En diversas ocasiones ha expresado sus sentimientos de cariño, afecto y respeto hacia a ella, y le gustaría que más hombres que recurren a este tipo de servicios sexuales contasen también su experiencia, «para que la sociedad dejase de satanizar a los puteros y de victimizar a las mujeres que deciden libremente convertirse en trabajadoras del sexo».

De hecho, esa trabajadora del sexo a la que visita Brown con frecuencia tuvo mucho que ver con el desarrollo de su ultimo libro María lloró sobre los pies de Jesús, cuyo subtítulo es Prostitución y obediencia religiosa en la Biblia. Cuando el ilustrador canadiense tenía dibujadas algunas viñetas de este libro, fue a una tienda de fotocopias para realizar diferentes reducciones con el fin de decidir el formato final.

«Mi intención era hacer un libro muy pequeño pero cuando se lo mostré a esta trabajadora del sexo, que en Pagando por ello aparece con el nombre de Denise, ella me dijo que no podía poner unos dibujos tan reducidos, que tenían que ser un poco mayores».

María lloró sobre los pies de Jesús vio la luz en España hace unos meses. En él Chester Brown reinterpreta diferentes pasajes bíblicos en los que mujeres como Tamar, Rahab, Rut o Betsabé aparecen como prostitutas o como personajes que, en un momento dado, han utilizado el sexo como mecanismo para obtener algún tipo de beneficio.

Para completar el volumen, también se incluyen pasajes, como la parábola de los Talentos o la del Hijo Pródigo, en los que los personajes que frecuentan a las prostitutas, lejos de ser censurados, son recompensados.

En opinión de Brown, el dios cristiano es un dios que fomenta el amor. Cuanto más se ame, más cerca se estará de Dios y la prostitución es una forma tan válida como otras de dar y recibir afecto. Además, «dar a alguien trabajo para que se pueda ganar la vida por su cuenta» es una de las más altas formas de caridad reconocidas en el Talmud. Por tanto, desde el punto de vista religioso, pagar por los servicios sexuales sería una forma más acertada de hacer caridad que, por ejemplo, repartir limosna.

Para afianzar aún más su teoría, Chester Brown sostiene, recurriendo a abundante bibliografía que adjunta en las notas finales del libro, que no hay ninguna referencia que sostenga que Cristo predicase en contra de la prostitución y las prostitutas.

Según dice, la genealogía de Jesús contenida en el Evangelio de Mateo sugeriría que su madre, María, habría sido prostituta y que el propio Jesús habría aceptado ese hecho con normalidad. No así Jacobo, uno de sus hermanos y continuador de su doctrina, que sería el que comenzaría a predicar en contra de esa actividad, los que la practican y sus clientes.

A pesar de las afirmaciones contenidas en María lloró…, Chester Brown reconoce no haber tenido demasiados problemas con el libro. «Cuando lo estaba acabando repartí unas fotocopias entre mis amigos para que lo leyeran y me dieran su opinión», explicaba. «Uno de ellos, muy religioso, me preguntó por qué no se lo había pasado a él. “Porque no te va a gustar”, le respondí. Me insistió y le di una copia. Efectivamente, no le gustó, y estuvo dos días sin hablarme, pero ahora todo está bien».

También se organizó una campaña pidiendo que se enviasen mails exigiendo a la editorial canadiense la retirada del libro del mercado. «Se recibieron 26.000 mails, pero todos tenían el mismo texto, así que la editorial tampoco se lo tomó en serio y no lo retiró de la venta».

A pesar de que ni Pagando por ello ni María lloró… han provocado demasiados problemas con los que exigen la prohibición de la prostitución o con las autoridades religiosas, su editorial Drawn & Quarterly tiene claro cuál debe ser el tema de su próximo libro.

«Por ahora no estoy haciendo ningún proyecto nuevo, pero mi editora me ha dicho “me da igual de lo que trate tu próxima novela gráfica, pero que no sea sobre prostitución”. Así que, después de pensarlo, posiblemente sea una buena idea hacerlo sobre eso», bromea Chester Brown.

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