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Cómo saber si estamos en campaña

Nadie dijo que la política fuera sencilla. De hecho, es tremendamente complicado manejarse en una disciplina en la que hagas lo que hagas, por noble y pulcro que sea, alguien te afeará el gesto. Eso no es óbice para que sigamos manteniendo nuestra responsabilidad de estar al tanto de la actualidad y de, por supuesto, fiscalizar y participar en la vida política. Os lo contamos en el número de papel de Yorokobu de este mes, pero esa es otra historia y aquí acaba la cuota de autobombo por hoy.
El caso es que con esto hay que tener un cuidado muy serio de no someterse a una nivel demasiado alto de radiación mediática, es decir, si se está en periodo de campaña o precampaña, ¡huye!
Con la campaña electoral no hay problema. La ley regula su duración y no hay nada como asirse a la ley cuando uno carece de sentido común. Así lo hacen los políticos pobres de espíritu: cuando lo que deciden es injustificable, se abrazan a la legitimidad que dan las leyes aunque estas sean manifiestamente injustas.
La cosa se complica cuando hay que decidir si se está en precampaña o todo el guirigay responde a la habitual rumba que configura el juego político cotidiano. Para eso está Yorokobu, División Servicio Público, para sacar de dudas al esforzado lector y para detectar los tics del escenario político que denotan esta realidad.

Los políticos comienzan a hacer cosas (aún más) raras

Las cosas ocurren así, sin que nadie las espere. De pronto, como en El Incidente de M. Night Shyamalan, los políticos comienzan a descuartizarse los unos a los otros tratando de que sus partidos ganen una posición ventajosa para los comicios.
Todo es mucho más interesante cuando, como ayer miércoles, hay gol en Las Gaunas y son los dirigentes de un mismo partido los que hacen que las películas de Eloy de la Iglesia parezcan parcas en navajazos.
Antonio Miguel Carmona, candidato del PSOE a la alcaldía de Madrid, ponía anteayer mismo «las dos manos en el fuego» por Tomás Gómez. Ayer, en un alarde de liderazgo y templanza política, el secretario general socialista Pdr Snchz dio un autogolpe de estado e hizo el harakiri a su propio partido. Para que luego digan que la entidad con mayor capacidad de autodestrucción de la península es el Barça.

No es el único comportamiento preocupantes del candidato Carmona. Ahora también madruga bastante para pasarse por algún desahucio. Con el frío que hace a esas horas tan tempranas y lo mal que sienta eso a la garganta.

El ya mencionado líder omnímodo del partido, el ‘planetero’ Pedro Sánchez, también comenzó a mostrar un comportamiento errático desde hace no demasiado. Su postura acerca de la cadena perpetua ha sido lo suficientemente clara durante mucho tiempo: estaba en contra hasta hace dos semanas y volverá a estar en contra cuando gobierne, si es que eso llega a ocurrir alguna vez. Pero joder, justo el otro día firmó a favor.
Claro, llega un momento en el que toca mostrar al vulgo que uno está hecho de otra pasta, que uno sirve para ser jefe y que uno es un hombre de estado. Llega un momento en el que te plantean el reto supremo de terminar con el terrorismo en España y, claro, firmas lo que te echen. Incluso la aceptación de la cadena perpetua.
La ciudadanía no entiende. A Sánchez le ha faltado darle piel a los argumentos que explican la decisión. ¿Qué habría pasado si no llega a firmar, listos? Pues lo que estaba ocurriendo, que este país era el jardín de juegos del integrismo islámico, un pozo de preocupación en el que el yihadismo era uno de los mayores dolores de cabeza de los españoles, solo por detrás del paro, la corrupción, la situación económica, la política y los partidos, los problemas de índole social, la sanidad, la educación, la calidad del empleo, los problemas que afectan a los jóvenes, los desahucios, la violencia sobre la mujer, la inseguridad ciudadana, los recortes, la vivienda, las pensiones, la justicia, la inmigración, la crisis de valores, los nacionalismo o el propio gobierno.
Muerto el perro, se acabó la rabia y ahora, con cadena perpetua, un terrorista yihadista suicida se planteará seriamente si se inmola en España o lo hace en Portugal.

Los partidos comienzan con la didáctica de la eficacia

Sabrán que estamos en precampaña porque tras años de buena gestión, toca explicar todo lo que se ha hecho y recoger, triunfal y ufano, los frutos de la excelencia aplicada. La piel de las cifras, que diría Carlos Floriano, ese hombre con cara y discurso de buena persona.

Rajoy, completamente convencido.

El Partido Popular, ese partido al que engañaron varios tesoreros, varios jóvenes emprendedores e incluso algún arquitecto, se ha puesto manos a la obra para arrojar luz sobre las cosas bien hechas. Como dijo Rafael Hernando, «el Partido Popular ha cumplido con más del 83% de los compromisos de su programa electoral». Y el tipo se fue a casa más ancho que largo.
De esta manera, Hernando contradice al mismísimo presidente del gobierno, que declaró meses antes que era «absolutamente consciente de que no cumplimos nuestro programa electoral, y créame que no me agrada nada». La culpa, ya saben, era de «la realidad», que se pone muy cabrona cuando quiere.
Don Erre que Erre

 

Las convocatorias multitudinarias (o no tanto)

En raras ocasiones se convocan concentraciones o manifestaciones desde los senos de los partidos en apoyo al propio partido. Podemos los hizo el pasado 31 de enero para medirse el tamaño de las pelotas y los ovarios y les salió bien.
Bueno, no del todo. Juan Carlos Monedero no cantó. Nos referimos a la copla, que nadie piense mal.

Bienvenido, Mr. Marshall.

UPyD también llamó a las prietas filas a que se lanzaran a la calle. En esta ocasión, el motivo no tenía nada que ver con un apoyo explícito al partido de Rosa Díez. La convocatoria planteaba un basta ya a la corrupción institucionalizada.
La aventura, si atendemos al diagnóstico de Carlos Martínez Gorriarán, cofundador del partido y presente en la manifestación, fue un éxito multitudinario.
https://twitter.com/cmgorriaran/status/557238493165158401
La realidad, tozuda como ella sola, se empeñó en desmentir al líder magenta a través de las cámaras que graban permanentemente lo que ocurre en la Puerta del Sol. Atendiendo a la Ley de la Mayoría Silenciosa, queda constatado que España está, por amplio consenso, a favor de la corrupción institucionalizada.

La era del amor

Hay un sentimiento inequívoco que denota cuándo se está en campaña electoral. Aflora el cariño, el amor, los abrazos, las miraditas cómplices, las promesas frecuentes. Ahora, ojo con esto. Hay que tener un par de cosas claras antes de identificar el escenario ante el que nos encontramos.
Si las muestras de cariño que usted presencia están jalonadas de escoltas y trajes Emidio Tucci, efectivamente sabrá que estamos en campaña en nuestros corazones. Si, por el contrario, lo que usted ve es gente feliz saliendo a la calle a entrar en contacto con otros seres humanos, besos y abrazos protagonizados por gente común, estamos hablando de la primavera, que casi está aquí.

Cuelga tú, tonto.

La Kiss Cam del PSOE

https://twitter.com/PSOE/status/563660678477938689
En cualquier caso, todas estas premisas son orientativas a partir del año 2016. A causa de los cuatros procesos electorales que va a ver este país durante 2015, la ONU ha declarado a 2015 como el Año Mundial de la Campaña Electoral Permanente. Ármense de paciencia.

Por David García

David García es periodista y dedica su tiempo a escribir cosas, contar cosas y pensar en cosas para todos los proyectos de Brands and Roses (empresa de contenidos que edita Yorokobu y mil proyectos más).

Es redactor jefe en la revista de interiorismo C-Top que Brands and Roses hace para Cosentino, escribe en Yorokobu, Ling, trabajó en un videoclub en los 90, que es una cosa que curte mucho, y suele echar de menos el mar en las tardes de invierno.

También contó cosas en Antes de que Sea Tarde (Cadena SER); enseñó a las familias la única fe verdadera que existe (la del rock) en su cosa llamada Top of the Class y otro tipo de cosas que, podríamos decir, le convierten en cosista.

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