Empezaré con una cita de uno los mejores “Gurús” que he tenido oportunidad de leer:
“No conozco a la mitad de vosotros la mitad de lo que desearía, y lo que deseo es menos de la mitad de lo que la mitad mereceis”— Bilbo Bolsón (El Señor de los Anillos)
Si esto fuese Google Wave ahora saldría un vídeo diciendo “Mandeeeeeee????”
Todo el mundo dice que estamos en un momento complicado, delicado, sensible, hostil, con oportunidades, con amenazas, con riesgo… Pero por qué nadie (o casi nadie) dice que estamos en uno de los momentos más CONFUSOS de la historia?
Os dejo otra perlita de otra gran Gurú de nuestro tiempo. Ni Confucio lo hubiese dicho mejor.
Cambios económicos, sociales, tecnológicos, empresariales… todo está en movimiento, todo se está transformando y las marcas no están al margen de esto, claro. Hace poco estuve en una presentación de tendencias y decía algo muy interesante. La gente, en estos tiempos, necesita valores sólidos, confianza, algo fuerte donde agarrarse.
Por eso volverán algunos valores tradicionales, por eso vuelven gustos por algunos productos de antaño, por eso vienen colores más apacibles, y por eso necesitan marcas auténticas, marcas con identidad.
Atención pregunta, ¿cuántas marcas auténticas, con identidad, existen?, o por lo menos, ¿cuántas marcas trabajan sobre el valor autenticidad? Probablemente a bote pronto piensas en Harley Davidson, Jack Daniels y Converse (sólo las All Star claro), pero sin duda es una buena forma de diferenciación y de luchar por una posición relevante en la mente de la gente en un tiempo de sobrecarga de oferta y recorte de la demanda.
Sobre esta premisa, estos días he visto marcas notorias acuñando conceptos vacíos, sin personalidad, sin una definición clara. Resulta curioso ver los “Mucho más que…”, “No sólo un…”, “Seremos lo que tú decidas…” o “Somos como somos porque tú eres como eres”. Por no hablar de los “parecidos razonables” de otras o de recordarnos que tenemos derecho a algo que hace 10 años que estamos usando.
Si todo tiende a ser más personalizado, más cercano, más humano gracias, en gran parte, a la tecnología, a los servicios más precisos, al CRM… ¿Cómo es posible que las mismas marcas que desean una relación más cercana con la gente se comuniquen a su target de una forma tan impersonal? Esto provoca una cosa, a ver si adivinas… si, confusión.
Un gran diseñador de Barcelona dijo hace poco que veía a las marcas muy confundidas (mejor a los departamentos de marketing), así que había comenzado a plantear los proyectos de diseño con una base estratégica (real, no de pegatina) para ofrecer coherencia de marca no sólo en imagen, también en concepto.
En marketing político se dice que la prueba de que los partidos y los candidatos no tienen un posicionamiento claro casi nunca es la facilidad con la que les puedes intercambiar los slogans y no desentona nada. ¿Confusión?, ¿Incoherencia? Puede que sean 2 nuevos valores en la “brand wheel” de muchas casas.
Oliver Henares es planner de HerraizSoto & Co