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Mobiliario urbano al servicio de la bici


El auge de la bicicleta en países como Reino Unido o España está dando lugar a nuevas oportunidades. Además de carriles bici, se necesitan infraestructuras como zonas para aparcar, soluciones antirrobo y hasta bombas de aire para inflar las ruedas en distintos puntos de la ciudad.
Cycle Hoop es una compañías que ha visto el filón a tiempo y ya ofrece una serie de soluciones curiosas para el ciclismo urbano.
Algunos de sus productos son meramente funcionales, como el Cycle Hoop, un accesorio que se instala sobre mobiliario ya existente para atar bicicletas.

Otros tienen un transfondo reivindicativo como 1 car space=10 bicycles, un aparcabicis portátil con sitio para 10 bicicletas. La pieza central tiene las dimensiones y la forma de un coche. Transmite el mensaje de que por cada vehículo aparcado caben diez bicicletas.

(foto: freshome)
Detrás de este afán por diseñar soluciones para la bici está la pasión de Anthony Lau. Este arquitecto británico creó Cycle Hoop a raíz de un robó que sufrió en 2008. “Tenía la bici atada a un poste. El ladrón logró levantarla por encima y se lo llevó. Esto me hizo pensar en formas para evitar que esto me volviera a suceder”.
Con el tiempo ha ido incorporando más productos, como una bomba de aire para bicicletas que además sirve de bolardo.

Además vende aparcabicis semiverticales y de dos pisos que ayudan a optimizar el espacio.

También comercializa minigarajes que protegen las bicicletas de las inclemencias del tiempo y los robos.

La mayor parte de los trabajos de Cycle Hoop, que cuenta con un equipo de 10 personas, ha sido para gobiernos locales en Reino Unido. “Ahora mismo representa el 60% de nuestro negocio pero los recortes se han empezado a notar. La inversión del sector privado está ayudando a compensarlo».
El siguiente horizonte para Lau es la creación de Cycle Hubs, estaciones de servicio diseñadas especialmente para ciclistas. Estos centros se han popularizado en algunas ciudades de California, Holanda y existen incluso en España (Zaragoza y Huesca). Los más sofisticados suelen ofrecer una zona de almacenamiento de bicis, reparación y recarga de bicicletas eléctricas y duchas.
Para desarrollar esta línea de negocio ha llegado a un acuerdo con Bikestation, una empresa que cuenta con más de una decena de puntos de este tipo en EEUU. Ser socio cuesta en torno a 100 dólares anuales y ayuda a acabar con una de las mayores quejas de los escépticos del ciclismo para el día a día: el temor a que les roben la bici y el rechazo a llegar al trabajo sudado.

Tampoco se puede descartar que llegue un día en el que las grandes compañías instalen sus propios centros en oficinas con muchos trabajadores. «Todo esto acaba de empezar. Está todo por hacer», añade Lau.
 

Por Marcus Hurst

Marcus Hurst es Cofundador de Yorokobu y Redactor Jefe de Ling Magazine. Puedes seguirle en @marcushurst

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