Ashes to ashes, stardust to stardust. David Bowie ya forma parte del cosmos. Sin embargo, mucho antes de emprender ese viaje final hacia las estrellas, el británico había surcado el espacio tantas veces que es de suponer que sabrá encontrar el lugar al que debe llegar.
Bowie estaba obsesionado con superar la estratosfera y llegar a donde no hay ni gravedad ni límites.
Su primera incursión, dentro del uniforme del Comandante Tom, fue Una rareza espacial, no una odisea. El intrépido comandante se vio asaltado por el síndrome de Stendhal en plena órbita y se dejó arrastrar hasta los confines del universo.
Un poco más cerca, en Marte, donde Bowie se preguntaba si podría haber vida, escribía su leyenda Ziggy Stardust. El icono del amor, la bisexualidad y el rock and roll llenó de color y libertad la televisión de un Reino Unido gris. Por fin, los chavales se dieron cuenta de que había otros mundos. En realidad, los que ellos quisieran dibujar.
Esa actuación televisiva de 1972 en Top of the Pops contaba la historia de un hombre de otro planeta con un mensaje de salvación para un planeta Tierra decadente y a punto de extinguirse. Ziggy era el mensajero de ese Starman. Ziggy fue el mesías que fracasó en su misión víctima de su propio ego.
Aunque David Bowie ya no está, seguiremos mirando al cielo para ver si aparecen Ziggy Stardust, Starman, el Comandante Tom o para intentar vislumbrar si hay vida en Marte. Algún día volveremos a viajar a la estrellas. Ya lo hemos hecho. Como miembros de la tripulación de David Bowie. Hemos sido afortunados.
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Rock ‘n’ Draw es una sección que cuenta cada dos semanas historias del pop y el rock de los últimos 80 años que merecen ser contadas. Os proponemos textos breves y las emocionales ilustraciones de Óscar Giménez, especialmente creadas para contar cada historia de un vistazo.
Si quieres ver entregas anteriores, acerca de Eagles of Death Metal y la sala Bataclan o de la muerte del Lemmy Kilmister, las tienes a un clic.