Alta costura. Prêt-à-porter. Dos definiciones que, en el pasado, identificaban dos conceptos precisos: una prenda de alta costura tenía que estar hecha completamente a mano, mientras que una prenda de prêt-à-porter podía estar hecha con una máquina de coser y, por tanto, ser producida en serie.
Pero el mundo evoluciona, y la moda con él, y a lo largo de los años esta distinción ha ido difuminándose. De hecho, algunos de los vestidos más lujosos —decorados con plumas, materiales industriales de última generación, flores artificiales y encajes confeccionados con tecnologías de impresión 3D, diseño por ordenador y corte por láser— no podrían realizarse sin el uso de las nuevas tecnologías.
Estas tecnologías ofrecen posibilidades innovadoras y sin precedentes para producir materiales y tejidos, y pueden utilizarse para crear prendas verdaderamente tecnológicas, funcionales e inteligentes. Y así pasamos de la haute couture —la alta costura— a la tech couture, con prendas que presentan nuevas características y funciones que van más allá de la estética.
LA ALTA COSTURA ES A LOS DETALLES LO QUE LA TECH COUTURE A LA TECNOLOGÍA
Imagina un vestido que interactúa con el entorno, que reacciona según las emociones. Imagina un vestido en relación activa con el cuerpo, gracias a los sensores y dispositivos tecnológicos integrados en los tejidos. Imagina un vestido de alta costura tecnológica. Imagina lo que podría hacer.
Anouk Wipprecht, diseñadora e ingeniera holandesa, lo ha imaginado y lo ha creado. Combinando su interés por el cuerpo humano, la moda y la tecnología, ha llevado al límite las llamadas wearable technologies —las tecnologías ponibles— utilizando sensores para construir una relación activa entre el cuerpo y la prenda.
Sus creaciones de alta costura tecnológica se mueven, respiran y reaccionan. Son prendas robóticas que unen ciencia y tecnología, y transforman la moda en algo más que un mero envoltorio estético. Desde las cardio-joyas creadas para Swarovski, con sensores que parpadean en función de los latidos del corazón de quien las lleva —imagínate ponértelas mientras hablas con una persona especial o durante una entrevista de trabajo, justo cuando el corazón más se acelera—, hasta el Drinkbot Dress —perfecto para un aperitivo—, diseñado para servir bebidas gracias a un original sistema de cánulas.
La creatividad de Anouk Wipprecht la ha llevado a diseñar prendas robóticas —principalmente mediante impresoras 3D— como el Smoke Dress, vestido que expresa a través del humo la incomodidad causada por la excesiva proximidad de los demás (y que quizás pueda ser útil para escapar de la típica fiesta aburrida), y el Spider Dress, un vestido que actúa como interfaz entre el cuerpo y el mundo exterior, y que utiliza la tecnología y el tejido como medio de interacción para reaccionar ante la proximidad de otra persona moviendo unas patas robóticas parecidas a las de una araña.
Ropa que defiende nuestro espacio personal, nuestra zona privada. En tiempos de distanciamiento social, cuando uno puede encontrarse en situaciones en las que los demás ignoran las normas, estas creaciones se vuelven muy interesantes.
Por este motivo Wipprecht ha retomado este interesante concepto y lo ha reinterpretado a través del Proximity Dress, un vestido que crea una barrera física cuando detecta a una persona en su proximidad. Menos agresivo que el Spider Dress, este modelo futurista está equipado con un sensor térmico que activa su silueta para expandirse y crear una barrera física entre quien lo lleva y cualquiera que se acerque demasiado.
El sensor que activa esta barrera es muy silencioso y se encuentra dentro del cuello de resina impreso en 3D del Proximity Dress. Cuando detecta a extraños en el espacio íntimo, personal, social y público de quien lo lleva, el vestido se abre por los lados gracias a un mecanismo situado en las caderas impresas en 3D, pero sin daños colaterales para quienes se hayan acercado demasiado: solo dará un pequeño empujón, una especie de aviso, para invitar a los que estén demasiado cerca a dar un paso atrás.
PROVOCACIÓN O ARMADURA
El Smoke Dress, el Spider Dress y el Proximity Dress reinterpretan la teoría proxémica del antropólogo estadounidense Edward T. Hall, el estudio de las relaciones y la comunicación que establecemos los seres humanos a través del espacio y de las distancias que ponemos entre nosotros mismos y lo que nos rodea. Anouk ha recuperado el concepto y lo ha trasladado a la esfera digital.
Estas creaciones son una forma de arte e investigación. Somos capaces de crear tecnologías ponibles y quizás deberíamos preguntarnos qué impacto pueden tener estas tecnologías en la sociedad, también desde un punto de vista emocional y cultural, pensar en qué tipo de ropa llevaremos en un futuro en el que los objetos cotidianos son cada vez más inteligentes y llevan dispositivos tecnológicos incorporados.
Entonces, ¿es la tecnología realmente la antítesis de la alta costura? Estos modelos demuestran que es posible traspasar los límites de la moda contemporánea y pasar de la haute couture a la tech couture con estilo. Las fronteras de la tecnología y lo virtual tienen un inmenso potencial que ofrecer y pueden coexistir en armonía, mientras que la innovación y la creatividad pueden dar lugar a un diseño pionero y revolucionario. Por otro lado, si la tech couture solo ofreciera prendas que simplemente se iluminan y cambian de color, sería bastante anodina.
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