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Definitivamente, cualquier tiempo pasado no fue mejor

Hace unos cuantos posts echábamos la vista atrás para rememorar los primeros pasos de Internet. Pero el entorno interactivo no es el único que se echa las manos a la cabeza cuando recuerda sus inicios. Todos los sectores y oficios que conforman el tejido empresarial de nuestro país tienen su propio pasado que, a pesar de la que está cayendo, no es precisamente mejor que su presente.

El historiador y académico Publio López Mondejar lo tiene claro: “Mirando las fotografías que representan nuestro pasado puedo sentir melancolía, pero no nostalgia, porque evidentemente nuestra realidad actual es mejor”.

Para llegar a la realidad a la que se refiere López Mondejar ha sido necesario un cambio que el propio historiador califica de revolucionario: “Aunque la vida ha seguido una senda de paulatino avance, lo cierto es que en las últimas cuatro décadas ese avance ha sido tan grande que cuando lo vemos no como una ‘película’ en tiempo continuo sino como ‘fotos’ que paralizan los instantes y se contraponen, la evolución es drástica y radical. El tiempo no tiene una cadencia uniforme y en la época en que vivimos su velocidad de avance es enorme por eso, hoy, cualquier tiempo pasado no es pasado sino remoto”.

Parte de ese pasado está recogido en las fotografías que forman parte de la exposición ‘El tiempo amarillo’, comisariada por el propio Publio López Mondejar, y organizada por Yell Publicidad con motivo del 40 aniversario de Páginas Amarillas. Y es que el objetivo de la muestra es precisamente recoger la transformación experimentada en la sociedad y el entorno empresarial español durante las cuatro décadas de vida del famoso listín telefónico.

“Retratar profesiones es algo indisoluble al hecho fotográfico. Con su afán catalogador y sofisticada mirada, fotógrafos famosos y anónimos se han aproximado habitualmente a profesionales y pequeños empresarios para plasmarlos en sus imágenes y a través de ellas mostrar la sociedad en la que vivían”, señala el comisario de la exposición que podrá visitarse hasta el de 5 de enero en el Centro Cultural de la Fundación del Círculo de Lectores de Barcelona.

Por Ximena Arnau

Ximena es redactora de Yorokobu y Ling

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