Icono del sitio Yorokobu

‘Distrito Diógenes’, la pieza que expone el exceso acumulativo de Madrid

Distrito Diógenes

Abres un cajón de tu casa y lo primero que aparece es un souvenir olvidado, un regalo incómodo o aquel manual del instituto que nunca más vas a consultar. Lo cierras rápido, como si así pudieras hacer desaparecer la acumulación. Pero la acumulación nunca desaparece. Simplemente se expande. Del cajón al trastero, del trastero a la nube, de la nube al planeta.

De ahí parte la propuesta de la Compañía CRÁTER, que bautiza su nueva creación con un nombre tan incómodo como familiar: Distrito Diógenes. El síndrome de Diógenes suele asociarse a personas que acumulan cosas compulsivamente hasta llenar sus casas de basura, pero la pieza propone mirar más allá de esa caricatura. La enfermedad se convierte en metáfora de un mundo donde todos acumulamos: ropa que nunca usamos, móviles que guardamos en un cajón, correos electrónicos que no volveremos a abrir, fotos que jamás veremos…

Distrito Diógenes

La obra plantea la pregunta de fondo. ¿Cuánto puede llegar a acumular una ciudad como Madrid, con sus 3,4 millones de habitantes? Y, sobre todo, ¿qué consecuencias tiene esa acumulación para nuestra vida en común y para el planeta? En lo físico, el exceso se traduce en consumo desmedido y toneladas de residuos. En lo digital, en emisiones invisibles que alimentan un sistema cada vez más insostenible.

Distrito Diógenes

Visible lo invisible

En este contexto nace Distrito Diógenes, una pieza expositiva y participativa seleccionada como actividad transversal del festival Surge Madrid 2025, que podrá visitarse del 25 al 28 de septiembre en la sala El Umbral de Primavera. Su objetivo es hacer visible lo invisible y confrontar a la ciudadanía con la magnitud de un hábito tan silencioso como devastador.

«Queremos saber cuánto podemos llegar a acumular no solo en el mundo físico, sino también en el digital. Pero, sobre todo, queremos hacerlo en colectividad, diluir los límites entre el público y la compañía, que el espectador sea también actor, una parte imprescindible para que la pieza pueda existir», explica Pablo Alamá, uno de los creadores.

Distrito Diógenes

Su compañero, Pablo Villa, lo define como un espejo a pequeña escala. «Nos interesa que Distrito Diógenes sea una especie de copia del mundo en el que vivimos. Acumular en ella tanto como se acumula en la realidad para, quizá, llegar a ver el límite en la pieza antes de alcanzarlo en el mundo real».

La propuesta se articula a través de tres dispositivos interconectados. El primero es una instalación interactiva en la que el público está invitado a desprenderse de un objeto que haya traído consigo. Ese objeto pasará a formar parte de la instalación, acumulándose junto a los de otros visitantes y componiendo una especie de retrato colectivo del exceso.

Distrito Diógenes

El segundo es una subasta gratuita. Aquí el valor no se mide en euros sino en argumentos. Gana quien logre convencer al resto de por qué merece quedarse con un objeto. Y el tercero, un recorrido por Lavapiés. Guiados por un audio, los asistentes recorrerán calles y comercios del barrio madrileño para observar con otros ojos lo que normalmente pasa desapercibido: escaparates, basura y archivos digitales que también flotan en la ciudad.

De esta forma, Distrito Diógenes se convierte en una experiencia híbrida, entre el arte contemporáneo, el juego colectivo y el activismo ciudadano.

Huella digital

La acumulación no es inocua. Según datos de la propia obra, el entrenamiento de la tercera versión de ChatGPT emitió más de 284 toneladas de CO₂, una huella medioambiental que pasa inadvertida porque se esconde bajo la alfombra digital. En paralelo, el anteproyecto de Ley de Consumo Sostenible aprobado en julio apunta hacia el derecho a reparar como antídoto frente a la obsolescencia programada.

«La pieza propone mirar tanto lo absurdo de seguir fabricando productos en masa como el impacto invisible de nuestros archivos digitales», subrayan sus creadores. El reto no es solo consumir menos, sino consumir con conciencia.

Distrito Diógenes

Distrito Diógenes no ofrece respuestas cerradas. Lo que propone es un gesto tan sencillo como mirar lo que acumulamos. Abrir el cajón, esta vez sin prisa, y decidir qué objetos, y qué archivos, merecen seguir ocupando espacio en nuestra vida. El resto, quizá, puede liberarse. Porque, al final, lo que guardamos dice tanto de nosotros como lo que dejamos ir.

Distrito Diógenes

Distrito Diógenes

Distrito Diógenes

La obra forma parte de Surge Madrid 2025, la Muestra de Artes Escénicas de la Comunidad de Madrid que se celebra del 18 de septiembre al 12 de octubre en 21 salas de la capital y municipios cercanos. Con 56 propuestas entre teatro, danza, performance y música, el festival impulsa la experimentación escénica y la reflexión sobre temas como la vida en Madrid, la salud mental, la precariedad laboral o el deseo de la mujer, además de la mencionada acumulación y el consumo.

Salir de la versión móvil