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El barrio de Hamburgo que se rebeló contra las meadas callejeras

Amanece en St. Pauli. Los vecinos de aquel barrio de Hamburgo están acostumbrados a recibir las primeras luces del día acompañadas de un terrible olor a orina… Es una de las consecuencias de vivir en unas de las zonas con más animación nocturna de la ciudad. Aunque parecen haber encontrado una solución provisional.

Según recoge CityLab, vecinos y dueños de algunos locales del barrio han decidido luchar con los ‘wild pee-ers’ recubriendo las paredes de algunas de sus calles con una pintura bastante utilizada en los cascos de los buques.

El material es tan resistente que es capaz de repeler cualquier líquido que caiga sobre ella. Lo que se traduce, en el caso de los aficionados a miccionar en la pared, en una meada en sus propios pantalones.
En algunas de las paredes repintadas, se ha colgado un letrero advirtiendo a los viandantes de que aquel no es el lugar idóneo para vaciar vejigas. «Nosotros no queremos echar a los turistas. Nos gusta ser sus anfitriones. La solución es solo para explicar nuestras reglas, como no fotografiar prostitutas mientras trabajan, no vomitar en los buzones… Y ahora, ¡no orinar en las paredes! Esta acción con la pintura es solo el comienzo», contaba Julia Staron, una de las organizadoras de la campaña, a la revista Spiegel.

Por Gema Lozano

Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutenses de Madrid. Parece que fue ayer, pero lleva ya más de veinte años escribiendo -aunque no seguidos, :)- en distintos medios. Empezó en las revistas de Grupo Control (Control, Estrategias e Interactiva), especializadas en marketing y publicidad. Más tarde pasó a formar parte de la redacción de Brandlife, publicación gratuita de Pub Editorial.  Y en los últimos años sigue buscado temas y tecleando en Yorokobu, así como en el resto de publicaciones de la editorial Brands & Roses.

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