Hoy en día todo va en una ensalada. Si te sobra algo en el frigo, mételo en un tupper con forma verde. Caucho, nylon, mirra e incienso. Todo vale. Ensaladas que han perdido su origen, ensaladas prostituidas, vejadas por estos tiempos modernos.
Ensaladas pizza. Ensaladas caníbal. Ensaladas wallpaper. Ensaladas Ruta del Bakala. Ensalada Kortatu. Ensaladas Jelou Kitty. Ensaladas Heineken Lager Beer. Ensaladas ‘el marketing satisface o crea necesidades’. Ensaladas con pepitas de albaricoque porque dan más felicidad, ensaladas de Bután, ensaladas con galletas María y ensaladas viejas.
*En las carreteras hay bares de luces en los que miles de hojas frescas verdes y brotes de remolacha son llevados por el mal camino de dejar de ser ensaladas de toda la vida para empezar con su cambio radical. Good bye, ensalada con aceitunas verdes. See you, con hueso o tomate normal. Vejación continua como la que le hacen al diccionario de la lengua hispana.
Unas ensaladas muy de Apple, muy de iMac. iEnsaladas. Con sus tostones de pan, sus salsitas y todo ese protocolo infernal que al final va muy de guay.
¿Por qué nos pasamos el (puto) día yendo de guays y de flipados, empezando por nuestro tupper?
Al final del día, al volver a casa, al pasar por el kiosko que pone fotos de cine, al no cruzar en rojo, te das cuenta de que la vida está bastante lejos de esa ensalada tan moderna, tan perfecta, tan César. Porque la vida es lo que es y no lo que una ensaladita dice que es.
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