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¿Es la tecnología un ser vivo?

Antes de Charles Darwin había reptiles, dinosaurios, homo erectus y mariposas. Por separado todo iba bien. Juntos no tenían ningún sentido. Hasta que el científico inglés puso orden en el tema. Trazó una cadena de animales que iban del pez al humano y mostró así que los seres vivos están en constante evolución. Mezclar los animales con el hombre y dotarles de un origen común marcó una nueva era en el pensamiento científico. Pero puede que el inglés olvidara algo. Quizá en el origen de la vida hubiera algo más. La tecnología.

Esa es la teoría de Kevin Kelly, fundador de la revista Wired. “Darwin introdujo una lógica a esta procesión infinita de organismos con la teoría de la evolución”, explica el estadounidense en su artículo The Positive Balance of Technology. “Hoy, con la tecnología, estamos en una situación similar. Estamos rodeados de millones de variedades de inventos, pero no tenemos una buena teoría para entenderlos. Tendemos a ver nuestro mundo tecnológico como una colección interminable de cosas nuevas. Para la mayoría de nosotros, la tecnología es simplemente ‘una cosa tras otra’”.

Kelly se propuso hace años elaborar una teoría en la que la tecnología tuviera su lugar en el mundo. A veces “tenemos una idea retorcida de qué es la tecnología”, dice el editor. Otras, olvidamos que no es solo una cuestión informática. “Por supuesto, la tecnología incluye viejas invenciones, como relojes, palancas y materiales antiguos que funcionan muy bien como el ladrillo o el cemento. La tecnología es también una serie de objetos comunes como calendarios, leyes, softwares… Incluye algo tan complejo como las organizaciones sociales y las ciudades. La tecnología es todo esto, lo antiguo, lo invisible, lo grande y lo nuevo. Esa acumulación de cosas útiles que nuestras mentes han inventado”. Pero, además, es “una fuerza cósmica. No comenzó con la aparición de la especie humana. Nació con el Big Bang. Es una fuerza extrópica, de autoorganización, que comenzó antes de la evolución biológica y que dirige planetas y la vida”.

Darwin creó una lógica entre los seres vivos y nacieron las especies en el pensamiento humano. Kelly llama technium a la “suma de tecnologías que forman un todo interactivo”. Lo define, también, en una entrevista por correo electrónico, como un “supersistema de invenciones codependientes” o un “ecosistema de cosas inventadas”. “No podemos percibir el comportamiento del technium en un iPhone, un cuchillo o un frigorífico aislado. La verdadera influencia de la tecnología se siente en su totalidad”, asegura. “Los elementos individuales, como un teléfono, un zapato o un bolígrafo, no están vivos. Pero todo el sistema de tecnología evoluciona del mismo modo y bajo los mismos principios que la vida”.

Darwin encontró un patrón de comportamiento. Lo llamó evolución. En la tecnología ocurre lo mismo, según el estadounidense. Nada apareció sin una razón. “Los patrones por los que los organismos vivos mutan y se diversifican tiene un paralelismo con la forma en la que los objetos tecnológicos se transforman a lo largo del tiempo”.

¿Es el humano una tecnología?

“La mejor tecnología que ha inventado la humanidad es el humano en sí mismo. Nosotros nos hemos domesticado a nosotros mismos y nos hemos convertido en parte del technium porque, como especie, no podemos vivir sin la tecnología”.

Es decir, el humano, definitivamente, “es una invención porque las personas estamos rehaciéndonos constantemente”, argumenta Kelly.

“Los genes humanos están evolucionando por la cultura. Por lo que leemos y escribimos. Ese conocimiento va transformando constantemente nuestras mentes. Nosotros veremos que el uso de Google y la nube para almacenar datos transformará nuestros cerebros. Nos estamos cambiando a nosotros mismos”.

Los dos inventos, personas y máquinas, interfieren inevitablemente en el desarrollo del otro. “La tecnología es determinista. Tiene una agenda y contiene ciertos aspectos inevitables. Pero de las personas depende su evolución y que surjan modelos abiertos o cerrados. Los humanos tenemos que dirigir a la tecnología y eso es lo que estamos haciendo ahora mismo con internet. Estamos contribuyendo a que la red evolucione, y dentro de unas décadas podremos identificarla con un organismo en todo el sentido de la palabra”.

¿Tiene la tecnología vida en sí misma?

Kelly siempre pensó que la “la tecnología quiere ser natural”. Hablaba de “biológicamente natural”, pero hace unos días publicó un artículo llamado Undetectable Technology en el que asegura que es también “geológicamente natural o un organismo que se autocontrola, como hace Gaia”.

La idea procede de un texto que escribió el autor de ciencia ficción Karl Schroeder sobre la paradoja de Fermi. Esta teoría indica, según Kelly, que “si hay un universo infinito, debe haber un número infinito de civilizaciones inteligentes que deberían emitir señales de su presencia. Pero, hasta ahora, no hay ninguna prueba”.

La explicación que Schroeder da de este fenómeno es que “una tecnología suficientemente avanzada es igual que la magia”, como afirmaba Arthur C. Clarke, pero, además, es “idéntica a la naturaleza. Básicamente, o bien no existen civilizaciones extraterrestres inteligentes, o bien no las podemos ver porque no se pueden distinguir de los sistemas naturales. Yo pienso que es esto último”.

La teoría de Schroeder lleva a Kelly a pensar que “el universo nos provee con una imagen de la finalidad última del desarrollo tecnológico. En el Gran Silencio vemos el futuro de la tecnología. Consiste en alcanzar una eficiencia cada vez mayor, hasta que nuestras máquinas consigan un equilibrio termodinámico con el medioambiente y nuestras economías se reemplacen por una ecología en la que nada se desperdicia. Después de todo, la búsqueda de inteligencia extraterrestre es, esencialmente, una búsqueda de productos tecnológicos desechados: calor desaprovechado, luz desaprovechada, señales eletromagnéticas desechadas…”.

¿Más allá del bien y del mal?

“La tecnología no es una panacea”, sostiene. “Nunca acabará con las enfermedades o las injusticias de la sociedad. La tecnología solo puede hacer una cosa por nosotros (algo asombroso): proporcionar un aumento de nuestras oportunidades”.

Por Mar Abad

Periodista. ✎ Cofundadora de la revista Yorokobu y de la empresa de contenidos Brands and Roses (ahí hasta julio de 2020).

Libros.  Autora de Antiguas pero modernas (Libros del K.O., 2019). «No es una serie de biografías de mujeres; es una visión más vívida, más locuaz y más bastarda de la historia de España». Lo comentamos en El Milenarismo.

Autora de El folletín ilustrado junto a Buba Viedma. Lo presentan en Mundo Babel (Radio3) y en Las piernas no son del cuerpo, con Juan Luis Cano (Onda Melodía).

Autora de De estraperlo a #postureo (editorial Larousse, 2017). Un libro sobre palabras que definen a cada generación y una mirada a la historia reciente desde el lenguaje. Hablamos de él en Hoy empieza todo (Radio3), XTRA!, La aventura del Saber (La2).

Autora junto a Mario Tascón del libro Twittergrafíael arte de la nueva escritura (Catarata, 2011).

Laureles. ♧ Premio Don Quijote de Periodismo 2020. Premio Nacional de Periodismo Miguel Delibes 2019, Premio Internacional de Periodismo Colombine 2018, Premio de Periodismo Accenture 2017, en la categoría de innovación.

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