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Falsas muertes de famosos: Vivir y morir la misma mierda es

El grosor de la línea que separa la vida de la muerte se mueve en una escala que va del nivel escrúpulos de directivo del FMI al nivel sentido del humor de tertuliano ultraderechista, es decir, es decididamente imperceptible. Como demuestra Íker Jiménez cada semana, en muchas ocasiones es tremendamente complicado discernir quién está a un lado y quién a otro.

Nosotros apostamos por la teoría que acabamos de invertarnos de que la reina Isabel II no ha muerto, en realidad, sino que se ha ido de jubileo a las Seychelles para que su hijo Carlos por fin se ponga a trabajar. Ahí lo dejamos.

Hemos elaborado un all-star de equilibristas sobre el alambre vital para que se den cuenta de que, en realidad, lo de palmarla tampoco es ni grave ni irremediable. Peor es estar vivo y ser alcalde de Madrid, por ejemplo.

ELVIS PRESLEY

El muertovivo por excelencia es el pionero del rock nacido en Tupelo. Cuenta a su favor que, en vida (la vida oficial, queremos decir), era ya un icono universal. Cualquier pedo de Elvis es, además, dado su talento, merecedor de la estima de la sociedad. Por eso, su muerte —fingida, por supuestísimo—, no ha dejado de ser la comidilla de conspiranoicos a este y aquel lado del río Misisipi.

Las pruebas de que el rockero sigue disfrutando de una plácida existencia son muchas y todas muy locas. Su certificado de defunción estaba fechado dos meses después del óbito. Están también todas las declaraciones y testimonios en plan «te-lo-juro-por-mi-madre» por parte de varias personas.

«El ataúd pesaba unos 450 kilos y desprendía mucho frío». «Un helicóptero salió con él de Graceland [la mansión donde residía] una hora antes de su muerte». «Lucy de Barbon, una antigua novia del Rey, recibió una rosa por correo de parte de Lancelot un día después de su muerte. Ese era el apodo que utilizaba Elvis en su relación y solo ellos lo conocían».

Hay muchas más teorías, a cual más lisérgica, en esta recopilación.

Si se nos pregunta nuestra opinión, nosotros estamos convencidos de que reside cómodamente en Venezuela, gritando ¡Viva Las Vegas! de arriba abajo, junto al siguiente muertovivo de nuestra lista.

JESÚS GIL

El orgulloso jinete del sufrido Imperioso se quitó de en medio en 2004 con un objetivo muy claro: evitar los numerosos procesos judiciales que se cernían sobre él. Una vez más, el peso del féretro es una de las pistas clave.

Se cuenta que, en este caso, la caja que supuestamente contenía el tieso cuerpo del mandatario rojiblanco llamó la atención por la falta de kilos. La reunión con uno de sus ídolos, Francisco Franco, aún debe esperar.

Mientras Presley grita ¡Viva Las Vegas!, él eructa ¡Viva Marbella! entre Martinis y Negronis.

MARIANO RAJOY

No se le veía, no se le escuchaba y, cuando aparecía, lo hacía a través de una pantalla de plasma. Si el supuesto Rajoy se materializaba en carne y hueso, lo hacía errando el guion, perdiendo los papeles y sudando la gota gorda para emitir su mensaje.

¿Murió Mariano Rajoy en un accidente de helicóptero en Móstoles? SIN DUDA.

Puedes leer muchos más datos que apoyan la teoría en La Conspiración.

TOM PETTY

Esta historia es muy marciana. El Tom Petty que veis no es el Tom Petty real. El actual líder de los Heartbreakers no es más que un impostor que sustituye al rubio inicial.

Según la leyenda, Petty entró en coma en los años 70, antes de grabar el primer disco, y murió alrededor de una década después. Como tampoco es cuestión de tirar una prometedora carrera por la borda ni un vídeo con la mismísima Kim Bassinger, lo sustituyeron por otro pelanas que ni siquiera tenía una voz parecida. Sustituyen su voz en discos y conciertos, según la loca teoría, mediante artimañas tecnológicas.

Por si esto no fuera suficiente, la conspiranoia se complica. Si usted sustituyese de soslayo a la estrella de su banda lo ocultaría en la medida de lo posible, ¿no? ¡NO! La teoría mantiene que, además, deslizan lo que ocurrió en la letra de Strangered in the Night. Como para pasar desapercibidos, vamos.

PAUL McCARTNEY

La historia de Petty ni siquiera es original. Antes que él, ya murió el Paul McCartney original y fue sustituido por William Campbell, que es el bajista que ahora parece una señora vieja.

El 8 de noviembre de 1966, en plena grabación de Revolver, el álbum más psicodélico de los Fab Four, Paul discutió con sus compañeros de banda. Salió del estudio apresuradamente y cogió su coche en dirección a casa. La alta velocidad a la que circulaba provocó un choque contra un camión que le rompió la cabeza provocándole la muerte el día 9 de noviembre. ¿Pruebas? ¡Un montón, pataliebres! Y, al igual que en el posterior caso de Tom Petty, están todas en los discos de The Beatles.

Algunas personas alegan que al escuchar ciertas canciones en sentido contrario se encuentran mensajes que, en lugar de invocar al demonio, como se ha hecho toda la vida, te cuentan que McCartney está muerto y que lo han sustituido por un fulano cualquiera.

Las portadas de Abbey Road y Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band están llenas de indicios que apuntan en la misma dirección, como explica este artículo de Time.

ANDY KAUFMAN

Andy Kaufman’s passport as seen at the Andy Kaufman exhibition at Maccarone Gallery in the West Village. Foto:
Jack Szwergold – Flickr

Ojo, que esta leyenda es fresquísima. La novena edición de los Premios Andy Kaufman se cerró con un discurso de Michael, el hermano del cáustico humorista. En ese discurso, Michael contó cómo Andy planeó una falsa muerte con posterior reaparición en la nochevieja de 1999. El lugar sería el restaurante favorito del comediante. Así que Michael fue allí y lo único que encontró fue una nota manuscrita que decía que el poderoso regreso se posponía indefinidamente hasta la muerte de Stanley, el patriarca de los Kaufman.

Stanley Kaufman murió —creemos que de verdad— en el verano de 2012, por lo que el camino para el mejor chiste del mundo se mostraba despejado.

Durante el discurso del que hablamos en aquella entrega de premios, Michael presentó a una mujer de 24 años que decía ser la hija que Andy había tenido en su nueva y oculta vida.

Sí, amigos, este es el material del que se hacen las leyendas urbanas.

RODRÍGUEZ

Rodríguez, el cantante que retornó al candelabro por obra y gracia del oscarizado documental acerca de su figura, Searching for Sugar Man, nunca murió ni fingió su muerte ni nada que se le parezca. Sin embargo, la mayor parte de sus seguidores en Sudádfrica, el país en el que más éxito obtuvo —casi el único—, pensaron que estaba muerto. De hecho, muchos creían que se había prendido fuego en el escenario, dando lugar a una de las defunciones más épicas, si no la que más, de la música contemporánea.

Nada más lejos de la realidad. Sixto Rodríguez se encontraba en su ciudad, Detroit, poniendo ladrillos y quedándose cegarruto con el único objetivo vital de petarlo en el Primavera Sound.

Si no has visto el documental acerca de su vida, deberías plantearte si tu existencia merece la pena.

Por David García

David García es periodista y dedica su tiempo a escribir cosas, contar cosas y pensar en cosas para todos los proyectos de Brands and Roses (empresa de contenidos que edita Yorokobu y mil proyectos más).

Es redactor jefe en la revista de interiorismo C-Top que Brands and Roses hace para Cosentino, escribe en Yorokobu, Ling, trabajó en un videoclub en los 90, que es una cosa que curte mucho, y suele echar de menos el mar en las tardes de invierno.

También contó cosas en Antes de que Sea Tarde (Cadena SER); enseñó a las familias la única fe verdadera que existe (la del rock) en su cosa llamada Top of the Class y otro tipo de cosas que, podríamos decir, le convierten en cosista.

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