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Los gadgets Brosmind para solucionar la falta de acuerdo

¡Chan chan chan channnn! La escena podría comenzar con música de suspense y un primer plano de los hermanos Mingarro, Juan y Alejandro, intercambiándose entornadas y desafiantes miradas. No hay acuerdo, ergo la batalla ha comenzado.

El fraternal tándem que compone el estudio Brosmind no es ajeno a los bloqueos, no solo creativos –que también, aunque no lo parezca–, sino a los que provoca la falta de consenso respecto a un tema. «Ante la ausencia de una tercera voz que incline la balanza hacia uno u otro lado, hemos tenido que idear sistemas para desbloquear estas situaciones».

Brosmind Tech, división tecnológica que conforman los propios Mingarro, propone tres dispositivos en función del grado de disensión. 

Ante los más leves, FlipCoin es el árbitro perfecto. «La máquina ofrece una elegante solución portátil ante discusiones menores como quién contesta el teléfono o a qué restaurante ir a comer». Al apretar un botón, FlipCoin lanza una moneda animada en cuya caída muestra la cara de Juan o Alejandro al azar. «En caso de que el sistema electrónico falle, el aparato dispone de otro analógico secundario al que se puede acceder rompiendo el vidrio en la parte posterior».

Cuando la situación desaconseja decisiones en caliente, los creativos hermanos suelen recurrir a Brosmind Dunk. Una partida de baloncesto entre dos jugadores para decidir quién se lleva el gato al agua. «Al no depender de la suerte, te deja la sensación de que la decisión ha surgido de un proceso de mayor maduración».

Para los conflictos más graves, aquellos que pueden hacer peligrar la estabilidad del estudio o la propia cohesión familiar, los Brosmind no se complican y lo dejan todo en manos de Family Business. Aquí el baloncesto se cambia por la lucha y, al tratarse de un asunto que concierne normalmente a toda la familia, los jugadores pasan de ser dos a cuatro; los padres de Juan y Alejandro son los otros dos contendientes. «El juego da opción a múltiples resultados. Si no hay acuerdo, el juego termina cuando solo un jugador queda en pie». Lo bueno, añaden, es que también permite la creación de alianzas e, incluso, traiciones durante la pugna. Lo que viene siendo un Juego de tronos al más puro estilo Mingarro, vamos.

Por Gema Lozano

Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutenses de Madrid. Parece que fue ayer, pero lleva ya más de veinte años escribiendo -aunque no seguidos, :)- en distintos medios. Empezó en las revistas de Grupo Control (Control, Estrategias e Interactiva), especializadas en marketing y publicidad. Más tarde pasó a formar parte de la redacción de Brandlife, publicación gratuita de Pub Editorial.  Y en los últimos años sigue buscado temas y tecleando en Yorokobu, así como en el resto de publicaciones de la editorial Brands & Roses.

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