El problema de B.
Me cuenta B., una joven inteligente, que quiere escribir un blog pero que tiene un problema:
—No sé cómo hilar los párrafos.
B. me desconcierta porque es brillante por momentos. Creo que es demasiado autocrítica.
—Antes de cada párrafo pon un titular —le digo— Nadie reparará si las ideas están hiladas o no.
B. ríe. Me temo que no me cree. Pero es así. Reconozco que en más de uno ocasión hice trampas con el estilo. (Y que las hagan otros no debe de ser una excusa, pero esta es una receta para tramposos).
Párrafos titulados
Pienso en mi próximo artículo para Yorokobu: «Revuelto de ideas con párrafos titulados».
Se toman cuatro o cinco ideas que, en principio, pertenecen al mismo tema. La crítica a una película o un libro se prestan con facilidad a esto. Se puede dividir el texto en el género, un poco de historia, argumento, personajes… Pero nada escapa a la disección. Una intervención política tiene el mismo esquema que una partida de petanca: Antecedentes, participantes, ambiente, actuaciones, reacciones de los participantes y de los curiosos…
Los títulos antes de cada párrafo pueden ser escuetos (como los que hay en esta entrada) o convertirse en una manera de demostrar que se tienen estudios superiores. De manera que hay tres opciones de títulos para hilar párrafos:
Estilo narrativo o tradicional:
- Por otro lado/En el apartado de…
- Mención aparte merece…
- También nos llama la atención…
- Debemos destacar
Estilo título directo (según la temática):
- Cine: Fotografía para la fotografía / Interpretación para la interpretación/ …
- Fútbol: Primer tiempo / Segundo tiempo / Polémica arbitral / Prórroga /…
- Debate: Exposición de A / Exposición de B / Las preguntas de los periodistas / …
- Etc.
Estilo título gafapasta:
- Cine: Tras los pasos de Néstor Almendros / Teoría de la luz / Arrebatadora luz
- Fútbol: Auge y caída de los gigantes / La desgracia de Sísifo (esto luce mucho y deja al lector con cierta cultura general con el gusto de saber que ha entendido la metáfora).
- Debate: David contra Goliat / Póker descubierto / Tigres y leones (apelando a la infancia de los lectores)
Si queremos evitar titular cada párrafo, una técnica sencilla consiste en colocar una fotografía.
Las imágenes pueden ralentizar la lectura de un texto bien hilado, pero en un texto confuso o con párrafos como bloques compactos, se convierten en un descanso visual. Y un truco burdo. Las imágenes funcionan como los puntos y aparte de un post.
Mezclar la tontería con lo superfluo
También puede ocurrir que tengamos cuatro o cinco ideas o más de temáticas distintas (fútbol, música, cine, cocina…) y necesitemos crear una entrada para nuestro blog o nuestro editor. En este caso, poner un título antes de cada párrafo es demasiado burdo. Sin embargo, un título genérico para el artículo o entrada puede unificar todos los temas. El título deberá sugerir que se dirán cosas importantes o vitales, que se pretende sentar cátedra:
- Diez (treinta, cincuenta…) verdades como puños (que no necesariamente son verdades, sino una mezcla de apreciaciones personales con filias y fobias).
- Verdades universales.
También podemos apelar a la melancolía:
- Cosas que aprendí en la escuela
- Aquellas meriendas con pan y mantequilla (para listar cosas de antes)
O querer convertirse en un referente para los tiempos actuales.
- Guía de supervivencia para el hombre moderno
- Todo lo que deberías saber para ser un hombre con estilo
… Títulos como estos permiten mezclar la tontería con la tontería, lo trivial con referencias a una cultura de masas con ínfulas intelectuales (a la mayoría de los lectores les sonará Nietzsche, pero a pocos Gilles Deleuze —confieso que lo he buscado). Por ejemplo:
DIEZ VERDADES COMO PATADAS EN LA BOCA
1. Todo listado gafapasta que se precie debería hacer referencia a uno de los participantes de Woodstock, más o menos de esta manera: “La mejor versión de (…) fue la de (…) en el álbum (…)
2. La mejor defensa de la trivialidad se hace recurriendo a la mitología griega.
3. Una receta de cóctel para soportar una resaca es mejor que un espacio en blanco.
4. Una frase contra el gobierno advierte al lector que uno es culto, pero cercano a los problemas de la calle.
5. Mencionar que las cosas que hacíamos a los 12 años son mejor que las que hacemos a los 40 siempre sacará una sonrisa a los lectores.
6. Escribir en un listado de cosas que tal director de cine, escritor o pintor está sobrevalorado es un recurso fácil y que garantiza algunas quejas y algunos aplausos.
7. Escribir que “todos los franceses…” o “todos los alemanes…” es otro recurso fácil.
8. Escribir “toda persona de bien debería leer…” es dar bofetadas a los lectores.
9. Un dato estadístico que no se sabe donde colarlo, aquí, como este: Cada persona mira 150 veces al día su smartphone.
10. Todo listado debe tener un crítica contra el listado.
Servir y listo.
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Anteriormente, en la cocina de los post: