Supongo que lo sabrás aunque sea algo que no te importe un barquillo. Ayer fue 2 de mayo, día de la Comunidad de Madrid, y en Madrid hicimos cosas de madrileños como reforzar las estructuras centralistas, llevar ofrendas florales al portal de Florentino Pérez y planear la próxima invasión de Gandía, que ya está al caer el verano.
Una cosa que no se hizo fue cantar el himno de la comunidad porque nadie conoce el himno de la comunidad, ni se emplea con entusiasmo en actos oficiales, ni lo ponían en Telemadrid antes de las arengas de Hermann Tertsch, ni nada de nada. Y es una pena, porque es el himno más divertido que se haya compuesto nunca.
«Garajes, museos, estadios, semáforos, bancos, y vivan los muertos»
Cuando se aprobó el estatuto de autonomía de la Comunidad de Madrid, allá por 1983, los madrileños se dieron cuenta de que no había himno, bandera, ni nada salvo la Puerta del Sol, la M-30 y nativos y bárbaros.
El presidente de la comunidad era un señor con bigote que ahora suelta exabruptos de vez en cuando, Joaquín Leguina. Encargó el concepto de la bandera a un poeta, Santiago Amón Hortelano, y el diseño al genial Cruz Novillo.
Con el himno hizo algo parecido. Encargó la música a Pablo Sorozábal, hijo del Pablo Sorozábal compositor de zarzuelas como La del manojo de rosas. La letra se le encomendó a otro poeta, a Agustín García Calvo.
No gustó a nadie. Así que en eso no hemos cambiado mucho. Si se hiciera ahora, tampoco gustaría a nadie salvo al que paga la factura. Por cierto, salió barato, ya que costó solo 1 peseta, que es algo así como un chirmiricéntrico de euro, niñas y niños.
Esta es la letra, unos versos en los que el pensador García Calvo no se puso ningún límite. Porque si en un himno no se puede hablar de garajes y semáforos, ya me dirás para qué sirven estas cosas.
Yo estaba en el medio: giraban las otras en corro, y yo era el centro.
Ya el corro se rompe, ya se hacen Estado los pueblos
Y aquí de vacío girando sola me quedo.
Cada cual quiere ser cada una: no voy a ser menos.
¡Madrid, uno, libre, redondo, autónomo, entero!
Mire el sujeto las vueltas que da el mundo para estarse quieto.
Yo tengo mi cuerpo: un triángulo roto en el mapa
por ley o decreto
entre Ávila y Guadalajara, Segovia y Toledo: provincia de toda provincia, flor del desierto.
Somosierra me guarda del Norte y Guadarrama con Gredos; Jarama y Henares al Tajo se llevan el resto.
Y a costa de esto, yo soy el Ente Autónomo último, el puro y sincero.
¡Viva mi dueño!, que solo por ser algo ¡soy madrileño!
Y en medio del medio, capital de la esencia y potencia,
garajes, museos, estadios, semáforos, bancos, y vivan los muertos:
¡Madrid, Metrópoli, ideal del Dios del Progreso!
Lo que pasa por ahí, todo pasa en mí, y por eso funcionarios en mí y proletarios y números, almas y masas caen por su peso;
y yo soy todos y nadie, político ensueño.
Y ese es mi anhelo, que por algo se dice: De Madrid, al cielo.
Como ves, la letra del himno de Madrid destila cierta retranca a la organización territorial del estado, a lo que significa ser madrileño, a las bondades del progreso y a lo mejor de esta comunidad: «garajes, museos, estadios, semáforos, bancos».
[Gracias a @gamusino por la idea]
En cualquier caso, ayer fue uno de los pocos días en los que se utilizó el himno, para conmemorar el levantamiento del pueblo madrileño contra el invasor francés. Aquí, un resumen de las jugadas más relevantes de aquel jari.


El día que Beastie Boys descubrieron internet (que, por suerte, fue bastante pronto)
Es posible que no lo sepas o no lo recuerdes porque 1994 es la prehistoria. En internet lo es casi literalmente, pero por aquellas fechas había gente que flipaba con las posibilidades de aquella cosa fea, llena de texto, fotos cutres y gifs animados de buzones de correo.
Ese era el caso de un chico de pueblo de 20.000 habitantes al norte de Indiana, Ian Rogers. Ian llevaba toda su vida trasteando con ordenadores, haciendo skate y escuchando punk.
El joven era un fan irredento de Beastie Boys y decidió crear un repositorio de información acerca de su banda favorita en Usenet, la ‘cosa’ que vino justo antes del World Wide Web tal y como lo conocemos ahora.
Así lo explica en Beastie Boys. El libro, un espectacular, completo y delicioso mamotreto que lanza Reservoir Books el próximo jueves 9 de mayo.
«Empecé a escanear y publicar todos los artículos de revistas que encontré, porque aún pasaron muchos años antes de que pudiéramos insertar un enlace a tu revista favorita[…].
»Aunque estoy seguro de que el alcance de la página era infinitamente pequeño en comparación con los estándares actuales, la web de los Beastie Boys era uno de los pocos sitios de «visita obligada» para toda la gente que empezaba a navegar, y esa distinción hizo que se incrementara mi determinación por conseguir que fuera la definitiva.
»Aún así, la idea de que los Beastie Boys, o alguien a quien ellos conocieran entraran en la página me parecía absurda. No era abogado, pero estaba bastante seguro de que escanear artículos de revistas y apropiarse de logos e imágenes era ilegal si lo hacía sin permiso. Así que cuando recibí una llamada de una mujer llamada Bethann que trabajaba para los Beastie Boys, me quedé sorprendido y sospeché que lo siguiente sería una orden de cese y desistimiento.
Pero cuando hable con el representante de los Beastie Boys, John Silva, lo que me dijo fue: «¿Denunciarte? ¡No! ¡Lo que quiero es que hagas lo mismo con todas mis bandas!». No solo no me forzó a cerrar, sino que se ofreció a pagarme por todo el tiempo que había pasado haciendo la página de los Beastie Boys».
Desde ese momento, Beastie Boys se convirtió en un grupo pionero en la presencia en la red y el contacto directo con los fans. Ian Rogers hizo la web oficial y comenzó a colaborar con la banda en el desarrollo de experiencias digitales en internet y en el mundo analógico. «Regalábamos disquetes en los conciertos. Si los metías en el ordenador, te registraban una cuenta de internet y te dirigían a la página web de los Beastie Boys.
»Al final, en aquella gira de 1995 fuimos los primeros en tener la idea de transmitir parte del espectáculo en directo. Aún no había internet para móviles, así que sacaba fotos con una cámara Apple QuickTake primitiva, corría hasta la parte trasera del escenario y colgaba unas fotos y granulosas a través de una línea telefónica mientras mi mejor amigo de la universidad, Mark Thopmson, escribía historias irónicas sobre cada concierto y cada ciudad por la qué pasábamos».
Ian Rogers se convirtió en gurú digital e impulsor del streaming en internet y ahora tiene pasta para forrar 40 cementerios.
La historia de Beastie Boys dejó de escribirse en 2012, cuando Adam Yauch, uno de sus miembros, falleció a causa de un cáncer.
Beastie Boys. El Libro está escrito por sus dos compañeros vivos, Adam Horovitz y Mike Diamond, y es un fantástico compendio de historias increíbles, fotos excelsas, ilustraciones y hasta recetas de cocina.
Ah, por si alguien da con ella, hay una mochila granate en algún sitio con un disco duro en su interior. Esa mochila se perdió en las afueras de Missoula, Montana (EEUU). El disco duro contenía un LP enterito de la banda neoyorquina que, claro, no se ha publicado porque para qué vas a tener un backup del disco que has grabado tras meses de esfuerzo creativo.
El último disco de Beastie Boys se llamó Hot Sauce Committee Part Two porque la Part Oneestaba en el disco duro extraviado.
Esto es lo que han votado tus vecinos
El País ha publicado un artículo que incluye un mapa en el que se desgrana mesa por mesa electoral el porcentaje de votos a cada partido.
Del mapa se deducen algunas cosas interesantes como que:
- VOX ha obtenido la mayoría de sus votos en la provincia de Almería que tienen las zonas de mayor volumen de migrantes. En Madrid, sin embargo, sus feudos son los barrios de rentas más altas.
- Madrid ha votado derechas al norte e izquierdas al sur; Podemos en Lavapiés y parte de Vallecas, donde como todo el mundo sabe, está la fábrica morada.
- Los barrios de ensanche con bloques de vivienda de ladrillo visto con piscina y sala social donde realizar sacrificios humanos ha votado a Ciudadanos. Ya lo decía Carolina Durante: «Todos mis amigos se llaman Cayetano, no votan al PP, votan a Ciudadanos».
Aquí va algo más para leer en Yorokobu…
Ascensores: cuando los edificios se convierten en máquinas de comer humanos
Este contenido es una columna llamada El Piensódromo. La enviamos los viernes por email e incluye algún tipo de reflexión acerca de ecosistema que nos rodea y algunas recomendaciones culturales y lecturas adicionales. Si quieres recibirlo directamente en tu correo electrónico, puedes darte del alta en el formulario que hay aquí debajo.