Isidro Ferrer: «Estamos instalados en un ‘fast food’ gráfico»

De las manos de Isidro Ferrer han salido algunos de los diseños españoles más reconocidos internacionalmente. El diseñador se caracteriza por su gran conocimiento de las leyes de la semiótica y la peculiar mirada con la que concibe los objetos y texturas.

Ferrer explica así cómo ayudó su formación en Arte Dramático a su trabajo como ilustrador: «La ilustración que, al contrario del dibujo o el arte, necesita de un texto al que iluminar, comparte con el teatro su esencia interpretativa, no solo por la obligación de declarar el sentido de algo concibiendo, ordenando o expresando; sino por su capacidad para representar».

La transmisión clara del mensaje es su objetivo primordial cuando ilustra. Aunque a veces eso le haga renunciar a partes más artísticas. Él da por terminado un diseño «cuando la idea que busco plasmar se muestra de la forma más precisa. Concibo el diseño y la ilustración como una suerte de renuncia de las habilidades en favor de la claridad de las ideas». [pullquote]Concibo el diseño y la ilustración como una suerte de renuncia de las habilidades en favor de la claridad de las ideas[/pullquote]

Si ponemos al ganador del Premio Nacional de Diseño (2002) y del Premio Nacional de Ilustración  (2006) en el aprieto de darle a elegir entre idea o ejecución, Isidro Ferrer, lejos de quedarse en el cómodo término medio, se moja: «En mi opinión, una buena idea normalmente es superior a una brillante ejecución. La idea se desenvuelve en el discurso intelectual y puede alcanzar un mayor recorrido, la ejecución se mueve en el terreno de la forma y la estética y su durabilidad está supeditado a la temporalidad efímera de los modismos».

Aunque es flexible al admitir que lo que importa es quién sea más eficaz comunicativamente, y por tanto «en unos casos será más funcional una buena idea y en otros una soberbia ejecución».

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Preguntado sobre esta época de prisas en la que parte del público parece demandar imágenes que se entiendan de un vistazo, Ferrer confía en que haya «público para todo»: «de la misma manera que hay un público que mira sin ver, hay otro que tiene una mirada cultivada y exigente que dota de sentido a lo mirado».

Si existe una crítica, esta no debería ser trasladada, en opinión del entrevistado, al espectador, sino más bien al sector profesional. «En cierto modo somos los responsables de inundar las redes con imágenes inocuas y bobaliconas», admite.

Y en este punto hace un sentido alegato que invita a la reflexión: «Estamos instalados en un fast food gráfico. Desayunamos imágenes, almorzamos imágenes y cenamos imágenes hasta la saciedad, hasta reventar. Uno de los principales problemas de la sobreabundancia de la información visual es la insensibilización por exceso. Estamos visualizando imágenes casi sin reposo, y esto hace que seamos incapaces de procesarlas todas. El cerebro, aunque no tenga un límite de almacenamiento, tiene un límite de atención; y ante la avalancha continua de información visual, rebaja su capacidad perceptiva y de análisis. Esto conduce a la trivialización de gran parte de lo que vemos. Creo que estamos matando a la cultura visual de empacho, estamos sepultándola bajo toneladas de escombros gráficos».

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Aunque él ha probado numerosas técnicas y materiales, asegura no obsesionarse con la forma, el estilo o las resoluciones plásticas. «Estoy convencido de que la innovación en el plano estético siempre viene acompañada por el concepto que la sustenta y la valida. Una idea, una buena idea, casi siempre es innovadora, si no es así no se la puede considerar idea, tal vez ocurrencia. Mi mayor empeño dentro de esta profesión es trabajar sobre las ideas que aportan significado a las formas».

En sus casi tres décadas de dedicación, Ferrer ha visto pasar «infinitas tendencias». Al principio, recuerda, «se sucedían ordenadamente una detrás de otra», pero el rimo ha ido creciendo exponencialmente «hasta alcanzar el desorden y la confusión actual».

«Conforme la tecnología ha ido invadiendo nuestro espacio vital, las tendencias se han ido amontonando unas sobre otras en efecto sándwich. Lo que percibo es que, en esta especie de “francesinha” abigarrada, la salsa ha ocultado a los ingredientes básicos. También percibo un cierto inmovilismo consecuencia de la tortícolis. Hemos mantenido la cabeza girada 180 grados durante tanto tiempo que la vista ha confundido los horizontes. Nos hemos instalado cómodamente en un epicureísmo nostálgico, una suerte de añoranza retrospectiva de todo lo vintage».

Aunque le gusta especialmente el formato cartel porque «es el espacio de actuación donde se condensan muchos de los fundamentos de la comunicación gráfica», si tuviera que quedarse con un formato elegiría el libro: «posee un tiempo de lectura reposado del que carece el cartel, permite un juego formal mayor y es más rico en matices».

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En la relación con las marcas y clientes —él ha trabajado con algunos como Canal +, Random House o el Centro Dramático Nacional—, donde otros sienten su libertad artística coartada, él no ve conflicto alguno, sino solo oportunidades: «En nuestro oficio, la creatividad consiste precisamente en encontrar el tono adecuado para ser la voz ajena. Al estar liberado de cualquier obligación o discurso artístico, puedo disfrutar de los procesos del diseño con desprejuicio y alegría».

Sobre su próximo compromiso, la feria Irudika, dice: «será un lugar de encuentro donde compartir muchas dudas y unas poquitas certezas sobre este noble oficio de dar luz al entendimiento. A noveles y a consagrados nos aportará la energía necesaria para seguir adelante».

Sobre Irudika

Irudika es un encuentro de Ilustración con vocación internacional.Tendrá lugar el 10 y 11 de noviembre en el Centro-Museo Vasco de Arte Contemporáneo ARTIUM y ofrecerá formación a profesionales haciendo especial hincapié en el colectivo de creadores independientes vascos. El evento también incluirá dos certámenes cuyo premio consistirá en residencias artísticas. Se trata de un proyecto de Euskal Irudigileak, la Asociación Profesional de Ilustradores de Euskadi. 

Los espacios de networking son un valor importante de este encuentro: sus organizadores esperan que de ahí salgan tratos e ideas que posteriormente enriquezcan el sector. «Estamos en un momento en el que el contacto directo se pierde por la comodidad de poder comunicarnos por internet, y organizamos este encuentro en parte para poner cara y voz a quienes componen el tejido de la ilustración y queremos oirles conversar a raíz, tal vez de un simple «me pasas el azúcar?”», reflexiona Elisabeth Pérez, presidenta de Euskal Irudigileak APIE.

Además de Isidro Ferrer, participarán en él otros profesionales de distintas ramas del diseño, como los ilustradores Mikel Casal, Elena Odriozola, Pablo Amargo y Mikel Valverde o representantes de las editoriales Media Vaca, Nordica Libros y Penguin Random House. Respecto a esta presencia de editoriales físicas, Elisabeth Pérez explica: «creo que todo ilustrador tiene un cariño especial al material impreso, al objeto, y cómo no, al álbum ilustrado o a la novela gráfica».

Uno de sus platos fuertes serán los talleres sorpresa, que han organizado fijándose en otras iniciativas similares como las de Ilustratour o Albarracín, festival en el que la organización adjudicaba los ponentes a suertes. «Del ponente solo sabremos las respuestas que ha respondido en un formulario bastante divertido. Será el propio viernes cuando los asistentes descubramos el enigma al comenzar la mañana, y cada formador saque una lista de nombres que recitará en alto como en los buenos campamentos de verano», explica Pérez.

Según la presidenta, la feria ha sido concebida «como un punto de encuentro profesional pero informal, como si de un campamento o convivencia se tratase, entre personas que viven situaciones parecidas pero que no suelen compartir sus dilemas debido a que nuestra profesión nos obliga normalmente a trabajar en solitario».

La inscripción a Irudika permanecerá abierta hasta este el próximo lunes 6 de noviembre.

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Imágenes en blanco y negro: Libro de las preguntas de Pablo Neruda con ilustraciones de Isidro Ferrer (Media Vaca).