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Arquitectura en la mesa: seis juegos para edificar (y divertirse)

juegos de mesa arquitectura

Durante el confinamiento, muchos redescubrimos los juegos de mesa. Algunos desempolvaron clásicos olvidados, otros se lanzaron de lleno al universo de meeples, dados y losetas sin retorno posible. Lo cierto es que el sector vive una auténtica edad de oro: desde 2020, las ventas de juegos de mesa no han dejado de crecer año tras año, con un aumento sostenido del 20% a nivel global y con más de 5.000 títulos nuevos publicados anualmente, según datos de la consultora Euromonitor. El tablero se ha convertido en un refugio donde se cruzan generaciones, aficiones y, por qué no, disciplinas como la arquitectura.

Porque si hay algo que une al arquitecto, al urbanista aficionado y al jugador empedernido, es ese placer de ver cómo una estructura se eleva desde la nada. Por eso, hoy rendimos homenaje a esa fusión lúdica con seis juegos de mesa que, ladrillo a ladrillo (y carta a carta), nos invitan a construir mundos, torres y catedrales desde la comodidad del salón.

Los juegos han sido ordenados de menor a mayor complejidad —según la clasificación de Board Game Geek, la biblia de los jugadores— para que puedas elegir si prefieres una experiencia relajante o una estrategia digna de un máster en urbanismo.

Dorfromantik

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Complejidad: 1.64 sobre 5.

Autores: Lukas Zach y Michael Palm.
Ilustraciones: Paul Riebe.
Editorial: SD Games.
1 a 6 Jugadores| Edad: +8 | Duración: 30–60 min.

Dorfromantik es la versión de sobremesa de uno de los videojuegos independientes más relajantes de los últimos años. Este juego cooperativo nos invita a crear paisajes armoniosos mediante losetas hexagonales, que iremos colocando para conectar biomas: bosques, ríos, vías de tren y campos de trigo. El objetivo es ir cumpliendo encargos específicos, como unir cierta cantidad de casas o extender un bosque hasta un tamaño determinado, todo antes de quedarnos sin losetas.

El juego tiene un componente narrativo progresivo, gracias a su modo campaña, que desbloquea nuevas misiones, reglas y piezas a medida que se completan partidas. Esto genera una sensación de evolución constante que mantiene el interés durante muchas sesiones. Su ritmo relajado y su accesibilidad lo convierten en una joya para toda la familia, aunque los jugadores más experimentados también encontrarán el reto de optimizar al máximo sus puntos.

Dorfromantik transmite calma. Casi podría considerarse un juego de meditación visual. Pero no por eso es sencillo: a medida que progresas, las decisiones ganan en profundidad. Una experiencia ideal para urbanistas zen.

Welcome: Hacia el perfecto hogar

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Complejidad: 1.84 sobre 5.

Autor: Benoit Turpin.
Ilustraciones: Anne Heidsieck.
Editorial: SD Games.
1 a 100 jugadores | Edad: +10 | Duración: 25 min.

Welcome nos transporta a la América suburbana de los años 50, en plena fiebre del sueño americano. Como arquitectos de barrios residenciales, competimos por diseñar la urbanización más funcional y atractiva. Las partidas se desarrollan con cartas (no dados), lo que lo convierte en un flip & write, con mecánicas simultáneas para todos los jugadores.

Cada ronda se revelan combinaciones de número y acción, y cada jugador decide en qué parcela de su hoja quiere construir, activando mejoras como piscinas, parques o rotondas. El equilibrio entre avanzar en tus objetivos y adaptarte a lo que viene es clave. El ritmo es rápido, sin esperas, lo que lo hace perfecto para grupos grandes.

Además, la nueva edición incluye tableros individuales plastificados y rotuladores, lo que alarga la vida del juego y evita tener que reponer blocs de hojas. Su diseño es funcional y muy acorde con la temática. Y aunque sea ligero, Welcome encierra decisiones significativas. Un clásico moderno ideal para quienes buscan estrategia en formato exprés.

Tower Up

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Complejidad: 1.86 sobre 5.

Autores: Frank Crittin, Grégoire Large, Sébastien Pauchon.
Editorial: Tranjis Games.
2 a 4 jugadores| Edad: +8 | Duración: 30 min.

Tower Up nos coloca en el corazón de una ciudad moderna, como empresarios constructores. Nuestra misión: edificar rascacielos en distintas parcelas del tablero, gestionando colores, alturas y recursos de forma eficiente, porque cada torre tiene un valor distinto según su composición y localización.

El sistema de selección de plantas y la colocación de forjados obliga a planificar y anticipar los movimientos de los demás. Porque el tablero es compartido, y lo que uno construye puede fastidiar (o beneficiar) a sus rivales. La variabilidad del mercado y los objetivos ocultos dotan al juego de rejugabilidad y picardía.

Su producción es vistosa, con componentes coloridos y un despliegue muy atractivo en mesa. Tower Up es ideal para quienes quieren partidas con decisión y tensión táctica, sin necesidad de dedicar la tarde entera. Su accesibilidad lo convierte en una gran puerta de entrada a los eurogames, con un punto de mala leche muy jugoso.

Sagrada

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Complejidad: 1.92 sobre 5.

Autores: Adrian Adamescu y Daryl Andrews.
Ilustraciones: Peter Wocken.
Editorial: Devir.
1 a 4 jugadores | Edad: +10 | Duración: 30 min

Sagrada es una maravilla visual y un juego táctico disfrazado de arte. En él encarnamos a artesanos encargados de diseñar los vitrales de la Sagrada Familia de Gaudí. Para ello, usamos dados de colores translúcidos que deben colocarse en un tablero individual, respetando los patrones de color y el número de cada uno de ellos.

Cada partida plantea objetivos públicos y privados, así como herramientas que permiten romper las reglas puntualmente. El draft de dados obliga a estar atento a lo que eligen los demás, ya que podrías quedarte sin opciones válidas. Aunque hay azar, las decisiones son constantes y relevantes.

El juego es fácil de explicar y sorprendentemente profundo. Su modo en solitario funciona bien y las expansiones añaden más retos. Pero incluso en su versión base, Sagrada brilla por su equilibrio entre estética, mecánica y satisfacción lúdica. Una joya que no puede faltar en ninguna ludoteca.

The Red Cathedral

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Complejidad: 2.82 sobre 5.

Autores: Israel Cendrero y Sheila Santos (Llama Dice).
Editorial: Devir.
1 a 4 jugadores | Edad: +10 | Duración: 60 min.

En The Red Cathedral viajamos a la Rusia del siglo XVI para competir por el favor del zar Iván el Terrible. Nuestro objetivo: construir la catedral más impresionante del imperio. Para ello deberemos gestionar recursos, reclamar secciones del templo y entregar materiales en el momento justo.

El motor central es un rondel que define qué recursos podemos obtener. Cada acción tiene consecuencias a varios turnos vista, lo que exige planificación y eficiencia. También hay mayorías, decoraciones opcionales y mejoras de taller, lo que amplía las estrategias posibles.

Es un eurogame contenido en una pequeña caja, con gran profundidad. Perfecto para quienes quieren dar el salto a juegos más exigentes sin sufrir una curva de aprendizaje empinada. La producción es detallista y el arte acompaña bien la temática. Una catedral compacta que merece una plaza en tu estantería.

Tapestry

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Complejidad: 2.96 sobre 5.

Autor: Jamey Stegmaier.
Editorial: Maldito Games.
1 a 5 jugadores | Edad: +12 | Duración: 90–120 min.

Tapestry es un juego de civilización elegante y ambicioso. Cada jugador desarrolla una cultura propia a través de cuatro ejes principales: exploración, ciencia, tecnología y militar. La partida consiste en avanzar por estas rutas, construir edificios, mejorar tu ciudad capital y usar cartas de tapiz para marcar hitos históricos.

El juego destaca por su fluidez: las reglas son accesibles, pero las decisiones, complejas. Su rejugabilidad es altísima gracias a la variedad de civilizaciones, combinaciones y estrategias posibles. Además, su producción es de gran calidad: desde los edificios en miniatura pintados, hasta los componentes robustos y el arte inmersivo.

Aunque hay ciertos elementos de azar, la estrategia a medio y largo plazo es esencial. No es un juego para principiantes, pero una vez dominado, ofrece partidas tensas, profundas y visualmente espectaculares. Ideal para grupos que buscan experiencias lúdicas con cuerpo y alma.

El placer de construir (incluso en tus ratos libres)

Construir es una forma de pensar. Y también de jugar: ya sea levantando catedrales rusas, planificando barrios residenciales o apilando torres multicolor, estos juegos nos invitan a mirar la arquitectura desde otro prisma: el de la decisión lúdica y la estrategia compartida.

Porque no se trata solo de ganar puntos de victoria, sino de entender cómo se articula un espacio, qué implicaciones tiene cada elección constructiva o qué ocurre cuando varias manos diseñan una ciudad al mismo tiempo. Y en esa mezcla de reglas, creatividad y tensión, se esconde algo que va mucho más allá del entretenimiento: una forma distinta de habitar el mundo.

Así que, si eres arquitecto, amante del diseño o simplemente te fascina ver crecer algo desde cero, no lo dudes: saca el tablero y empieza a construir. Porque incluso fuera del estudio, la arquitectura sigue siendo una aventura que merece ser jugada.

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