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Escribir historias al estilo de ‘La dimensión desconocida’

Mientras lees estas palabras te adentras en un territorio entre la luz y las sombras. Un territorio de cosas e ideas extrañas. Entras en La dimensión desconocida. En este territorio están las fórmulas de Rod Serling para escribir los episodios de la serie que creó y le dio la fama.

Son fórmulas que Charlie Brooker replicó en Black Mirror (con foco en la tecnología) y Jordan Peele recuperó en su versión de La Dimensión Desconocida.

¿Cuáles son estas fórmulas?

Escoge un tema que te preocupe, indigne o asuste del momento actual

Rod Serling dijo: «El papel del escritor es amenazar la conciencia del público. Debe tener una posición, un punto de vista. Debe ver el arte como un vehículo de crítica social y debe centrarse en los problemas de su tiempo».

Las historias de Serling son más que relatos sobre monstruos, como recuerda Peele (Blurryman, 1×10, 2019).

Serling trató temas que provocaban temor a los estadounidenses en los años 50:

También, temas que afectaban al día a día de los individuos: el ansia de poder o riqueza, el egoísmo, la pasividad, el miedo a ser uno más en la masa.

Recordó que el fascismo no terminó tras la Segunda Guerra Mundial y alertó sobre los salvadores del mundo. Por desgracia, muchos problemas denunciados por Serling continúan.

Puedes comenzar haciendo una lista de diez temas que te preocupan, indignan o asustan del momento actual. Por ejemplo:

  1. El cambio climático
  2. La ultraderecha
  3. La obsesión con las redes sociales

  4. Toma como protagonistas a gente corriente

    Rod Serling dijo: «Pienso en la audiencia como personas sin nombre, sin forma y sin rostro que son como yo. Y cualquier cosa que escriba, si me gusta, les gustará».

    Por esto, muchos protagonistas de La dimensión desconocida son personas corrientes con trabajos corrientes. Serling quería que el público empatizara con los personajes. Así, Serling coloca la responsabilidad de la sociedad en cada individuo.

    Si continuas con la lista de argumentos, imagina, sin pensarlo mucho, qué personajes pueden protagonizar cada tema:

    1. El cambio climático: un surfista despreocupado, una joven madre estricta, un conductor de autobús agotado…
    2. La ultraderecha: un votante común, un estudiante poco esforzado, un mecánico egoísta…
    3. La obsesión con las redes sociales: un oficinista gris, un padre controlador, una joven atractiva…

En cualquier caso, es importante que ames a tus personajes, aunque sean canallas o no piensen como tú. Si pintas a los personajes como monstruos, alejarás al público de la historia.

El momento en que comienzan las historias

Muchas historias comienzan de noche en el lugar de trabajo del protagonista, poco antes de marcharse a casa, durante un paseo o durante un viaje. De alguna manera, el movimiento propicia el paso de la dimensión real a la dimensión de la fantasía.

Las historias que se desarrollan a la luz del día muestran a los protagonistas solos o perdidos mientras deambulan.

No expliques cómo funciona la fantasía

Hay una audiencia que quiere lógica en la fantasía: saber a qué velocidad corre un zombi o cuántos kilómetros recorre un dragón en 12 horas. Este no es tu público.

El público de la fantasía quiere vibrar, quedarse en shock. Al final, si la historia lo requiere, aclara que el protagonista era la cobaya de un experimento o que el personaje desorientado es un maniquí.

Estrategias narrativas

Cada historia requiere una estrategia de desarrollo adecuada. Estas son las estrategias habituales:

1. La inversión de poder

El protagonista que observa una situación desde arriba, la sufre desde abajo:

Quien infringe daño, lo recibe:

2. La exageración

Una situación excepcional que se repite acaba por ser una aberración:

3. Tomar de la propia medicina

Estas historias están protagonizadas por personajes que actúan en su propio beneficio, sin pensar en el daño que hacen, y reciben como premio su propia medicina.

Las noticias pueden convertirse en una fuente valiosa de ideas:

4. Los deseos cumplidos

Los protagonistas de deseos cumplidos son al menos dos:

Con frecuencia, el deseo se concentra en un objeto mágico. Las posibilidades son ilimitadas:

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