Al Fary, aquella mandanga le sirvió para superar su timidez en las discotecas. La Mandanga de Noemí Rebull no se fuma. Viene en forma de dilogías: «El doble sentido de las palabras. Un recurso de los chistes de antaño: “¿Qué haces delante del ordenador con los ojos cerrados? — Es que Windows me dijo que cerrara las pestañas»?».
Por eso, Rebull no considera haberse inventado nada. «Solo cambio la forma de algo que ya existe, sintetizándolo en un garabato».
Dice que La Mandanga forma parte de su día a día, que «el mundo me lo deja fácil» porque, por suerte o por desgracia, la vida está llena de personajillos y de noticias que parecen sacadas de El Mundo Today.
Si en una cena con amigos o viendo una serie le surge la idea, siempre tiene a mano su móvil para dibujar La Mandanga en cuestión. «Es la mejor manera de digitalizar mis dibujos y compartirlos en el momento».
Y no, no es una groupie de El Fary: «Buscaba algo que no significara nada en concreto. Y ‘mandanga’ me sonaba mucho mejor que ‘ente’ o ‘cosa’».
Una respuesta a «La Mandanga juega con el doble sentido de las palabras»
Como me he reído! Caulquiera de ellos quedaría genial en camisetas.