Si se acercan a la costa mediterránea, entornan los ojos y miran al horizonte, verán a solo 2.000 km. los países balcánicos. Parece lejano, pero no lo es. En uno de esos países, en Serbia, la muerte llegó con su actitud más apabullante hace menos de dos décadas. Decidió quedarse allí y teñir de amargura la vida de quienes sobrevivieron al horror del conflicto bélico. Srebrenica vio como 8.000 personas eran exterminadas en el verano de 1995 sin que a nadie pareciera importarle demasiado.
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