Aristóteles se preguntó hace 2.500 años por qué unas obras de teatro y poemas épicos (cosas como La Ilíada o La Odisea) entusiasmaban más que otras. Encontró una serie de elementos comunes que expuso en La Poética, obra cuyos preceptos encontramos en grandes obras de ficción contemporáneas.
Breaking Bad es el perfecto ejemplo de serie aristotélica. Pero ¿se ajustan a los cánones del griego otras series contemporáneas? Tomemos como referente la lista de series más pirateadas de 2015 publicada por Torrentfreak.
¿Por qué ésta lista y no otras? Hay razones objetivas:
- Es una lista actual: recoge series en emisión o cuyo cierre fue en 2015.
- La lista tiene una única fuente de información: Torrentfreak. Una fuente ajena a intereses comerciales y los errores de los audímetros.
Este es el listado:
Juego de Tronos (14,4 millones de descargas)
The Walking Dead (6,9 millones)
The Big Bang Theory (4,4 millones)
Arrow (3,9 millones)
The Flash (3,6 millones)
Mr. Robot (3,5 millones)
Vikings (3,3 millones)
Supergirl (3 millones)
The Blacklist (2,9 millones)
Suits (2,6 millones)
La Poética de Aristóteles y las series
La ordenación de los sucesos
«Lo más principal de todo es la ordenación de los sucesos. La tragedia es imitación de los hechos y de la vida, y de la ventura y desventura». Aristóteles.
Si una historia comienza con dos personajes que no conocemos luchando, tenemos una escena de violencia, pero no es un drama. ¿Quién es quién? ¿Qué quiere uno, qué quiere otro? ¿Son sus intereses legítimos?
El drama necesita que el público sepa quiénes son los personajes y por qué luchan. Partiendo de esta idea observamos que todas las series comienzan por el principio. (En otro artículo veremos que no siempre ocurre).
En las primeras escenas de Juego de Tronos, Vikings y Mr. Robot los protagonistas tienen vidas tranquilas o no tan complicadas como en los episodios venideros.
El comienzo más violento lo tiene Rick Grames (The Walking Dead): comienza con un tiroteo y cae en coma. Cuando despierta, el mundo se ha desmoronado. Es un relato in medias res (en la mitad de las cosas).
Las series de superhéroes o los procedimentales como The Blacklist y Suits desarrollan historias cerradas y lineales: cada capítulo abre con un villano distinto y cierra con el villano detenido, muerto o derrotado.
En The Big Bang Theory las historias comienzan y acaban en el mismo capítulo, pero las tramas de las parejas Sheldon-Amy y Leonard-Penny se desarrollan en distintas fases. Que una chica atractiva se mude al apartamento de enfrente es un comienzo aristotélico: ahí empieza todo: ¡the big bang!
Las costumbres
«La fábula [la narración] es lo supremo y casi el alma de la tragedia, y en segundo lugar entran las costumbres». Aristóteles.
Una tragedia no debe ignorar las costumbres porque los personajes no viven ajenos al mundo. (Esto no significa que las obras deban ser costumbristas).
Las costumbres y los prejuicios están presentes en el universo desmoronado de The Walking Dead. No por que caiga el mundo nos convertimos en anarquistas y amorales.
La lejana Vikings y la fantástica Juego de Tronos tienen sociedades que guardan paralelismo con la nuestra. ¿Una prueba? La referencia a Juego de Tronos para explicar sucesos actuales.
Los personajes de The Big Bang Theory viven (pequeños) dramas que en muchos casos parten del enfrentamiento a los convencionalismos sociales.
Los superhéroes son elementos-personajes fantásticos insertados en remedos de la sociedad actual.
Mr. Robot refleja una sociedad urbana contemporánea (egoísta, presentista) en parte secuestrada por las redes sociales, los aparatos electrónicos y las grandes corporaciones.
La duración de la tragedia
«La tragedia debe tener una duración verosímil para que la fortuna se trueque de feliz en desgraciada, o de infeliz en dichosa, ésa es la medida justa de la extensión de la fábula». Aristóteles.
Los temas planteados en series con episodios cerrados se resuelven en tiempos irreales: en dos noches y tres días. Por otro lado, estas series no pretenden que los protagonistas pasen de la dicha a la desdicha y de nuevo a la dicha en cada capítulo. Con frecuencia las desgracias las sufren otros y los protagonistas solucionan los problemas.
«La fortuna se trueca de feliz en desgracia» en las series-novelas: Juego de Tronos, The Walking Dead, Vikings y Mr. Robot. Cada metro que avanzan los protagonistas de Juego de Tronos y The Walking Dead conduce a la tragedia.
Ir a por lana y salir trasquilado
«La revolución es la conversión de los sucesos en contrario, y debe ser, como decimos, verosímil». Aristóteles.
En las series de superhéroes la revolución aparece una vez en cada capítulo: el héroe o heroína intenta detener al supervillano pero fracasa. La revancha queda para el segundo encuentro. Lo mismo ocurre en Suits y The Black List: cuando parece que los protagonistas van a ganar, pierden para ganar en los últimos cinco minutos.
The Big Bang Theory es una serie aristotélica en este sentido: muchos capítulos comienzan con los científicos haciendo un plan que sale mal en la penúltima escena. Ejemplo: planean ir la Comic Con (objetivo) y sufren un percance por el camino (revolución) que les impide ir a donde querían. La última escena no es aristotélica, es un premio de consolación: al regresar a casa descubren una bonita sorpresa.
Por supuesto que los grandes fracasos tienen lugar en las series-novelas, y Juego de Tronos es el mejor exponente. Con frecuencia la muerte llega a personajes con grandes planes para el reino, para sí mismos o para su familia.
La tragedia no elude lo inevitable
«La pasión en la tragedia es una pena nociva y dolorosa como las muertes a la vista, las angustias mortales, las heridas y cosas semejantes». Aristóteles.
Las series de superhéroes no aceptan lo inevitable. Arrow, Flash y Supergirl son la encarnación del deus ex machina: el dios que soluciona los problemas como en los tiempos de Aristóteles lo hacía Zeus en las obras menos esforzadas.
Suits y The Black List también eluden lo inevitable. Los protagonistas solucionan los conflictos contra sus oponentes sin sufrir percances. En este tipo de series mueren los becarios.
Por el contrario, Juego de Tronos admite lo inevitable: mueren los héroes y sus seres queridos o reciben heridas que limitan sus capacidades. Tragedias que los espectadores maduros asumen con resignación y que los espectadores inmaduros rechazan.
The Walking Dead y Vikings no llegan a la perfección aristotélica en este punto. Hay muertes y mutilaciones, pero los auténticos protagonistas salen indemnes temporada tras temporada.
La complicación
«La composición de la tragedia más excelente ha de ser no sencilla, sino complicada». Aristóteles.
Juego de Tronos es la reina de la complicación: personajes que juegan a dos o tres bandas; intereses encontrados entre familiares y amigos; arriesgados y rocambolescos planes para acabar con los enemigos o hacerse con un trocito de poder… Las otras series de la lista ni de lejos se acercan a tal grado de complicación.
En The Big Bang Theory, como en toda buena comedia, la complicación es un ingrediente básico: unas veces se complican los personajes a sí mismos o permiten que otros les compliquen la vida.
Cosas espantables
«La tragedia está compuesta de cosas espantables y lastimeras». Aristóteles.
Las series de superhéroes no contienen cosas espantables ni lastimeras. El daño que hacen los villanos es con frecuencia observado por el héroe con cierta distancia. Un edificio destrozado en Supergirl o Flash no despierta en el espectador compasión por las personas que hayan podido morir. Es ruido (no llega a furia).
En Juego de Tronos y The Walking Dead y Vikings sí hay cosas espantables y lastimeras.
El protagonista de la tragedia
«La tragedia no ha de introducir ni personas muy virtuosas que caigan de buena en mala fortuna (pues causa indignación); ni malvadas, que de mala fortuna pasen a buena (porque no es lastimoso ni terrible); ni tampoco sujeto muy perverso que de dichoso acabe en desdichado porque tal constitución no producirá compasión ni miedo; porque la compasión se tiene al que padece no mereciéndolo; el miedo es de ver el infortunio en un semejante nuestro». Aristóteles.
La introducción de Tony Soprano en la televisión fue una paletada de tierra sobre esta regla. Desde siempre nos ha dolido que los héroes sufran. Con Tony Soprano aprendimos a sufrir con la suerte de los villanos. Con excepciones, a fuerza de ver a los villanos capítulo tras capítulo llegamos a conocerlos y sentimos por momentos su vulnerabilidad y frustración, aunque no deseamos que sus planes se lleven a cabo. Las series actuales consiguen aquello que Shakespeare formuló: aborrece el delito, compadece al criminal.
Un ejemplo: el paseo de la vergüenza en Juego de Tronos. Nos conmueve Cersei: quien camina no es la cruel reina-madre, sino una mujer insultada y agredida por exaltados. Grandes han sido las maldades de Cersei, pero ni ella misma merece tal castigo y menos por el castigo que se le imputó: un polvo fuera del matrimonio.
«Es preciso que la fábula sea por el paso próspera a adversa fortuna; no por delitos, sino por algún error grande de las personas». Aristóteles.
De todas las series de la lista, Juego de Tronos comienza con un gran error: Eddard Stark acepta ser mano del rey. Si el señor de Invernalia se hubiera quedado en su castillo…
Las otras series de la lista no comienzan con errores cometidos por los protagonistas. Sí hay en ellas una acumulación de pequeños errores de los personajes que por acumulación influyen en el desarrollo de las tramas.
El asesinato y otras fechorías
«Si el enemigo mata al enemigo no causa lástima […] Se ha de mirar cuando las atrocidades se cometen entre personas amigas, como si el hermano mata o quiere matar al hermano u otra fechoría semejante». Aristóteles.
Aristóteles se levantaría para aplaudir a Juego de Tronos: aquí hay padres que odian a sus hijos, hermanos que odian a sus hermanos, amantes traidores…
Tras repasar las normas básicas aristotélicas nos damos cuenta que La Poética está presente en mayor o menor medida en las series actuales. No somos muy diferentes de aquellos griegos que vieron por primera vez Medea o Edipo. Solo tenemos más cachivaches. No es raro que la serie que cumple con todos los requisitos aristotélicos ocupe el primer puesto en la lista Torrentfreak: Juego de Tronos. Hay en ella ecos de la Ilíada y la Odisea. Es probable que antes del último capítulo morirán héroes y heroínas por el camino, pero todos los villanos habrán recibido todo su merecido. Será la madre de todas las catarsis.
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Para saber más: Tyrion, Jon Nieve y Aristóteles
8 respuestas a «Aristóteles y las series más pirateadas (2016)»
POR FAVOR: ahí empieza todo y no hay 😉
Gracias. Siento bochorno por ello.
Un auténtico minimanual sobre escritura audiovisual. Muy bueno!
«si robas a un autor es plagio, si robas a muchos es investigación «
«si robas a un autor es plagio, si robas a muchos es investigación «
si robas a un autor es plagio,si robas a muchos es investigación. la arquitectura de la novela ,de cuento, ,el teatro, esta así,problen un herma,trama y desenlace ; con héroe y villanos.hasta que aparece un Garcia Marquez y desaparece la frontera entre la realidad y la ficcion.
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