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Los collage mitológicos de Marina Molares

La filosofía, el collage y la música se unen cada semana en el blog La Caja del Diablo. Un trabajo experimental de los DJs Dani Scream y Jose Teenidol que consiste en liberar listas de música conceptuales. Cada recopilación de canciones va acompañada de un texto filosófico y los collage mitológicos de la artista madrileña Marina Molares.

«Son collages que trazan laberintos del fin del mundo, pianos solares, descensos a las profundidades, diosas del maíz y los animales, montañas-conchas, bosques y corros de danzantes. Un universo de símbolos y arquetipos del inconsciente es la conexión invisible», explica Molares sobre el proyecto.

Las imágenes creadas por ella son el hilo conductor entre la filosofía y la música. «Me inspiro en la música y los textos que se publican junto a mis collages. Sobre estos vamos trabajando y acoplando las ideas que surgen por separado pero a veces hacemos un esquema general de los temas (…) Es nuestro granito de arena que reivindica el amor y respeto por nuestra Gran Madre».

En ellos está muy presente el mundo animal, «utilizo mucha simbología sobre mitos de diferentes civilizaciones, desde la Griega hasta la Azteca. Me fascinan los mitos sobre híbridos entre humanos y demás animales como la mujer-pájaro, el minotauro, la sirena o medusa».

«En la capa más profunda de un blog subyace un proyecto de filosofía práctica, continuamente transformado en sus medios, pero siempre sujeto a un idea: la emancipación».

La isla del infierno:

“La hiedra lo invadió todo y después, de entre ella, rosas negras y robustas cepas de parra brotaron sin cesar. Aquel lugar árido se había convertido en paraíso infernal. La joven extasiada se había olvidado de su sed pero aunque ella sentía que era solo delirio en movimiento pronto sintió sus fuerzas agotarse y la necesidad de beber. Bromio. De entre las cepas apareció un carnero de ojos amarillos y mirada penetrante, robusto y con imponente y enorme cornamenta. Se acercó a la joven infundándole temor y pasión incontrolada. Ella respiraba fuertemente y de forma entrecortada en esa mezcla se sentimientos opuestos que la invadía de forma delirante y descontrolada. El carnero se acercó un poco más y olisqueó su vientre y tras emitir un alarido se elevó sobre sus dos patas traseras y se transformó en un hombre apuesto. Gleukos. El Dios infernal, el que duerme en los infiernos, había acudido a la llamada de la fémina pues él, solícito, siempre responde a invocaciones que suscitan su epifanía».

 

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