El ilustrador Federico Babina dice que cuando uno es «un amante del cine y de la arquitectura, es fácil encontrar paralelismos entre estas dos disciplinas». «Son dos mundos que a veces se observan el uno al otro, se conocen, y se combinan», responde el creativo a las preguntas de Yorokobu. En su nueva colección de imágenes, Archdirector, dice que ha querido hacer un ejercicio abstracto» a base de «traducir un lenguaje en el otro. Una transposición y transformación de algunos de los elementos del lenguaje cinematográfico en formas y geometrías arquitectónicas».
En total, son 27 imágenes en las que Babina ha querido imaginar a través de técnicas manuales y digitales cómo sería una casa cuyos planos de construcción hubieran pasado por las mentes de algunos de los directores de cine más reconocidos de todos los tiempos.
«El primer paso y el más importante es elegir lo que quiero decir a través de cada trabajo», esgrime. «Una vez que he encontrado el elemento generador [de cada director], el siguiente paso es un trabajo de investigación para encontrar la mejor manera de describir y explicar el concepto. Es decir, trasfigurar la idea en una ilustración».
El autor afirma que «las casas de Archdirector quieren y tratan de ser un reflejo de la personalidad estética» de los maestros elegidos. «Para tratar de llegar a este objetivo puedo tomar elementos reales directamente, o simplemente tratar de capturar la naturaleza lingüística que utilizan y transformarla en una forma arquitectónica. Esto podría ser cualquier cosa: una niebla de luz en la paleta de colores, o cualquier otro elemento que represente el lenguaje que utiliza ese director en concreto».
Explica que «en el cine cada detalle ayuda a construir un único y característico lenguaje de la personalidad artística de un director. Lo mismo pasa en arquitectura, donde incluso los acabados más pequeños ayudan a descubrir la mano de un arquitecto determinado». Para justificar el paralelismo de las dos materias, aduce que «los mismos objetos de colores transformados en materiales geométricos estructurales y composiciones pueden construir una casa hecha de celuloide».
Cuenta que la intención final de imaginar casas en función del ‘cómo las diseñarían los grandes maestros del cine’, «con sus estilos y estéticas diferentes con un mismo denominador en común», es algo parecido a crear «una ciudad de calles de arquitectura ilustrada que ofrezcan a su vez la posibilidad de hacer un recorrido por la historia del cine».
Alfred Hitchcock, Charlie Chaplin, Wes Anderson, George Lucas o Stanley Kubrick son algunos de los creadores con número en el barrio de gran pantalla que ha dibujado Babina. «Creo que ellos son como arquitectos del cine», opina. «Los que construyen unos edificios que son las historias que envuelven al espectador y lo llevan a un mundo diferente. Cada uno con su propio estilo, lenguaje y estética, piensan, mapean, diseñan y construyen lugares e historias que nos acogen durante todos el tiempo que dura el filme».
«Estas 27 ilustraciones son 27 pequeñas historias diseñadas arquitectónicamente por una leyenda del cine. Yo he tratado de fotografiar el fragmento de imaginación de estos constructores de películas», afirma. «Estoy fascinado por mezclar estos dos mundos. La arquitectura es como la escena de una película donde la trama es la vida, el guion está dictado por el uso del edificio y los actores son los residentes. Un laberinto donde todos (personajes, director y audiencia) están perdidos y reencontrados en sus emociones».
*Visita aquí la colección completa de Archdirector
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«Los directores de películas son los arquitectos del cine»
