Ha comenzado la cuenta atrás. Mañana se celebra el sorteo de la lotería de navidad por lo que, en poco más de 24 horas, todo atisbo de ilusión habrá quedado cubierto en el cenagal de nuestra pesadumbre hasta dentro de doce meses. Como tendremos el limitado presupuesto de siempre, Yorokobu continúa su labor de servicio público (que ya comenzó con la lista de los productos más raros que se pueden encontrar en Amazon) para ofrecer ocho opciones ajustadas a todos los bolsillos y que, además, no incluyen una caca de pega, recurso manido y demodé.
En este caso, y dado el carácter universal y democratizador que tiene la mierda, la lista no es numérica. No hay jerarquías, no hay preferencias, sólo buenas ideas, que al fin y al cabo, es la línea editorial de esta santa casa.
Si pensaban que los normal era ocultar ese incómodo y maloliente airecillo que se escapa, siempre en el menos oportuno de los momentos, tras un opíparo almuerzo trabado a base de garbanzos, se equivocan. La tendencia es la contraria, cuando tenemos el intestino vacío como una despensa en la cuesta de enero, lo interesante es fingir el pedete. Para ello, Liquid Ass es la solución perfecta, ya que ofrece todo el aroma de la flatulencia sin el incómodo riesgo de que se escape una plumilla.
La expresión «voy a echar un rato en el trono» no tuvo nunca tanto sentido como en este caso. Si lo que necesitas es acomodar tus regias posaderas en un soberano váter con sobredosis vintage, este objeto es tu regalo de navidad ideal. Maderas nobles, acabados finos filipinos y el gustazo de limpiar el baño cada mañana con el bote de Ocedar en vez de con el de Don Limpio.
Everybody Poops 410 Pounds a Year
Queda claro que el objeto anterior invita a pasar largas horas gozando de su disfrute. Para poder aprovechar el tiempo debidamente, el autor Deuce Flanagan propone su libro de entretenimiento ‘Todo el mundo caga 410 libras al año’. Se refiere a libras de peso, que si fueran esterlinas ya veía yo cómo iban a caer las reservas de ciruelas. El libro reúne contenido temático de calidad con temas que van desde cómo hacen caca los astronautas en el espacio a si las cacas pueden arder pasando por la existencial pregunta: «¿Dónde va la caca cuando tiras de la cistena?». Completísima guía para los amantes todoterreno del conocimiento humano.
Seguimos con la cultura, esta vez más cercana a la concepción epicúrea de la vida. Kama Pootra es un completo manual con 52 maneras de diferentes de defecar. si creían que sólo existe una, viven en un universo paralelo. «Cada vez que se cierra la puerta del baño, aguarda una nueva experiencia». Simplemente genial.
La única mierda que limpia es esta pastilla de jabón que imita a un tronco, de textura robusta y color sanote, trabado por tropezones de maíz. Insistimos, es jabón. Pero aún en esas circunstancias, no pienso frotar eso por mi cuerpo.
El que más o el que menos, dispondrá en casa de una colección de tazas de desayuno de variada procedencia. Al igual que con las camisetas, las tazas cuentan qué nos gusta, dónde hemos estado y, en definitiva, cómo somos. Si lo que eres es un amante de la coprofagia, un desequilibrado mental o simplemente, un amante de los productos naturales expulsados por el cuerpo humano, éste es tu mug. Ideal para el chocolate a la taza.
Doody Head Velcro Cap Poo Flinging Game
Dada la dificultada de traducción del nombre del producto, dejaremos que la descripción hable por si misma. Estamos, atención, ante lo que podría ser la gran sorpresa de las navidades. Y me atrevo a hacer este pronóstico porque los fabricantes han sabido elegir un target universal, que abarca de los cero a los noventa y nueve años, y porque a quien más y a quien menos, le divierte pegar un ñordo, aunque sea de pega, en la cabeza de un conocido, sea este más o menos querido. El juego consiste exactamente en eso, en pegar cacas con velcro en el caso del adversario. Por motivos obvios, la puntuación es mayor cuando se hace en la parte frontal que en la parietal. ¡La manera ideal de acabar las cenas de empresa!
La mejor -¡qué digo la mejor, la única!- opción para escribir la carta a los Reyes es la que contempla hacerlo con un bolígrafo mojón. Por dos escasos euros obtenemos la mejor manera de tener siempre una caca en la mano siendo capaces de hacer algo productivo de manera simultánea.