He tenido mis dudas pero, al final, me he decidido a dar el paso. Sé que con ello ganaré algún enemigo, pero ¡qué coño!, voy a hacerlo. Hoy, los becarios.
Será una reflexión hecha desde el cariño por alguien que ha sido becario en dos ocasiones (la segunda con casi 30 palitos) y que ha tenido la suerte de tutorar a lo largo de dos años a un equipo formado casi exclusivamente por becarios en constante rotación.
De lo que rodea al mundo becariuno, voy a centrarme en tres temas: el café de presentación; el plan de carrera; liarse o no con los becarios.
EL CAFÉ DE PRESENTACIÓN: El primer día que llegan estos pimpollos a la oficina, lo primero que hay que hacer es prepararles un café que tomaremos juntos durante una charla y paseo de introducción que les haga sentir cómodos. Veréis que el café juega un papel fundamental aquí.
Durante la charla, mientras explicas la actividad de la empresa, le hablas de su departamento o de sus funciones les das el primer discurso motivador. Entre todo ese rollo, se van haciendo comentarios sobre el café de este tipo:
– Este es Antonio, el community manager. Umm, ¡qué bueno está el café hoy!
– María es la responsable de compras y, para su desgracia, es del Barça. ¿Sabes? El primer café de la mañana me lo tomo solo y bien cargado. Así empiezo la jornada con energía.
– Allí está Mercedes, que lleva las finanzas. Empezó como tú y lleva con nosotros ya casi nueve años.
– A media mañana paramos 10 minutos y tomamos otro café, pero esta vez con leche.
¿Por qué son tan importantes estos mensajes? Pues porque a partir de ahora, él o ella prepararán el café cada día. Por tanto, es fundamental que conozcan nuestros gustos.
EL PLAN DE CARRERA: Al trabajar con becarios de Inglaterra, Austria, Alemania, Grecia, Noruega, Brasil, España o Corea (Moon, ¡nunca te olvidaré!), he observado que, aunque por lo general los españoles tenemos una formación académica por encima de la media, no sabemos qué queremos.
Casi todos los demás llegan con un plan de carrera en su cabeza. Al preguntarles por qué quieren ser parte del programa de prácticas y por qué en nuestra empresa, suelen dar una respuesta bastante meditada y razonada. Sin embargo, el español suele responder con un “porque necesito los créditos para acabar la carrera”. Y, ¿por qué en nuestra empresa? Pues no sé, vi la oferta y “eché los papeles”. ¡Toma del frasco, Carrasco!
Amigo becario, si no lo has hecho antes, aprovecha el periodo de prácticas para conocerte mejor profesionalmente y saber a dónde vas. Es algo obvio pero si no sabemos a dónde vamos, nunca llegaremos.
Cuando sepas lo que quieres, trata de aprender y aportar todo lo que puedas. Ya sabes lo que dicen, uno puede ser recordado negativamente, no ser recordado, o ser recordado positivamente, ¿Cuál de los tres quieres ser tú?
LIARSE O NO CON LOS BECARIOS: ¡Qué pena que no quede espacio para desarrollar este punto!