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MegaCrap: un cómic sin tabúes y sin fin

¿Quién no ha jugado alguna vez a contar un relato encadenado? Alguien da el comienzo de una historia y otros muchos van siguiendo el hilo poniendo su aportación allí donde el anterior ha terminado.
Eso es lo que propone MegaCrap, un proyecto creado por los artistas Markus Löwe (@mvrkusloewe) y Rubén Rial (@cankente).

MegaCrap es un cómic on line en cadena. Esa es su peculiaridad y lo que lo distingue de otras viñetas. Löwe y Rial ya eran seguidores de este tipo de publicaciones, pero internet les ofrecía además la facilidad de acceso y difusión de contenidos, así como la posibilidad de contactar con artistas de todo el mundo. «Así que decidimos utilizar estas ventajas para adaptar esta gran idea que es el cómic en cadena a nuestra era», explica Markus. «Por ejemplo, el hecho de que MegaCrap tenga que ser un cómic mudo es para que no existan barreras idiomáticas y puedan participar autores de cualquier país».

La libertad a la hora de crear es absoluta y no hay temas tabú. Tampoco hay un protagonista definido en esta historia ni los dos creadores del proyecto ejercen ningún control creativo sobre las viñetas que les envían. Solo ponen una condición: que las viñetas (siempre 3) tengan un mínimo de relación con lo que hizo el artista anterior.
El cómic y la ilustración son campos en los que Rubén y Marcus saben moverse. Löwe nació en Nüremberg pero vive en Marbella y lo mismo hace música bajo el seudónimo de Zack que dibuja. Suyo es el cómic Mojón y mosca Mike (2011-2013), publicado en Inzona, El bombín cuadrado y Revista Wego. Rial, por su parte, vive en Galicia aunque nació en Basilea. Lleva 4 años publicando viñetas y cómics en su web y colaborando puntualmente con El Estafador, Diagonal Periódico o KLOF Fanzine, entre otros. Y ha publicado este año Drama, un cómic online, entre otros trabajos.
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Las tres primeras ilustraciones de MegaCrap fueron publicadas el 24 de febrero de 2014. «Al principio hicimos el cómic entre los dos para ir marcando el ritmo que queríamos en la página», detalla Löwe. MegaCrap no tiene una estructura argumental clásica de introducción-nudo-desenlace. A pesar de que todas las viñetas están relacionadas entre sí porque unas son causa de lo que ocurre en las otras, lo bueno de este cómic interminable es que puede empezar a leerse en cualquier punto sin perder el hilo. Y decimos interminable porque ni Rubén ni Markus quieren ponerle fin. «Aunque algún autor escribiese FIN en su último recuadro, habría alguien que a partir de ahí sacase una idea para poder continuarlo. Básicamente, es interminable».

Pronto empezaron a llegar las colaboraciones. Aunque algunos ilustradores fueron invitados a participar directamente por ellos. A esa invitación respondieron Alexis Nolla y Puño, entre otros. «Internet nos permite poder contactar con cualquier autor que nos mole alrededor del mundo. Así que solemos invitar a artistas que nos gustan independientemente de que sean reconocidos o no», afirma Markus. «A nosotros lo que nos importa es que colabore gente que esté loca y que esto acabe siendo un cómic peligroso. Puño y Alexis están locos, por eso aceptaron».
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Nolla y Puño lo confirman. «Me parece un proyecto divertido, que permite que los dibujantes que participan hagan lo que quieran con total libertad», responde Alexis Nolla a Yorokobu. «Lo del cómic encadenado es un viejo recurso, pero siempre es entretenido. Como idea, es estupenda», opina Puño.
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El lado gamberro de la historia tampoco parece incomodarles. «Los proyectos faznineros en general suelen sacar a flote nuestro peor lado por culpa de los proyectos con clientes reales, que te acaban convirtiendo en un oso amoroso del Opus Dei», afirma Puño. A Nolla también le divierte el tono algo irreverente que va tomando la historia. «Creo que la gracia de un proyecto como este es la pluralidad de ideas y estilos».
Habrá quien vea a MegaCrap como una lanzadera para descubrir nuevos ilustradores o para reafirmar a los que ya están consolidados. En lo que ambos dibujantes están de acuerdo es en que quienes participan en el proyecto lo hacen por pura diversión. En palabras de Puño, «lo haces porque puedes y quieres, y te apetece jugar con amigos y desconocidos, no hay más».

Los planes de futuro que Markus Löwe y Rubén Rial tienen para MegaCrap pasan por empezar a publicarla en papel en los próximos meses. También tienen previsto hacer exhibiciones el año que viene en España y fuera del país. «Nuestro gran reto es exponer en Seúl, ya que tenemos la suerte de tener contacto con varios dibujantes coreanos que ya han colaborado en MegaCrap: @kiminyup @doowop79 y algunos más interesados en colaborar en el futuro».[mosaic]

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Si Michael Ende no hubiera ya registrado el título de La historia interminable, bien podría llevarlo este cómic irreverente sin final. «No tiene fecha de caducidad, es un proyecto al que nos comprometemos de por vida», afirma con énfasis y mucha ironía Markus Löwe.«Queremos morir con MegaCrap. Tenemos pensado ponerlo en nuestro testamento para que cojan la dirección nuestros sucesores».

 

Por Mariángeles García

Mariángeles García se licenció en Filología Hispánica hace una pila de años, pero jamás osaría llamarse filóloga. Ahora se dedica a escribir cosillas en Yorokobu, Ling y otros proyectos de Yorokobu Plus porque, como el sueldo no le da para un lifting, la única manera de rejuvenecer es sentir curiosidad por el mundo que nos rodea. Por supuesto, tampoco se atreve a llamarse periodista.

Y no se le está dando muy mal porque en 2018 obtuvo el Premio Nacional de Periodismo Miguel Delibes, otorgado por la Asociación de Prensa de Valladolid, por su serie Relatos ortográficos, que se publica mensualmente en la edición impresa y online de Yorokobu.

A sus dos criaturas con piernas, se ha unido otra con forma de libro: Relatos ortográficos. Cómo echarle cuento a la norma lingüística, publicada por Pie de Página y que ha presentado en Los muchos libros (Cadena Ser) y Un idioma sin fronteras (RNE), entre otras muchas emisoras locales y diarios, para orgullo de su mamá.

Además de los Relatos, es autora de Conversaciones ortográficas, Y tú más, El origen de los dichos y Palabras con mucho cuento, todas ellas series publicadas en la edición online de Yorokobu. Su última turra en esta santa casa es Traductor simultáneo, un diccionario de palabros y expresiones de la generación Z para boomers como ella.

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