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Método Kos, la filosofía noruega que aboga por disfrutar de las pequeños placeres

Cada nueva entrega del Informe Mundial de la Felicidad auspiciado por la ONU nos trae una misma conclusión: la felicidad reside en el norte de Europa. Al menos, son varios países de aquella zona los que suelen aparecen en los primeros puestos como los lugares en los que sus ciudadanos aseguran sentirse más dichosos. En este último informe de 2024, Finlandia encabeza el listado por delante de sus vecinos nórdicos.

Noruega aparece en sexto lugar. El país escandinavo no suele salir nunca del top 10 y algunos atribuyen este hecho a determinados aspecto relacionados con la forma de entender la vida de sus habitantes. Muchos de ellos son absolutos abonados al conocido como método Kos. 

¿Qué es exactamente el método Kos?

La palabra kos no tiene una traducción exacta al español, pero podría definirse como un sentimiento de bienestar, calidez y disfrute de los placeres sencillos. Aunque, más que una palabra, se trata de un concepto que alude a la capacidad para apreciar y saborear los pequeños momentos de felicidad que nos brinda el día a día.

Los orígenes del término se remontan a los duros inviernos noruegos, cuando las familias aprendieron a encontrar la alegría en cosas tan simples como una charla alrededor del fuego o una caminata por la nieve. Hoy en día, esta manera de vivir se ha convertido en una auténtica filosofía nacional que impregna todos los aspectos de la sociedad noruega.

Los pilares del método Kos

Podríamos resumir los principios básicos de esta aproximación nórdica a la felicidad en tres ideas clave:

  1. Vivir el presente. Como tantas otras filosofías que parten de la necesidad de vivir plenamente, el primer paso del método kos es aprender a estar plenamente presentes en el aquí y el ahora, dejando de lado las preocupaciones por el futuro o los remordimientos del pasado. Se trata de desarrollar una conciencia plena que nos permita apreciar la riqueza de cada instante.
  2. Saborear los pequeños placeres. La felicidad no está en los grandes logros o los bienes materiales, sino en los detalles cotidianos que solemos pasar por alto. Desde el aroma del café por la mañana hasta un atardecer hermoso, este estilo de vida nos invita a deleitarnos con estos sencillos regalos de la existencia.
  3. Rodearse de seres queridos. Los noruegos dan gran importancia a cultivar relaciones cercanas y sentido de comunidad. Compartir tiempo de calidad con familia y amigos, así como ayudar a los demás, son aspectos fundamentales para una vida plena y satisfactoria, según esta filosofía.

Cómo aplicar el método Kos

Aplicar el concepto kos no resulta especialmente complicado. Basta con dedicar unos minutos cada día a hacer algo que nos resulte placentero y nos haga sentir bien, como leer un libro, escuchar música o dar un paseo por la naturaleza. Se trata de aprovechar este momento para estar presentes y disfrutar de la actividad sin distracciones.

Otro consejo es aprender a celebrar las pequeñas victorias de cada día, en lugar de esperar a los grandes logros para sentirte satisfecho. Puede ser algo tan simple como haber completado una tarea pendiente o tener una conversación agradable con un amigo.

Además, es recomendable practicar la gratitud a diario. Esto es, tomarse un momento cada día para reflexionar sobre las cosas buenas que nos han sucedido y las personas que tenemos alrededor. Una forma de hacerlo es recogerlas en un diario o simplemente tomarse un momento para apreciarlas mentalmente.

Crear un ambiente acogedor y reconfortante en el hogar y en el espacio de trabajo también es parte de esta filosofía noruega. En definitiva, se trata de rodearse de objetos y elementos que nos hagan sentir bien, como fotos de seres queridos, plantas o nuestra taza favorita.

Y, sobre todo, el método kos no es algo que se ponga en práctica de forma individual, sino que su razón de ser es compartirla con los demás, buscar momentos para conectar con amigos y familiares y crear recuerdos especiales juntos.

Los beneficios del método Kos

Solo con adoptar algunos de los hábitos que caracterizan a esa forma de ver la vida se pueden notar algunos logros en lo que a paz interior y conexión con los demás se refiere.

Beneficios que pueden redundar también en la salud mental de quien lo practica, gracias a la reducción del estrés y la ansiedad y al desarrollo de una mayor resiliencia ante las adversidades. E e incluso en la salud física, por el fortalecimiento del sistema inmunitario consecuente.

En definitiva, lo que nos viene a recordar esta filosofía noruega es que la felicidad no es algo que tengamos que perseguir o lograr en el futuro, sino algo que podemos encontrar en cada momento presente si nos lo proponemos.

Por Rut Prado

Soy Rut Prado, Graduada en Comunicación Audiovisual (Universidad de Granada) con un Máster Universitario en Filología y Tradición Clásicas.

Soy una apasionada de la comunicación y filosofía, con una trayectoria enriquecida por experiencias diversas y una curiosidad insaciable. Mi carrera me ha llevado a explorar múltiples facetas del mundo de la información, cada una aportando una nueva perspectiva a mi visión global.

Mi enfoque en el periodismo se centra en la importancia de la narrativa y el poder de las historias para conectar a las personas. He trabajado en varios medios, donde he perfeccionado mi habilidad para contar historias que no solo informan, sino que también inspiran y educan.

En mi colaboración con Yorokobu, busco aportar un enfoque único, combinando mi experiencia práctica con una visión fresca y creativa. Mis artículos abordan una amplia gama de temas, desde análisis socioculturales hasta tendencias emergentes, siempre con un toque personal que refleja mi pasión por descubrir y compartir conocimientos.

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